Después de que casi todos mis compañeros se vayan a la siguiente clase me dispongo a hacer lo mismo. Cuando estoy a punto de alcanzar la puerta me tropiezo con mis cordones desatados y caigo al suelo. Corrección, casi me caigo, porque cuando estoy a punto de que mi cara toque el suelo siento una mano me coge del brazo. Me levanto, miro al causante que ha evitado mi caída, encontrándome con unos profundos ojos azules que me miran sin expresión alguna. Me quedo embobada por unos segundos, más no permanecemos mucho tiempo en la misma postura porque después de dirigirme la última mirada se da la vuelta con la intención de irse.

—Emm... gracias —digo tímidamente antes de que alcance la puerta. Alex asiente y se va sin decir nada.

En la cafetería miro hacia todas las direcciones intentando divisar Emma, que se encuentra sentada en una mesa del fondo con su típico libro encima de la mesa y comiendo su almuerzo. Parece un poco increíble decirlo, pero Emma ha sido mi mejor amiga desde que éramos pequeñas. Su pelo pelirrojo lo tiene atado en una coleta despeinada acentuando sus ojos cafés. Si algún desconocido nos mirara a las dos su último pensamiento sería decir que somos amigas. A parte de ser polos opuestos ella es físicamente una de las chicas más guapas de la clase, mientras yo soy una chica que nunca ha destacado entre las demás.

Me acerco hasta ella y me siento a su lado mientras resoplo exageradamente.

—¿Dónde te habías metido? Te he estado esperando 10 minutos, incluso te he llamado —dice poniendo morritos y fingiendo estar enfadada.

—Lo siento, se me ha pasado la hora —digo mirando el reloj que hay en la cafetería—. ¿Sabes que ha venido un alumno nuevo? —le pregunto fingiendo indiferencia.

—Sí, hoy a segunda hora a estado en mi clase, creo que se llama Alex —Frunce el ceño—. Pero no te fíes mucho de él. Por lo que se rumorea, es un chico muy problemático y agresivo —susurra.

—Tampoco tenía mucho interés por él —respondo mordiendo mi magdalena de chocolate blanco.

Emma mira la magdalena y hace una mueca. La verdad es que ninguna de las dos es que lleve un estilo de vida muy sano con una estricta dieta, pero Emma intenta controlarse un poco. No es que no me preocupe por mi físico porque siempre he sido del tipo de personas que por más que coma no coge peso, pero últimamente he tenido antojo de dulce.

No puedo evitar comparar a Emma y a mí en cuanto forma de vestir. Ella lleva cosas más a la moda mientras que yo suelo vestir ropa holgada y bastante cómoda, porque ¿qué mejor ropa que las mallas y las camisetas de deporte o de propaganda?

La hora del almuerzo nos la pasamos hablando sobre tonterías y riéndonos como tontas ganándonos un par de miradas de algunos compañeros. Pero como siempre suena el timbre interrumpiendo nuestra conversación.

—Hasta luego. Me toca física, ¿nos vemos después? —le digo poniéndome la mochila y tirando el envoltorio de la magdalena a la papelera.

Sí chicos, yo siempre reciclo. Soy de las personas que le gusta cuidar el medio ambiente.

—Lo siento, pero tengo que ir a ver a mi abuela al hospital —dice apenada.

—No pasa nada, nos vemos mañana.

Después de despedirnos me dirijo a clase de física. Hoy hace un día lluvioso así que aprovecho y me siento al lado de la ventana. Cuando está la clase medio llena siento alguien correr la silla hacía atrás y sentarse a mi lado. Miro hacia la derecha discretamente encontrándome a Alex. Lo miro sorprendida durante un mili segundo, pero enseguida giro la cabeza y miro al frente como si mi asombro no fuera evidente.

En menos de dos segundos se forma un círculo de chicas alrededor de la mesa de Alex. Juraría que he visto a alguna tan embobada contemplándolo que se le caía un poco de baba. Según lo que he podido ver muchas de ellas intentan llamar su atención, mientras que las otras cuchichean y ríen como niñas pequeñas. Para mi sorpresa no sale ninguna palabra de la boca de Alex; o bien las ignora o pasa de sus comentarios absurdos e insinuantes.

Qué raro, ¿se querrá hacer el interesante o es simplemente que no les interesa? O lo más probable, ¿tendrá novia y por eso pasa de todas?

Después de unos minutos entra la profesora con sus tacones de 10 cm y su digno modelito del día. De todas las profesoras que hay en el centro ella es la que más ridícula va, intentando aparentar ser una adolescente más cuando ya está entrando en los cincuenta. Pide a todos que se sienten en sus sitios a la vez que abre su libro encima del escritorio. Por una parte, admiro a esta profesora, tiene un estilo tan "auténtico" que me da gracia que no le dé vergüenza ir así por todo el instituto delante de todos sus alumnos.

—Bien chicos, hoy haremos un trabajo en parejas —dice subiéndose las gafas. Todos los alumnos se emocionan y enseguida se empiezan a formar grupos—. Pero, las haré yo —avisa, provocando suspiros y quejas de la gente.

—A ver... —dice la profesora ignorando sus comentarios—, Chloe con Tyler, Garret con Hannah, Damon con... —Dejo de escuchar hasta que escucho mi nombre—. y Sydney con...

Blue Eyes (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora