Capítulo XXII

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Los minutos comenzaron a pasar veloces o eso me parecía percibir conforme la luz estaba en un constante vaivén. La central eléctrica producía unos ruidos extraños, motorizados por momentos y por otros ruidos de altas descargas que estallaban en una oleada de chispas. Tanto tiempo apagada, la ha vuelto obsoleta.

Permanezco con mi vista al horizonte o hasta dónde puedo alcanzar a ver pero no hay señales de los artificiales. Volteo hacia mis lados y en este pequeño puente que funciona como andamio hay alrededor de unas cinco personas preparadas para disparar en cualquier instante.

- Vienen-. Dice Hayl con una voz casi muerta- ¡¡¡Ya vienen!!!!!-. Grita a todo pulmón señalando al frente a algún lugar que no alcanzo a ver.

Todos los que alcanzan a oír su grito se ponen listos para arremeter y algunos otros comienzan a disparar dando en el blanco. Yo apenas alcanzo a ver pequeñas siluetas que se mueven con la mira del rifle y no podría atinar con una bala a esa distancia. Recorro el horizonte con la mira de mi arma en alto y entonces veo... una estrella... si... una estrella anaranjada que se desprende del suelo... que viene muy rápido y es color fuego...

- ¡¡Todos al suelo!!!!-. Grito cuando tomo a Hayl por la parte de la espalda alta y la cubro.

La verdad no alcanzo a ver contra que impacta, lo único que escucho es un gran ruido ensordecedor que me deja los oídos pitando, veo por el rabillo del ojo muchos fragmentos de lo que sea que haya destruido volar por doquier. Cuando Hayl me ayuda a poner de pie con una gran torpeza ya que estoy algo sorda y mareada por el gran impacto veo que todos huyen de este andamio.

Creí que estaba mareada. No. El puente está temblando bajo mis pies.

- Corre-. Escucho la voz de Hayl algo lejana.

El puente se abre a la mitad. Ambas rodamos y nos resbalamos como si fuese un tobogán. Comienzo a caer en la cuenta de lo que sucede cuando ya estoy colgando sobre la nada tomada de la mano de Hayl y ella tiene su mano aferrada a un barandal. Miro hacia el suelo el cual esta a una gran distancia del puente y caer seguramente no implique solo unos pocos moratones.

Ella intenta levantarme pero en cada intento el puente se desplaza un poco más. Caeremos ambas.

- Suéltame-. Le pido- Así podrás trepar, no me haré daño no es tan alto-. Le comento aunque mi mente grita que no me suelte.

- No te soltaré-. Me dice ella mientras hace fuerza por subirme pero el barandal comienza a torcerse en dirección al suelo por nuestro peso.

La lluvia de balas comienza de inmediato. Están aquí.

- No me odies por esto-. Me pide.

Balancea mi cuerpo con todas sus fuerzas hacia atrás y cuando vuelvo con todo el impulso hacia delante me suelta por el aire. Mientras voy cruzando hacia el otro lado ingrávida, me siento ligera, aún tengo mis brazos extendidos como queriendo alcanzarla y que no me deje ir. En un segundo proceso mil formas en las que caigo y en todas el trágico final de la muerte. Algo me detiene en un seco movimiento. Siento que me rodean unos brazos por la espalda pasando debajo de mis axilas y calzan en un perfecto ajuste que no me deja caer al suelo. Cuando volteo a ver... Abele sonríe.

Me ayuda a ponerme de pie mientras voy procesando todo lo que sucede y tomo un revolver de la funda que llevo puesta al cinturón ya que he perdido mi rifle. Miro al otro lado del puente y veo que Hayl desciende bruscamente sobre el suelo cayendo de pie. Va a combatir.

El ataque es inminente han venido demasiados artificiales. Por suerte también somos muchos. Comienzo a bajar las escaleras con velocidad y al llegar al suelo me encuentro con la desventaja de no saber a quién atacar ya que no los conozco a todos. Como saber quién es el malo.

CUERPOOn viuen les histories. Descobreix ara