Capitulo 18

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Seis largos meses han pasado pero se sentían como seis largos años, no sabía nada de ellos y los extrañaba, la última vez que vi sus rostros fue por medio de una noticia que anunciaba la construcción de un nuevo complejo hotelero de Ferran Collen y por supuesto mis antiguos jefes serían los responsables.

Estaba en Inglaterra, en un pequeño pueblo que ni siquiera aparecía en el mapa, no he tenido inconvenientes por el dinero ya que mis padres habían creado una cuenta en la cual ingresaban una cantidad de dinero bastante considerable desde que salí de la universidad y al parecer aun lo seguían haciendo, a pesar de no querer utilizarlo, decidí hacerlo porque me enamore de una cabaña bastante retirada del pueblo y se encontraba junto a un hermoso lago. El lugar típico para una perfecta escena del crimen.

El pueblo era bastante pequeño pero tenían lo necesario, solo habían dos bares y dos mini supermercados, una iglesia, mecánico, taller de costura, restaurantes y otras cosas simples pero necesarias, era un pueblo bastante tradicional y las personas vivían del campo, la tecnología era casi nula, solo se encontraban los televisores en cada una de las casas y si alguien necesitaba Internet o hacer una llamada tenían que ir hasta un pequeño local. Sorprendentemente la señal llegaba con mucha intensidad al pueblo y podía seguir utilizando mi teléfono y mi plan de datos.

La Cabaña era lo suficientemente grande, aquí podían vivir cómodamente una familia de 4 personas, la cabaña tenía 3 cuartos, una gran sala con cocina abierta integral y 2 baños, la parte trasera daba a un gran terreno con grama y un pequeño lago que la hacía más hermosa, estaba a 15 minutos del pueblo y era lo suficientemente privada y discreta ya que no habían vecinos a los alrededores, su estilo era rustico y todo estaba hecho en madera, desde los muebles hasta parte de las paredes, había una pequeña chimenea en ladrillo rojo que le daba un toque especial a la casa. Además, el alquiler era bastante baja para todo lo que ofrecía.

Había encontrado esta casa gracias a un amable vendedor de recuerdos en el centro de Londres, su madre era la dueña de esta cabaña que el había construido para ella, pero que ahora era alquilada a extranjeros; La señora Telma era un anciana maravillosa, a pesar de tener 75 años tenía la energía de alguien de 20 y era contagiosa, cada semana venía a visitarme con un plato de comida distinto, era un amor de persona y hacia que me sintiera vieja a mis escasos 23 años.

Me encontraba sentada en el sofá frente al televisor y decidí salir por comida, en el restaurante del pueblo preparaban unas pizzas excelentes y estaba antojada de una de peperoni, me levante y tome las llaves de la casa dirigiéndome hasta la salida, el sonido de mi celular hizo que me regresara hasta una de las habitaciones y lo tomara ya que se encontraba cargando en la mesa de noche, en la pantalla se veía el nombre de Andrea.

- Hola amiga - la salude saliendo de la habitación hacia la salida

- Hola guapetona - una voz masculina me saludo desde el otro lado

- ¿Bastian? - sonreí

- El mismo - me lo imagine sonriendo - ¿Cómo estás? No he hablado contigo desde que te fuiste, hasta cambiaste de número. - me reclamó

- Lo lamento, tuve que cambiar mi numero o me volvería loca, los primeros días mi celular no dejaba de sonar - suspire saliendo de la casa - Respondiendo a tu pregunta estoy muy bien, me ha hecho bien estar del otro lado del charco ¿Cómo es que tienes el celular de Andrea? - le conté mientras me dirigía hacia el pueblo

- Me lo dejo y aproveche para esculcar un poco – se rio - ¿Me dirás dónde estás? - me preguntó

- No - escuche su bufido y sonreí - sabes que no puedo -

Nuestra para amar. (Nuestra Ángel Nuestra Diabla)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora