37. Volviendo a casa.

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Siete meses después...

-Te prometo que vas a ser hijo único.-Le dije a Levi, cansada, él rio y aplaudió.-Lo digo en serio, Alexis.-Dejó de reír, sonreí triunfal.

Lo tomé en brazos y caminé hasta la sala, me agaché y recogí el correo, dejé a Levi acostado en el sofá y revisé los sobres, solo eran facturas que debía realizar y una invitación a una boda, abrí la invitación y leí su contenido con rapidez, tragué saliva con fuerza.

Estas cordialmente invitada a celebrar con nosotros nuestra unión en matrimonio.

Te esperamos el 8 de Marzo del presente año a las 14:30 horas en la iglesia principal de Boston.

Atte: Scarlett Foster y Dark Smith.

Volví a leer la invitación con los ojos desorbitados, mis padres iban a casarse. El balbuceo de mi hijo hizo que dirigiera mi mirada a él, me lancé hacia delante a tiempo de parar su caída del sofá al suelo.

-Por poco.-Bufé, Levi rio y tomó mi nariz entre sus manitas.

(...)

Cuatro meses después...

Terminé de empacar y miré a mi hijo con una sonrisa, lo saqué de su cochecito entrenador y le di un sonoro beso en la mejilla. Hoy regresaríamos a Boston, y esta vez sería de manera definitiva.

Juan y mi Jefe, en la cede de Boston, habían autorizado mi regreso a mi hogar, donde tomaría unas merecidas vacaciones de dos años para acabar mis estudios y dedicarle tiempo a mi pequeño.

El idiota de su padre no se ha dignado a llamarme en este último año, ni siquiera en el cumpleaños de Levi, aunque creo que no sabe cuándo fue. En fin, mi pequeño ahora tiene un año y dos meses, no tarda en hablar ni tampoco en dar sus primeros pasos, yo dentro de unos meses cumpliría los 21, ya me siento vieja.

La boda de mis padres es en tres días, tiempo suficiente para instalar mis cosas en el departamento, a menos que mi padre nos eche y Levi y yo terminemos en un hotel, espero que lo segundo no pase.

No iba a necesitar un camión de mudanza ya que lo único que me llevaría sería mi ropa, zapatos, mis libros, y las pocas pertenencias de Levi. Todo cabía en dos maletas y media. En una hora partiría nuestro vuelo, así que debo apurarme.

(...)

-Dile adiós a México, Levi.-Dije en inglés a mi hijo, él miró por la ventanilla del avión con sus grandes ojos grises, idénticos a los míos, muy abiertos y se despidió con un movimiento de mano, reí y besé su mejilla.-Ahora, a dormir.-Hizo un puchero, mi corazón se enterneció.-No me mire así, señorito.-Se cruzó de brazos e hizo los ojitos del gato con botas, suspiré.-Bien, un capítulo de La casa de Mickey Mouse y a dormir.-Asintió y aplaudió.

Suspiré con una sonrisa de lado y saqué mi iPad, puse el programa del ratón y lo sostuve frente a ambos para que mi pequeño disfrutara.

-¿Cómo se dice?-Sus balbuceos me contestaron, reí y besé su cabellera cobriza.

(...)

Paré un taxi y bostecé, acomodé mejor a mi hijo entre mis brazos y dejé que el conductor del taxi metieras mis cosas al maletero por sí solo.

-¿Adónde, señorita?-Me preguntó una vez que estuvo en su respectivo lugar, aclaré mi garganta.

-A los departamentos de la décima.-Él asintió y puso en marcha el auto, yo por mi parte recargué la cabeza en la ventana y cerré los ojos.

-Ya llegamos.-Me sobresalté al escuchar la voz del conductor, asentí adormilada y bajé del taxi, frente a mí se encontraban mis maletas, saqué seis dólares de mi bolsillo y le pagué a conductor.-Que tenga una buena noche.

-Gracias.-Tomé las maletas y entré en el edificio, me metí en el ascensor y pulsé el botón de mi piso, cambié de brazo a Levi y salí del ascensor cuando las puertas de latón se abrieron.

Dejé mis maletas recargadas en la pared y llamé a la puerta de mi antiguo hogar con fuerza, nadie abrió, volví a tocar, esta vez con más insistencia, nada. Gruñí y miré la hora en mi celular, 3:40 am, miré a Levi en mis brazos y volví a tomar mis maletas, me subí en el ascensor y pulsé el botón para ir a la planta baja.

(...)

-Hola, Adryan.-Suspiré con cansancio apenas abrió.

-Zeus.-Me miró sorprendido.-Pasa.-Tomó mis maletas y se hizo a un lado.-Le diré a Douglas que baje.

-Gracias.-Sonreí de lado y me senté en el sofá, mi hijo abrió sus ojitos y me miró con un puchero.-¿Tienes hambre?-Balbuceó, suspiré y me incliné hacia delante para tomar un biberón con fórmula de mi mochila.

-Zeus.-Me sobresalté al oír la voz adormilada de Douglas frente a mí.- ¿Qué haces aquí?-Bostezó.

-Vengo de México para la boda de mis padres y pasé a saludar.-Me encogí de hombros y me levanté del sofá.- ¿Puedo tomar un poco de agua? Es para la fórmula de Levi.

-Toma lo que necesites, la cocina está a tu izquierda.-Tomó a Levi de mis brazos, asentí y fui a la cocina, puse a calentar agua en una cacerola para luego vaciarla en el biberón, lo cerré firmemente y comencé a agitarlo para que la fórmula se disolviera bien mientras regresaba a la sala.-Tiene sueño.-Susurró Doug mirando a nuestro hijo en sus brazos, sonreí de lado.

-Cuando haya terminado de comer podrá dormir.-Le quité la tapa al biberón y tomé a Levi en brazos, puse la mamila en su boquita y casi al instante comenzó a comer.

-Mi madre está de visita, por lo que tendrán que dormir conmigo.-Tomó mis maletas y nos guio a la planta de arriba, bostecé al entrar y me senté en la cama.

-No hay problema.-Volví a bostezar.

-Dámelo y duerme un rato.

-¿Seguro?

-Síp.-Dudosa le pase a nuestro hijo, Doug sonrió y siguió dándole de comer.

Por mi parte me quité el short de mezclilla que traía al igual que mi blusa, me levanté de la cama y fui hasta el armario de Doug, tomé una camiseta suya y me la puse, para luego quitarme el sujetador por debajo de esta. Corrí hacia la cama y me tiré encima de ella, abracé la almohada y caí dormida al instante.

(...)

El llanto de Levi hizo que me despertara sobresaltada, me giré y miré el espacio vacío entre Doug y yo.

-Vuelve a dormir, yo me encargo.-Murmuró él, mascullé algo que ni yo supe qué era por lo bajo y volví a caer dormida.

(...)

Terminé de ponerme el vestido y me miré en el espejo de cuerpo entero que había en la habitación de mi "esposo".

Me había puesto un vestido azul rey que resaltaba mis curvas y cintura (volvía a estar en forma), el cuello era circular, simulaba ser un collar con piedras lapislázuli grandes intercaladas en él, había algo similar mi cintura pero en ella eran más pequeñas las piedras; la falda del vestido era larga y tenía tres capas de tela, todas del mismo color. Me puse unos zapatos de tacón del color del vestido y proseguí a maquillarme, elegí sombra de ojos dorada y labial rojo, me puse rímel y delineador para ojos, y al terminar miré mi cabello con una mueca; decidí dejarlo suelto y lo acomodé con las manos, dejando que cayera en ondas por mi espalda.

-Zeus... wow.-Me giré para ver a Doug y sonreí al ver el efecto que causé en él.-Te ves... bellísima.

-Gracias.-Me ruboricé levemente y lo miré de arriba a abajo.-Tú tampoco estás nada mal.-Le guiñé un ojo y me mordí el labio inferior, sus ojos se obscurecieron un poco, reí.- ¿Dónde está Levi?

-Aquí viene.-Miró sobre su hombro con una sonrisa, abrí los ojos como platos y me apresuré a llegar a su lado para luego observar a mi hijo dar pasos inseguros sosteniéndose de la pared, sonreí ampliamente.

-¡Muy bien, Levi!-Exclamé tomándolo en brazos y comenzando a besar todo su rostro.

-Debemos irnos o llegaremos tarde a la ceremonia.-Dijo Doug consultando su reloj, asentí y tomé la pañalera de Levi del escritorio.

-Vamos.

Absorbente #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora