Capítulo 36

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Eran las nueve de la mañana y la luz del día ya se filtraba por las viejas cortinas del local de Justin y ________, aunque tampoco hubiera hecho falta el sol para despertar a Justin, ya que su teléfono había sonado tres veces a lo largo de la mañana.

Se incorporó en el colchón con pereza, frotándose la cara con la palma de sus manos para despejarse, dándose cuenta de que estaba solo en la cama, así que supuso que _______ estaría dando golpes al saco. Después de esto, cogió el móvil y lo desbloqueó para saber qué es lo que estaba pasando, y ahí es cuando se despertó completamente.

Tres llamada perdidas de su jefe, Brooks.

Y estaba entrando la cuarta.

Descolgó la llamada y tragó saliva, era lo único que sus músculos le permitieron hacer. Después de un largo silencio alguien pronunció algo.

- ¿Bueno? – Taylor comenzó. – Justin, ¿estás ahí?

- Uhm... sí, estoy escuchando, ¿qué necesitas? – Pero Justin frunció el ceño con la esperanza de que no necesitara nada, porque no tenía pensado volver a los Estados Unidos. No por ahora.

- Sé que es muy tarde – Taylor llamaba desde Nueva York, y por la diferencia horaria aquello daba las tres de la mañana en el estado americano. – pero te necesito. – Justin cerró los ojos y suspiró silenciosamente, había predicho lo peor. Se levantó del colchón y se acercó a la ventana, apartando un poco la cortina para ver el exterior, pudiendo observar que parecía hacer frío allí afuera. Miró hacia atrás y carraspeó. – Sé que he sido un poco duro contigo pero créeme, tengo muchas esperanzas en ti.

- Me quitaste la placa, ¿eso son esperanzas?

- Sí, sí, lo sé. Y lo siento, pero es que te necesito. El equipo te necesita.

Se produjo un silencio largo en el que no se escuchaba nada dentro del local de Justin, ni tampoco en el otro lado de la línea. Justin fijó su mirada en algún punto del otro lado de la ventana y luego miró hacia atrás para ver que ________ seguía en el cuarto de boxeo.

- ¿En qué? – Justin lanzó la pregunta de manera tajante, Brooks tragó saliva y pensó como pedir aquello.

- Es _______. No aparece. Es como si hubiera desaparecido de la faz de la Tierra, pero sabía que tú querrías ayudarnos, tienes tantas ganas como yo de meter a esa zorra entre rejas, ¿verdad? ¿a que sí, Bieber? – Sonaba tan desesperado desde la otra línea que Justin frunció el ceño y sacudió la cabeza con confusión.

- ¿Qué? Yo en ningún momento he dicho que voy a ayudar.

El tercer silencio entró en la conversación, pero este era más incómodo que los otros dos juntos. Minutos después Taylor carcajeó y suspiró.

- Me gustaría pensar que aprecias tu trabajo, porque lo haces, ¿verdad? Es muy irónico que hayas dedicado toda tu vida a esto y ahora se te vaya a ir todo por la borda.

- ¿A qué te refieres? – Justin endureció su expresión facial y volvió a voltear porque los golpes al saco habían cesado. - ¿Me estás amenazando? – Dedujo susurrando.

- Claro que no. – Taylor Brooks volvió a reír al otro lado de la línea. – Solo te estoy aconsejando. Si aprecias tu trabajo ya sabes lo que tienes que hacer. ¿O vas a actuar como un cobarde?

Y los pitidos que daban por finalizada la llamada se hicieron presentes, al igual que la sombra de ________ detrás de la puerta del cuarto de boxeo habiendo presenciado la conversación desde el principio.









Max observaba a su hija dormir, que descansaba la cabeza sobre sus piernas, mientras las acariciaba el pelo. Siempre había adorado ver a su hija tan serena y tranquila, porque era el único momento en el que no se sentía culpable de haberle dado la vida que no merecía.

Caso 21» j.b Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz