8. En cubierto.

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Abrí los ojos y miré desorientada a mi alrededor, me senté derecha sobre la cama al notar las familiares paredes azul marino.

-Veo que has despertado.-Miré instintivamente al suelo.

-Sí, ¿por qué me has traído a tu habitación?

-Yo le pedí que lo hiciera.-Levanté la mirada, encontrando mi mirada con la de Gabe.

-Ya veo.-Me levanté y mi mundo dio vueltas, volví a sentarme.- ¿Qué ocurrió?

-Tuviste un colapso con tu habilidad.-Respondió Gabe con tranquilidad.-Tranquila, ya aprenderás a controlarlo.

-Sé controlarlo.-Dije molesta, alzó una ceja.-Bueno... no perfectamente pero sé hacerlo.

-Ajá, ¿y es por eso que vistes así?

-Okey, no sé muy bien hacerlo, pero lo haré, espero.-Murmuré la última parte para mí misma.

-¿Te has inscrito en las clases avanzadas?-Preguntó Douglas luego de observarnos a Gabe y a mí alternativamente.

-¿Tú qué sabes acerca de ellas?-Preguntó Gabe con los ojos entrecerrados.

-Estoy inscrito en el programa, solo que voy un nivel por debajo de ti.

-No puede ser que estés en el programa, tú eres normal, no tienes ninguna habilidad.-Douglas se encogió de hombros y dirigió su mirada hacia mí.

-¿Cómo te sientes?

-Bien.-Asintió y miró a Gabe, él entendió el mensaje.

-Me voy, nos vemos mañana, Zeus.-Se acercó a mí y dejó un beso rápido en mi mejilla para luego salir de la habitación.

-¿Cómo están los cachorros?-Pregunté balanceando mis piernas sobre el borde de la cama.

-¿Quieres verlos?

-¡Síii!-Dije levantándome de un salto, él sonrió y salimos de la habitación, caminamos por un largo pasillo y subimos unas escaleras corredizas hasta llegar a un ático, unos pequeños y agudos ladridos nos recibieron.

-Los pequeñines de cuidados especiales se quedan con Mayra o conmigo.-Asentí y caminé en dirección a un cachorro negro que jugaba a perseguir su cola, me agaché y lo acaricié.

-Hola, pequeño.-Sonreí y casi al instante fui rodeada por los demás cachorros, todos luchaban por subirse en mi regazo y recibir caricias, reí y los acaricié a todos.- ¿Ya les asignaste un nombre?

-Noup.-Rascó su nuca.-Son demasiados.

Reí y negué con la cabeza.

(...)

-Quiero sesenta series ¡ya!-Gritó el entrenador, algunos comenzaron a correr, otros a hacer lagartijas y otros a hacer sentadillas, yo estoy entre los últimos.

Me encontraba en el cuartel del FBI entrenando con algunos de mis compañeros, me encantaba entrenar aquí debido a que podía usar blusas de tirantes y shorts, ya que en la sección en la que me encontraba solo había chicos con habilidades especiales, los cuales no me tocaban por ningún motivo y sabían cuidar sus pensamientos de mí.

Luego de terminar las sentadillas nos pusimos a correr por toda la pista, dimos sesenta vueltas sin parar y luego nos tiramos boca abajo e hicimos otras sesenta lagartijas.

Terminamos de hacer las series en menos de treinta minutos, nuevo récord.

-¡Smith's!-Ladró el entrenador, mi primo y yo nos levantamos de un salto.-Los llaman sus padres, largo de aquí.-Asentimos, tomamos nuestras cosas y salimos del monumental gimnasio para luego dirigirnos al cuartel general.

Absorbente #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora