7 - Generosidad

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Me sacudo la tierra de las rodillas cuando me levanto del suelo. El tren sigue su camino, mientras Cuatro y yo seguimos por el nuestro. Por primera vez, no corremos, lo veo caminar tranquilamente, con las manos en los bolsillos. Esta relajado, desde que lo conozco no lo veo asi a menudo. El viento choca contra mi rostro y mi cabello vuela a su ritmo. Cierro los ojos, sonrio y con mis dedos peino mi cabello para atras. Me encanta esa linda ventisca de vez en cuando. Me hace recordar a casa, a Milwaukee, en donde las ventiscas me acompañaban a todos lados. Y aqui es como en casa, siento que estoy en casa.
Abro los ojos, y el ojiazul me observa detras de su hombro, divertido. Vuelve a mirar para adelante cuando nota que lo estoy mirando; y ahi es donde empieza a caminar mas rapido.¿Que mierda le sucede? Llego hacia el y voy a su ritmo.
- ¿Sucede algo?
Cuatro : Solo quiero llegar - y eso no me convence, por que ni siquiera se a donde vamos. No me agrada cuando es asi de recto y serio. Pero me debo llevar bien con el si quiero ganar los Juegos.
Caminamos por unas cuadras, y la gente pasa por al lado nuestro, con la ropa mezclada. A veces tengo que recordar que no tengo que cualificar a la gente con facciones, porque ya no existen. Y eso es lo que mas me resulta extraño. Llegamos frente a un edificio, que es demasiado alto para mi gusto. Lo reconozco : el edificio Hancock.
- Ya he estado aqui - Cuatro me mira, extrañado -. En la casa de Zeke.
Cuatro : Que curioso, por que ahi es uno de los lugares a donde vamos - me dice, seriamente. Acelera el paso hacia el edificio, y yo lo sigo por detras. Abre las grandes puertas y nos dirigimos hacia las escaleras para empezar a subirlas. Y si, las subimos corriendo. Las odio, odio las escaleras, odio su altura, la odio. Lo odio a el por subirlas.
Me fue eterno, pero llegamos al piso del moreno, y Cuatro toca un par de veces su puerta. Esperamos unos segundos hasta que escucho el picaporte.
- ¡¡Cuatro!! - exclama Zeke con una sonrisa, luego de abrir la puerta. Se dan un saludo con palmadas en la espalda, y luego de aquello, Zeke nota mi presencia - Es bueno verte de nuevo, Sarah.
- Lo mismo digo.
Zeke : Me alegro de que hayas podido encontrar al numero intimidante - directamente miro a Cuatro y este me alza una ceja. Me ruborizo ante su mirada y la bajo.
Cuatro : ¿Ya sabes del plan, Pedrad?
Zeke. : Absolutamente - dice -. Shauna esta dentro, ¿cuando comenzamos?
Cuatro : Aun seguimos reclutando, pero para mañana ya estaran todos - ¿todos? ¿Se refiere a los nobres de la lista que me dió Amar? Seguramente. Aunque todavia siento curiosidad por Cuatro, debo concentrarme en lo mas importante. Los juegos.
Zeke : Entonces, ¿mañana a la tarde?
Cuatro : Si, y en la sede de Osadia - alzo las cejas y sonrio un poco : la sede de Osadia. La escuché nombrar muchas veces en el Departamento, a la vez que espiaba por las camaras para ver como era. Rocosa, humeda... ¿Rocosa? No recuerdo mucho sobre aquella sede, ya que estuve mas tiempo en las camaras de Verdad y Erudición. Pero con solo escuchar el nombre de aquella facción, en donde los intrepidos hacian laa cosas mas peligrosas, una chispa se prende en medio de mi corazon haciendo que este arda en llamas.


Salimos del ascensor, pero esta vez, el no habia agarrado mi mano. Me resultó extraño, aunque deduzco que tiene cambios de humor. No le doy importancia, y parece que el tampoco, ya que vamos callados en todo el camino hacia el tren. Cuando subimos (corriendo, por supuesto) caigo en el vagon y me siento a respirar un momento. Mi asma se eleva cuando corro, espero que ese no sea un problema cuando comiencen los Juegos. Cada vez que pienso en ello, mi corazon se acelera de la emocion.
- Es hora - escucho decir a Cuatro. Su voz es cortante y fria, como cuando lo conocí. El desaparece cuando salta del tren, asi que yo lo sigo. No apoyo bien los pies en el suelo y caigo tropezando, a la vez que siento que caigo sobre algo, o mas bien alguien. Cuando me saco la tierra de mis ojos, estos se encuentran con los de Cuatro, esos ojos azules como el mar. Respiro rapidamente, ya que estamos demasiado cerca, ademas, estoy sobre el. El sigue observandome, a la vez que respira igual que yo. Siento sus dedos largos sobre mi cintura, por debajo de mi camisa, y eso envia choques electricos por todo mi cuerpo.
Cuatro : ¿Es.. estas bien?
Parpadeo un par de veces al darme cuenta en las posiciones que estamos, y me levanto rapidamente, para que el leugo haga lo mismo. Estabamos cerca, demasiado cerca, mi cuerpo contra el suyo; sus manos agarrando mi cintura...

No respondo su pregunta.

Entramos a la casa gris de Abnegacion, luego de haber comprado algunas cosas para cenar. La casa esta en silencio, y nosotros igual. La tension entre nosotros se nota en el aire, y no se que decirle. ¿Que decirle? En verdad no se. Si el no me dirige la palabra, no creo que yo deba hacerlo. No soy de esas personas que andan corriendo tras otra. Agarro las bolsas de comida y las coloco en la mesada, comenzando a sacar todo uno por uno. Escucho el ruido de la silla correrse, y se que esta sentado ahora. Siento una punzada en mi nuca, la que siento cuando alguien esta observandome. A la vez que pendo la cocina, miro de reojo hacia atras; el esta observandome, pero luego dirige la mirada hacia otro lado. No se por que siempre hace eso. Ya esta empezando a molestarme.
Me concentro tanto en hacer la cena que no me doy cuenta que esta detras de mi.
- Te ayudo - lo escucho susurrar, detras de mi oido. Dios mio, ¿quiere causarme un paro cardiaco?
- No. - escupo, con amargura. Aun no he olvidado su seriedad y frialdad. En un momento me trata bien y en otro me trata como basura. No pienso darle mi afecto por mucho que sea. Siento su agarre sobre mi mano y yo hago que la suelte, bruscamente. No quiero hablar con el. Ni siquiera quiero dedicarle la mirada. Aquella mirada que me da nervios.

Rendido, va a sentarse. Apago la cocina cuando termino de hacer la cena y, sin ganas, se la sirvo en un plato sin mirarlo, aunque se que el clava su mirada en mi.

No digo palabra.


Directamente subo las escaleras que dan al pasillo de mi habitacion. No tenia mucha hambre, ni siquiera estaba de humor para compartir la mesa con Cuatro. Me tumbo en la cama con los brazos abiertos, y lanzo un suspiro. Aprieto las finas mantas de la cama, que me hacen acordar a mi casa en Milwaukee, ¿que no hay sabanas en Abnegacion? Voy a morir de frio aqui. Allá, en el departamento, siempre estabamos con calefaccion cuando una oleada de frio arribaba, y era un gran privilegio. Pero se nota que aqui hay que vivir con lo que te dan, aunque eso no me molesta mucho. Comienzo a repasar todo lo que hay que tener para ser de cada faccion: inteligencia, honestidad, generosidad, altruismo y valentia. Hoy no tuve una de ellas en practica. La generosidad no estuvo presente cuando estuve con Cuatro. Ni siquiera el tuvo esa cualidad en cuenta. Desde que lo conozco ha sido serio y tosco conmigo, y no con los demas. Aunque tal vez es porque no me conoce lo suficiente. Y yo a el tampoco. No lo conozco bien aun. Tal vez deba hacer algo al respecto.
Cierro los ojos, pensando en que mañana tendria que comenzar a hacer el cambio entre Cuatro y yo.

Aunque estoy medio dormida, siento las ventiscas recorrer la habitacion, a la vez que tambien chocan contra mi cara y hacen que agarre mas fuerte la fina manta que tengo sobre mi. Aun con los ojos cerrados, suspiro al sentir las ventiscas traspasar la manta. Siento como si estuviera viviendo en Alaska, sin leña y abrigo. No se cuanto mas aguantaré este frio, ya es demasiado...

Dejo de concentrarme en el frio cuando oigo el sonido de la puerta abrirse. Entreabro un poco los ojos y veo las botas negras de Cuatro pisando la habitacion. Cierro los ojos rapidamente, para que el no se de cuenta de que lo hs visto. Lo escucho cerca de mi, a la vez que siento como echa algo sobre mi. Escucho sus botas salir de la habitacion, a la vez que cierra la puerta. Me siento en la cama, agarrando el acolchado aue el ha dejado sobre mi, para poder cubrirme del frio. Sonrio instantáneamente. Lo ha hecho por mi. Es un pequeño detalle, lo se, pero con un significado muy grande para mi. Aunque sea tosco y a veces serio, se nota que es buena persona. Creo que el cambio en nuestra relacion de compañeros comenzo ahora. Me acuesto nuevamente, cubriendome con el acolchado que Cuatro, el antiguo osado, me ha dado. Y ese detalle da significado a una palabra :

Generosidad.

Los Juegos Olimpicos - Divergente (Tobias Eaton)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora