5 - A new city

141 8 1
                                    

Capitulo 5







Sarah







Miro el gran Centro, asombrada de la gran tecnología y gente que abunda. El tren pasa frente a nosotros, arriba del puente vial. Miro a Cuatro, esta con un rostro... normal. Debe ser por que esta acostumbrado a vivir aquí, pero yo no. A mi me asombra. Me fascina.
Me encanta.
El me mira, se que lo hace, mientras yo miro a toda la gente que pasa a nuestro lado mientras caminamos. Miro fascinada a las personas cerca de nosotros, llevan ropa mezclada y no dividida por colores. Sonrio y me paso una mano por mi cabello. Miro de reojo a Cuatro, noto que esta sonriendo. Me esta sonriendo. Lo miro y el guía su mirada hacia otro lado. Sonrio y negó con la cabeza. No puedo creer que no sea disimulado.
Veo el Centro con todo detalle: hay tiendas de ropa, tiendas de golosinas y bebidas, un banco, un bar, una sala de cine, una estación de Policia y de Bomberos, y pantallas gigantes llenan los edificios altos del gran lugar. Me quedo mirando todo hasta que escucho la voz de mi acompañante.
Cuatro : ¿Me seguiras, o te perderas como una niña buscando a su mama? - Me dice, empezando a irse hacia un gran edificio. Lo sigo por detrás, con una mueca por lo que me dijo. Camina firme, y yo trato de imitarlo, y lo logro; miro detenidamente el tatuaje que sale de su cuello, y aun no se lo que es. Entramos al edificio, y todo es transparente; todo el edificio es algo parecido a la sede de Erudicion, solo que sin personas de trajes azules. Admito que elijo la sede de Erudicion, a pesar de estar dentro de este edificio.
- ¿Qué es esto, Cuatro? ¿A dónde nos dirigimos? - Le pregunto. El me mira sobre su hombro, y luego mira al frente. No me responde. Resoplo; seguimos caminando hasta que llegamos a un ascensor que baja hacia nosotros. Yo entro sin problema, me doy vuelta y veo que Cuatro no entra. Aun esta abierta la puerta, y el mira el ascensor como si fuera un monstruo de la infancia que lo atormenta. Miro sus ojos azules, y sin pensarlo, le digo:
- ¿Qué no entras?
El duda un momento, pero decide entrar, y se posiciona a mi lado. Las puertas se cierran, Cuatro aprieta el botón del numero de piso al que vamos y el ascensor empieza a elevarse. Yo miro el techo, y entrelazo mis manos detrás de mi espalda, esperando a llegar al piso. Miro de reojo al que esta a mi lado (Cuatro); esta sudando, y tiene los puños cerrados. Noto que esta rígido y pálido, y mira las puntas del ascensor. ¿Qué le sucederá?
Cuatro : ¿Por que tomamos el ascensor? Eran mejores las escaleras... - Lo miro, algo extrañada, y le contesto.
- Todo lo contrario - El me mira de inmediato. -, las escaleras destruyen las piernas y además, tardas demasiado. El ascensor es mas rápido y seguro.
Cuatro : ¿En que modo dices "seguro"? - Me pregunta, respirando agitadamente. Me quedo mirándolo en el estado que esta, y no es nada bueno lo que le sucede. Creo que... creo que es claustrofóbico.
- Amm.. nada, olvídalo. - Le digo, para hacer que olvide lo que esta pasando. Sigue en el mismo estado, y el ascensor tarda en subir. ¡¿Por qué el piso tenia que ser el mas alto?! Maldita sea. Ahora tenia que aguantar el miedo de Cuatro. Aunque pensé que los osados no le tenían miedo a nada, parece que este le tenía miedo a algo. Miro sus ojos, que parecen profundos como un mar, pero con ventiscas fuertes al saber que esta "encerrado" en este ascensor. No se que pensé para hacer esto, pero de un impulso, tome su mano y la apreté con fuerza. De inmediato bajan sus respiraciones agitadas, y respira hondo; me mira a los ojos, y veo que su rostro me mira sorprendido. Nos quedamos mirando asi unos minutos, hasta que siento que el ascensor se detiene. Se abren las puertas, y ya no siento la mano de Cuatro. El sale del ascensor rápidamente, caminando hacia una oficina, pero antes de entrar, se detiene y se da vuelta, para mirarme saliendo del ascensor y caminando hacia el. No me mira a los ojos. Al llegar detrás suyo, veo que el saca una tarjeta blanca con datos y la pasa por un decodificador que le indica que puede pasar. "Como en el Departamento", pienso yo. La puerta de metal se abre frente a nosotros y Cuatro entra, y yo también, algo dudosa. No me gustan los lugares desconocidos, pero ya viendo como es la ciudad de Chicago, no parece nada peligroso. Entramos a una gran oficina, decorada con cuadros (pinturas, mejor dicho) y el escritorio que esta dentro esta decorada con un jarrón con flores de distintos colores. Detrás del escritorio, veo a una mujer, de tez morena, de cabello negro atado con una liga. Sus manos están entrelazadas y apoyadas arriba del escritorio. Su rostro tiene una gran cicatriz que le llega desde arriba de su ceja hasta su boca. Se quien es, lo se perfectamente. Es Johanna Reyes, una de las antiguas lideres de la Faccion Cordialidad. La reconozco por que he leído de ella, además de que la he visto por las cámaras de la ciudad. Johanna saluda a Cuatro cordialmente, el solo la saluda con un movimiento de cabeza. Me mira y luego, otra vez a Johanna.
Cuatro : Bueno Miller, ella es Johanna Reyes. - Me la presenta, ella me hace un saludo con la cabeza, junto con una sonrisa en su rostro, yo trato de hacer lo mismo. - Sarah, ella es...
- .. es una de las representantes de la ciudad en el Gobierno. - Cuatro me mira, sorprendido. - Trabaje en el Departamento, Cuatro, se mas de esta ciudad que tu. - Johanna rie al ver el rostro petrificado de Cuatro.
Cuatro : Oh, y entonces, ¿sabes que yo soy su ayudante?
- No.. - Le digo, dudosa. - .. no, pero...
Cuatro : Entonces cállate.
Johanna : Cuatro, Cuatro, no crees una controversia contra esta joven. Por algo la trajiste hasta aquí. - Sonrio a Cuatro, este no me mira, solo a Johanna.
Cuatro : La traje para anotarla a los Juegos Olimpicos. - Johanna alza las cejas y asiente.
Johanna : De acuerdo, tu nunca traes personas para anotarlas en algún lado, solo las traes por juicios o delitos. - Yo me rio un poco. - Pero esto es una excepción. - Dice, sonriendo. - Bien, pondré su nombre en la lista de espera...
- ¿Por qué en la lista de espera? ¿No puede hacerme entrar y ya? - Le digo, pareciendo una niña malcriada. No lo quise decir de esa forma, pero se me escapo.
Johanna : No puedo hacer eso, ya que luego tendrán que traerme unos papeles con tu información y tipo de genética. - Yo me tenso al escuchar esa palabra. Genetica. - Pero por ahora, estaras en la lista de espera.
- Esta bien. - Digo, pareciendo estar tranquila. Pareciendo.
Cuatro : Gracias Johanna, mañana te traeremos lo que necesitas, ¿si? - Le dice, tranquilamente. Salimos de la oficina, (yo no sin despedirme antes de Johanna) y veo que Cuatro se dirige a las escaleras. "Ay, no" pienso yo. Odio las escaleras, las odio. Baje las escaleras, detras de Cuatro, rápidamente. Terminamos saliendo del edificio, yo estoy con cansancio, y Cuatro... bueno, el parece estar normal. Empieza a correr, yo lo sigo a su mismo paso; en realidad no se hacia donde nos dirigimos, pero lo sigo igual. Llegamos hasta las vías del tren, y empezamos a seguir al tren en movimiento. Cuatro salta al tren, agarrándose del asidero; abre la puerta y entra al vagon. Yo trato de correr mas rápido y logro sostenerme del asidero para luego entrar al vagon. Me reincorporo y me sacudo el pantalón. Miro a Cuatro, se sostiene del asidero, y mira al horizonte, mientras el viento mueve su cabello. Dejo de observarlo y también miro al horizonte. Toda la ciudad se ve desde aquí, sus características, su todo. Sonrio.
Cuatro : Note que te tensaste cuando Johanna te hablo sobre los papeles. - Me dice el, sin mirarme. Yo no lo miro y no le digo nada, por que se que tiene razón. - ¿Por qué? - Me atrevo a mirarlo, y al ver esos ojos azules observándome, me tenso. No le respondo. No le respondo por que se que ya lo sabe. - No eres divergente, ¿verdad? - Yo negó con la cabeza, lentamente. El asiente.
- Te arrepentiste, ¿no? - Le pregunto, esperando una respuesta positiva de el. - De ayudarme en esto..
Cuatro : No - Me dice. Yo lo miro, sorprendida.
- ¿Qué? - Digo, sorprendida. - ¿Por qué no?
Cuatro : Por que me da curiosidad saber hasta que punto vamos a llegar si seguimos con el plan. - Me dice, aun mirándome a los ojos. Una sonrisa se me escapa mientras miro detenidamente su rostro; el lo nota, mira hacia mi boca y sonríe, pero sin mostrar los dientes.

- ¿Por qué el tren se detuvo? - Le pregunto a Cuatro, luego de bajar del tren detenido "por si solo".
Cuatro : Una persona conduce el tren. - Yo alzo las cejas y abro un poco la boca, sorprendida. No sabia que una persona conducia el tren. Siempre pensé que se movia por si solo, y por eso antes me fascinaba. Esta anocheciendo, y Cuatro y yo estamos caminando hacia un grupo de casas que son algo grises, aunque hay algunas que están en construcción.
- ¿Por qué estamos en Abnegacion? - Le pregunto.
Cuatro : Eres muy preguntona, ¿sabes?
- No soy preguntona, es que soy muy curiosa. - Le digo, con una sonrisa. El me mira, y trata de hacer una mueca, pero le sale una sonrisa. Entramos a una de las casas, y noto que esta bien decorada, sin mencionar que tienen una nevera. Sonrio y luego miro a Cuatro, algo confundida.
- ¿Es tu segunda casa o que? - Le pregunto.
Cuatro : Era mi casa, vivi aquí cuando era niño. - Me comenta, cerrando las cortinas blancas de la ventana. - Vivi muchas cosas aquí dentro, buenas y malas. Aunque hayan ocurrido cualquiera de ellas, este fue mi hogar. Y ahora, tu viviras aquí. - Me apunto mi pecho con mi dedo índice como diciendo "¿Es una broma?¿Yo?". Abro la boca, sorprendida ante el.
- ¿Es una broma?
Cuatro : No.
- ¿De en serio me daras tu antigua...?
Cuatro : Exacto. - Me dice, ya cruzado de brazos. Yo le sonrio.
- De verdad, gracias por esto... no se como agradecértelo..
Cuatro : Agradécemelo cuando ganes los Juegos. - Me dice, y me rio.
- No digas algo que no se pueda cumplir.
Cuatro : Se cumplirá si pides ayuda a la gente correcta. - Me dice, y yo asiento. - Bueno, va a ser mejor que me vaya... - Me dice, empezando a darse vuelta para ir hacia la puerta.
- ¡No! - Le grite, sin querer. El se da vuelta y me mira, arqueando las cejas. - Digo... ¿no quieres quedarte un momento? Al fin y al cabo, es tu casa, ¿no? - El rie y me mira.
Cuatro : No, no tengo tiempo para quedarme. - Me dice - Tengo que... - El mira al suelo. - realizar unos asuntos. - Me sigue diciendo. - Esta casa va a ser de mi madre para cuando vuelva a la ciudad, asi que en unos días vendre con ella. Por eso hay demasiada comida en la nevera. - Me explica.
- Oh, entonces.. ¿Hace cuanto tu madre esta fuera? - El guardo silencio un momento, levanta la cabeza y me mira.
Cuatro : Hace dos años.. - Me dice.
- Oh.. entiendo. - Guardamos silencio un momento, hasta que el habla.
Cuatro : De todos modos.. volverá. - Me dice, sonriendo. - Bien, yo... ya me voy. - Su rostro se vuelve serio y sale de la casa, y antes de cerrar la puerta, se despide. - Adios... Sarah.
- Adios.. - Y cierra la puerta. - Tobias.. - Me tapo la cara con mis manos. ¿Qué voy a hacer? No soy divergente, y los de los Juegos se darán cuenta... me expulsaran.. no entiendo como Cuatro esta dispuesto a hacer esto si sabe bien cuales son las consecuencias. Esta loco. Ya que quiero despejar estas ideas de mi mente, subo las escaleras y me voy a acostar a mi nueva cama. Las sabanas están frias, tal vez por no ser usadas por mucho tiempo, y miro por la ventana. El gran edificio Hancock se ve desde aquí, tan alto como siempre. Sonrio y cierro los ojos. Mañana será un dia dificil, lo presiento.

Los Juegos Olimpicos - Divergente (Tobias Eaton)Where stories live. Discover now