Capítulo 40

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El avión privado del FBI aterrizó en la pequeña pista privada del aeropuerto de Budapest y a continuación todos los hombres que viajaban en él descendieron por las escaleras vestidos todos iguales. Cuando éstos estuvieron abajo Taylor Brooks, Brian Duch y Trevor Bolton bajaron del avión.

- ¿Sabe qué hacer? – Duch habló a Taylor desde sus espaldas con las manos metidas en los bolsillos. Taylor siguió caminando hasta llegar a una de las terminales seguido por todo el equipo y cuando entraron en el edificio se giró hacia él.

- No le he localizado para para perder el tiempo. – El mal carácter de Taylor estaba floreciendo y Trevor se limitaba a maldecir interiormente por tener que aguantar tal comportamiento.

Todo el equipo siguió caminando hasta llegar a una pequeña sala en la que casi no entraban. Taylor se puso frente a toda su unidad más un pequeño equipo de cinco policías de Hungría.

- Saben a lo que venimos. Los dos sujetos que perseguimos son muy listos, pero nosotros lo somos más. – Todo el mundo asintió en silencio y Trevor suspiró exhausto. – Quiero volver a mi país en menos de cuarenta y ocho horas. No me pagan por perder el tiempo.

Todos los agentes se disolvieron en el reducido espacio de la sala Taylor se acercó a Trevor.

- No creo deba hablar así de Justin. - Comentó Trevor con las manos en los bolsillos y mirando al frente.

- Es así como se tiene que hablar de un traidor. – Gruñó Taylor muy cerca de él. – Todavía me sorprende que lo defiendas.

- No lo estoy defendiendo, solo estoy intentando ser racional.

Taylor no contestó y se giró para intercambiar algunas palabras con Brian. Trevor se quedó ahí, en el mismo sitio en el que estaba desde que llegó, solo y sin relacionarse con nadie.

- Quiero la localización de Justin ahora mismo. – Gritó Taylor desde el otro lado del lugar.

Varios agentes se pusieron a teclear en un ordenador que habían traído con ellos y Taylor solo daba vueltas por la sala mordiéndose las uñas y con la vista clavada en el suelo esperando alguna respuesta por parte de los investigadores informáticos. La localización normalmente se obtenía en segundos, pero aquella vez estaban tardando más de lo normal y cuando por fin pensaban que la tenían sonó un pitido proveniente del ordenador. Taylor miró confundido a los informáticos sin saber qué es lo que estaba pasando, pero éstos se adelantaron y comenzaron a teclear de nuevo buscando nuevas forma de conseguir un rastreo claro, pero de nuevo el sonido de denegación apareció en el ambiente. Volvieron a intentarlo por tercera vez y ocurrió exactamente lo mismo.

- ¿Qué es lo que está sucediendo? – La voz de Taylor retumbó en toda la sala y los agentes informáticos lo miraron con terror.

- Señor... Parece que el agente Justin Bieber ha destruido el dispositivo de rastreo. No tenemos ningún modo para poder localizarle.

La cara de Taylor se transformó de una manera difícil de describir. Trevor pensaba que se pondría a dar golpes y a arrojar cosas, así que se preparó y se llenó de paciencia para poder calmarlo antes de que hicieran demasiado el ridículo en el continente europeo. Sin embargo, Taylor sólo se limitó a ocultar su rostro con su mano e intentar meditar. Segundos después volvió a la realidad.

- ¿Cuál fue la última localización que tenemos? – Su tono fue calmado y algo suave.

- En un parque a unos diez minutos de aquí. Está algo escondido pero es fácil llegar. – Uno de los agentes húngaros habló detrás de los informáticos y Taylor asintió.

Caso 21» j.b Donde viven las historias. Descúbrelo ahora