outlasted spirit ⋄ stiles stilinski // 2

6. "Sensación"

Él se rió de mi sonrisa pícara cuando me separé de él, y se alejó negando con la cabeza.

Puse las manos en los bolsillos de mi vestido, volviéndome hacia Allison y Lydia, quienes continuaban inmóviles. Me acerqué a ellas dando saltitos.

–Heeeey. –Canturreé. Me estaba costando trabajo no reírme de sus expresiones.

Allison se inclinó hacia Lydia, enarcando las cejas. –Me debes cincuenta.

–¿Yo? Creo que tú me debes a mí.

–Yo dije que sería antes de que terminara el año. Tú dijiste que Ariel tardaría más.

Tosí un poco, aclarándome la voz. –¿Han hecho... una apuesta?

Se miraron entre ellas, y sonrieron sin una pizca de culpa.

–No sé si sentirme ofendida o no.

Allison soltó una risita. –Oh, vamos. Tienes que ser ciego para no—

–Olvida eso, –Intervino Lydia, haciendo un gesto con la boca. –Quiero detalles. ¿Por qué no has dicho nada? ¿Crees que este es modo de que tu mejor amiga en el mundo se entere?

Allison se aclaró la voz, observándola con una ceja alzada.

Lydia sacudió un mechón de su pelo con la mano. -Oh, vamos, creo que es obvio a cuál de las dos quiere más.

-Las quiero a las dos por igual. Pero en este momento, dudo hacerlo aunque sea un poco.

Allison volvió a inclinarse hacia Lydia y alzando la palma de su mano. –Todavía me debes.

–Oh, por el amor de—bien.

Lydia rebuscó algo en su enorme bolso, y plantó un billete de cincuenta en la mano de Allison.

Hice una mueca, soltando un gruñido. –Ustedes dos—

–Seguimos sin oír detalles, –Me interrumpió Lydia, acercándose a mí, entrelazando un brazo con el mío, y el otro con el de Allison.

El timbre del instituto resonó por el estacionamiento, salvándome de tener que decir algo. Les saqué la lengua a ambas. –Pues tendrán que esperar.

Una vez dentro del instituto, Lydia se separó de nosotras, ya que no compartía la primera clase del día con nosotras. Allison se detuvo en su casillero unos momentos, demorándose buscando algo, hasta que casi no quedaron alumnos en los pasillos, y estábamos a punto de llegar tarde.

–Al, ¿Qué tanto buscas que...?

Ella cerró la puerta de su casillero con cuidado. –Lo siento, quería hablar contigo sin, ya sabes... alguien que pudiera oír estas cosas.

Entendí al instante qué quería decir. –¿Ha sucedido algo malo?

Allison desvió la mirada. –Bueno, no estoy muy segura de qué—

El segundo timbre la interrumpió. No dijo nada durante unos segundos, hasta que sus hombros tensos se alivianaron, y soltó un bufido. –Luego te digo. Llegaremos tarde. Vamos.

El resto de la mañana, me obligué a mí misma a no pensar en nada–absolutamente nada de lo que había ocurrido el día anterior. Había chequeado mi brazo unas cinco veces, y todo lo que lograba notar era una diminuta marca que ni siquiera me dolía. Logré ignorar todo lo demás; excepto por una cosa. Las palabras de la desconocida que se había aparecido de la nada, y me había amenazado, rondaban mi mente sin cesar. Necesitaba saber qué significaban, y con lo poco que sabía sobre francés, la única solución que se me ocurría era preguntarle a Allison. Pero no sabía cómo iba a decirle aquello sin que me hiciera preguntas.