- No sé a quién dispara-. Le digo a Abele mientras voy mirando en pánico como muchos artificiales están en el choque de puños directos. No es cualquier pelea callejera, se pelean con gran fuerza y destreza.

Entonces veo que Abele le dispara justo en la cabeza a uno que viene frente a nosotros con cara de malvado.

- Los malos te atacarán-. Sonríe.

Me acerco al Artificial que está en el suelo, pongo mi pie en su abdomen cuando intenta levantarse y le disparo en el centro del pecho- Si no les disparas a su circuito central el malo te seguirá atacando-. Le explico usando su terminología.

Una fuerza externa me toma por mi sacón en la zona media de la espalda y con una fuerza magnifica me lanza contra una columna que está a unos cuantos metros de distancia. Veo todo con puntos de colores en mi campo visual en consecuencia del dolor generado por el impacto, en cierto punto el dolor se deja de percibir por tal intensidad.

Cuando comienzo rápidamente a recuperar el sentido de la vista veo que la mujer (la distingo por su larga cabellera que llueve sobre su espalda) tiene a Abele tomado por el cuello y en su otra mano un cuchillo. Sé lo que sigue.

Con una velocidad increíble tomo el último revolver que me queda en la otra funda del cinturón, ya que nuevamente perdí el que llevaba en la mano y le disparo todas las veces que puedo para obtener su atención. Voltea a verme, deja caer a Abele y mientras viene con grandes zancadas simplemente vuelvo a apuntar y arremeto con todo. Cae justo delante de mis pies. No muerta. Con un gran movimiento entierra su cuchillo en mi pantorrilla y no puedo dejar escapar un grito desgarrador. Apunto nuevamente pero no hay balas.

Estoy llorando, no soporto el dolor, entonces la muy maldita saca el cuchillo de un tirón y es tanta la sensación de que me ha desgarrado toda la pierna que no puedo pensar con ninguna claridad. Cuando levanto la vista, ella se acerca a mi... se lo que hará.

Veo desde mi posición sentada en el suelo como un fierro atraviesa su pecho y del mismo sale un destello de pequeñas chispas azules- Te metiste con la chica equivocada, perra-. Hayl le escupe las palabras con mucho desprecio.

Ella me ayuda a poner de pie y me comienza a trasladar hacia un lugar alejado.

- No pienso rendirme-. Le digo.

- No puedes pelear, Abele tampoco, no tienen oportunidad contra ellos, están más fuertes-. Me comenta casi a los gritos y con mi vista desenfocada puedo ver a Lara pelando con una destreza impresionante. Tiene razón no tenemos oportunidad.

- No me dirás que tengo que hacer-. Le digo cuando le quito un arma que lleva dentro de su pantalón- No voy a defraudar a Henry-. Le termino asegurando con rabia.

Ella sacude la cabeza mientras me aparta aún más, me lleva tras la cabina de control- No es cuestión de que lo defraudes o no... Se trata de tú vida y si quieres honrarlo mejor sobrevive-. Me pide- Solo quédate aquí-. Cuando voltea, un artificial que ha aparecido casi como una sombra, la golpea con algo de metal tan fuerte que hace sonar su rostro y la lanza sobre el pavimento mientras es arrastrada por la fricción del impacto varios metros.

Cuando levanta el artefacto con el que la golpeó veo que es un mazo. Ahora es mi turno.

- Tú maldito-. Escucho la voz y él también. Voltea a ver. Es Abele.

En ese descuido apoyo el arma de Hayl en su pecho y le comento con una sonrisa dibujada en mi rostro- Mala jugada desgraciado-. Presiono el gatillo. Cae en el suelo.

Corro hacia Hayl aguantando el dolor sobre mi pierna pero no me importa, me arrodillo inmediatamente a ver que este bien y ella ya está intentando ponerse de pie. Al parecer no le ha producido ningún daño.

- ¿Cómo estás?-. Le pregunto alarmada.

- Estaré mejor si de verdad no corren peligro-. Su voz suena casi en súplica.

Yo asiento.

Ella se marcha corriendo. Seguirá combatiendo.

No puedo quedarme quieta- Ven Abele, hagamos la diferencia-. Le ordeno cuando comienzo a trepar al techo de la cabina por una pequeña escalera que hay asegurada a una pared; cuesta horrores cada pisada que doy pero tengo que intentarlo. Una vez arriba tomo la dinamita que hay en una mochila la cual fue especialmente diseñada para volar el reactor y la ocultamos en este lugar para que nadie la encuentre.... La tomo y... bueno.... veamos.

- ¿Qué haces?-. Me pregunta Abele con cara de "Quiero mi mami".

- Improvisando- Lo miro con cara de no sé qué mierda hago aquí, me pongo en la cornisa y hablo a los gritos ya que sé que con sus súper-audiciones me escucharán- Será mejor que se entreguen- comienzo a los gritos limpios y Abele aún con su cara de desconcertado- si presiono este maldito botón todos aquí en un radio de dos cuadras volaremos en trozos irreconocibles, así que será mejor que se rindan-. Termino cuando muestro el explosivo el cual he activado pero no puse la cuenta regresiva. En un momento dado comienzan a dejar de combatir uno a uno y me comienzan a tomar en serio- Por más que corran, salten o me ataquen ya no hay salida, no tenemos más nada que perder... o se rinden o todos vamos a morir... estoy lista para transcender y ustedes solamente dejarán de existir-. Nadie me quita los ojos de encima- Si quieren tener una oportunidad será mejor que vengan aquí al frente y se arrodillen-. Parece que nadie está decidido a rendirse- 3...- espero que funcione.

- Estás loca-. Susurra Abele cuando se cubre la cabeza.

- 2...-. Prosigo la cuenta.

Entonces el primero en agacharse aparece. Así sucesivamente comienzan a rendirse uno a uno. Al cabo de unos cuantos minutos hay más de veinte artificiales que aún permanecían con vida que se han rendido.

- De todas formas nos derrotarían-. Comenta el primero en arrodillarse.

- Eso es exactamente lo que sucederá-. Les digo en un tono monótono.

Ellos voltean a ver detrás de sus espaldas cuando captan mi indirecta y una lluvia de balas recae en todos ellos. Lara supo leer mi plan a la perfección ya que cuando apenas se agacharon se colocaron todos detrás de ellos con las armas listas. Nos parecemos en eso al menos. Somos letales.

Dejo la mochila en el suelo y Abele me mira- ¿Cómo sabías que funcionaría?-. Está impresionado.

- No lo sabía-. Le digo.

- Ibas a apretar el botón en serio-. Noto cierta duda en su voz.

Lo observo con indiferencia- A veces se hace lo que es necesario-. Termino por decir.

CUERPOWhere stories live. Discover now