Capítulo I

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El viento sopla con fuerza levantando todo el polvillo de los escombros de la batalla de ayer, los ruidos de cómo las lonas que cubren nuestro campamento son fuertemente sacudidas dan cuenta de que el viento está en una velocidad considerable.

- Cup... me copias...-. Escucho por el radio.

Lo tomo en la mano presiono el botón y respondo- Lo copio...-. Espero respuesta.

- ...Cuál es el informe... Cambio...-. La voz de Henry se escucha distorsionada por el fuerte viento y la mala señal que tenemos.

- ... La tormenta de polvillo que viene es densa, además de una gran tormenta eléctrica, aconsejo que refugien a mujeres y niños en el búnker... no hay rastros de los artificiales, ayer aplastamos a esos desgraciados... cambio-. Apoyo el handy en la cornisa y espero.

- ... Bien dicho Cupcake... mandaré un centinela a que te reemplace para que descanses, merecido lo tienes... cambio y fuera...-. Termina por decir Henry.

Me coloco unos lentes de plástico transparente ya que la tormenta está llegando y no quiero que ese polvillo entre en mis ojos, además necesito mantenerme alerta por si se acercan. Tomo los binoculares y recorro con ellos todo el perímetro de nuestro campamento, no es más que cuatro manzanas entre los escombros de edificios y veo todo el movimiento de los civiles hacia la gran biblioteca (el bunker) para protegerlos y además se ve a los que están de guardia cerca de los grandes fogones, son nuestra única fuente de luz. Los artificiales han destruido los suministros de luz hacia las ciudades, menos hacia ellos y han arrasado con cada ciudad por eso todos los escombros.

Se preguntarán por qué una base en una ciudad, bueno cuando llegamos era una zona de resistencia militar y pronto comenzaron a armarnos a todos los civiles que llegábamos ya que los militares estaban siendo eliminados, hasta que un día simplemente el más preparado fue el militar novato Henry (quien hoy está a cargo) que me salvó la vida cuando tenía tan solo trece años. Le debo la vida a Henry, el auto en el que nos trasladábamos esa tarde hace diez años con mi familia fue atacado unos metros antes de llegar a esa base en busca de protección, nos voltearon y los artificiales nos sacaron del auto, nos colocaron de rodilla a mis padres, a mi hermano y a mí y los desgraciados les dispararon a mis padres y a mi hermano justo un minuto antes que Henry apareciera en un contragolpe militar y asesinara a esos malditos. El shock permanecía, la herida estaba recién abierta cuando nos emboscaron los artificiales en una lluvia de balas que acabó con casi todos. Solo puedo decir que ese día hace diez años yo morí con mi familia y lo único que me mueve es la sed de acabar con esos desgraciados y mi lealtad al hombre que me salvó en más de una oportunidad y me convirtió en lo que hoy soy. En una mujer capaz de sobrevivir por su cuenta y en su mano derecha.

El crujido de unos vidrios hace que me voltee con gran destreza para disparar con mi rifle, entonces veo que alza su mano y con la linterna adherida al rifle veo que tiene el tatuaje que nos hacemos en la palma de la mano- Hey Cup baja tu arma! el jefe me mandó a relevarte-. Dice con un aire tranquilo el petizo Abele.

- Si quieres ve a descansar, puedo hacer esta guardia-. Insisto decidida.

Se pone detrás de mí y apoya su mano en mi hombro- El jefe dijo que no es opción, sabes cómo es contigo, quiere a su mejor soldado preparada siempre, lo que implica descansada, además me dijo que dirías eso pero también me dijo que hace cuarenta y ocho horas no duermes y que diste buena batalla ayer, así que ve a descansar-. Pone su otra mano en mi otro hombro y comienza a masajearlos.

Bruscamente me pongo de pie y lo aparto- No me gusta el contacto físico, ¿Se entiende esa parte?-. Pregunto muy seria y sus ojos celestes pizpiretos pierden el brillo.

Asiente, entonces me marcho algo molesta porque no me dejan proteger la base cuando escucho la voz de Abele que me hace voltear- ¿Algún día me dirás tú nombre?, porque no veo la ternura de Cupcake que dicen que tienes-. Lanza una sonrisita tímida.

Me dirijo nuevamente hacia él- Mi nombre es Cupcake, así me conocen todos desde que ingresé aquí, quien fui ya no importa, quedó fuera de esa valla hace diez años- señalo hacia abajo calmada- así me apodó Henry cuando aún quedaba algo bueno en mi, ahora solo tengo ese apodo como fecha de inicio contra todo lo que odio, los artificiales-. Digo mientras apretó los labios y espero haber sido clara, ya que las preguntas de quien soy o de que quieran saber algo de mí, me tienen bastante cansada.

El joven pone mirada convaleciente- Sabes una cosa siempre te he observado, me gusta el personaje que tienes de chica inaccesible y es creíble lo admito, pero no preciso haber sido psicólogo para saber que tú solo estás sufriendo por dentro, y que estás aterrada-. Levanta sus cejas esperando que le dé la razón.

Solo me rio antes de responder- Tú crees conocerme, no has visto ni la mitad de las muertes que yo, no has pasado por ver morir a tu familia delante de ti, no sabes lo que es perderlo todo y estar muerto en vida- lo miro con suficiencia- no tengo miedo, no me puede aterrar más nada, el miedo fue mi mejor amigo, el dolor y el sufrimiento se transformaron en rabia y todo lo que perdimos antes de esto- alzo mis manos- es lo que me da fuerzas para lograr acabar con estos malditos y recuperar algo de nuestras vidas-. Termino de decir- Por cierto creo que si debiste haber estudiado psicología-. Entonces espero que diga algo.

Su mirada es algo temerosa- Te equivocas, yo también lo perdí todo-. Entonces voltea a mirar con sus binoculares el horizonte.

Me marcho con el fantasma de sus palabras rondando en el aire, a veces no me doy cuenta que no soy la única que lo ha perdido todo, pero lo siento, no me gusta que indaguen en mi vida y además la realidad es una y lamentablemente si eres blando y sentimental te aplastará.

Llego al campamento base y me dirijo a mi tienda para recostarme a dormir un par de horas ya que mañana tengo una exploración del perímetro en la central artificial. Será peligrosa y tengo que estar lista.

Cuando bajo la cremallera de la tienda su voz gruesa y familiar a la vez me hacen sonreír- Henry!-. Volteo animada.

- ¿Cómo te encuentras Cup?-. Pregunta con cierta preocupación.

- Muy bien ¿y tú?, ¿alguna novedad para mañana? -. Estoy algo ansiosa.

Él me mira nervioso- No ninguna, solo quería saber si estás segura de que quieres hacer eso, no quiero perderte, tenemos muchos buenos soldados que pueden ir-. No puedo evitar sonreírle por su preocupación, Henry me ha dado el cariño de un padre.

Le tomo una mano entre mis manos- No me perderás, sabes que he aprendido todo del mejor, además no estoy dispuesta a que arriesgues la vida de otros porque no aceptas el hecho de enviarme a mí, iré igual y llegaremos en las primeras horas de la noche-. Comento.

El asiente- Puedes quedarte aquí y proteger a las personas de aquí-. Insiste.

Yo me niego entre sonrisas- Henry- digo con tono sereno- sabes que no estoy hecha para permanecer en el techo con un rifle como francotirador, sé que me mandas allá arriba porque si hay un ataque me daría tiempo de escapar o al menos que no me encuentren con facilidad, pero ayer vistes que no soy de la clase de personas que huye, bajé a luchar junto a ti y todos nuestros hermanos, no cederemos tan fácil-. Afirmo.

Muestra una sonrisa que es de compromiso, sé que quiere protegerme pero sabe que es inútil insistir- Está bien, como tú quieras mi pequeña Cupcake-. Me envuelve en un cálido abrazo que me traslada a aquella primera noche hace diez años que pasé sin mi familia y él estuvo para protegerme.

Cuando me suelta y se marcha yo me meto en la tienda con esa sensación de familia, es la única persona en la cual confío ciegamente, que dejo que me abrase, que hablamos absolutamente todo y que es la única familia que tengo.

Coloco mi rifle justo a mi lado como si fuese mi amante y duermo con mi mano sobre él, siempre lista para tener que utilizarlos. No tardo en quedar rendida sobre la dura superficie de la almohada.

CUERPOWhere stories live. Discover now