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La noche había llegado, la luz de la luna invadía la habitación en la que se encontraba KyungSoo cubierto con una fina camisa que le pertenecía a JongIn, entre sus manos tenía una taza de chocolate caliente. El invierno estaba dejando un gran rastro y era un buen momento para beber aquella bebida.

KyungSoo vio como las ramas de los arboles se movían al compás de la fuerza del viento, podía observar como algunas se chocaban entre si y el gran crujido que salía de aquel golpe.

Podía escuchar un ruido que provenía de la ducha, eso daba a entender que JongIn aún se estaba bañándose. Eran las diez de la noche, KyungSoo tuvo que obligarlo a bañarse, odiaba el agua fría el moreno pero si o si debía hacerlo.

Paso una mano por su cabello un poco húmedo desviando su mirada suspirando para avanzar hasta la cama y acomodarse en el suave colchón.

La taza de chocolate caliente cada vez se vaciaba más, era delicioso para KyungSoo probar aparte del vino que era su debilidad. Amaba la sensación del chocolate invadir su boca para luego deslizarse por su garganta y darle un sabor exquisito provocando que de otro sorbo a la bebida.

La camisa de JongIn era muy grande cubriéndole hasta los muslos, el frio envolvió sus piernas y temblaron un poco robándole un gemido y estremeció, provocando que su piel se erizara. Dejo la taza en la mesita de noche y se aproximó al gran closet de JongIn, agarro los primero pantalones que vio y se los puso rápidamente. La tela era de algodón y le daba una calidez hermosa a las finas piernas de KyungSoo, se aproximó al espejo que se encontraba en la habitación y pudo ver que el pantalón era un poco más largo pero dejaba mostrar su abultado trasero, aquello hizo sonreír a KyungSoo.

La taza se encontró nuevamente en vuelta en sus manos, su mirada se fijaba en el bosque que se encontraba delante de la ventana de su habitación con JongIn. Su mirada se clavó en un solo árbol respectivamente ignorando por completo los que estaban alrededor de aquel.

Cinco veces había visto en ese árbol a MoonKyu, trepado hasta la última rama viendo fijamente la ventana de su habitación esperando que se asomara KyungSoo para mostrarle una y mil veces sus colmillos.


"Los vampiros existen".


Eso jamás le había interesado, los libros de historia sobre aquellos demonios decían que solo era un mito del siglo XVIII, personas o más bien aquellos demonios solo se alimentaban de la esencia vital de las personas dejándolas sin ninguna rastro de sangre por sus venas.


¡ERA ABSURDO!.


Verlos con unos colmillos y filudos mientras en las noches se convertían en... ¿Murciélagos? KyungSoo no creía nada de eso, la historia le había inculcado que eran mitos solamente.

Pero sus dudas crecieron y una nueva pregunta se clavó en su mente, ¿existen los vampiros? era tonto, ya que hace varios años pensaba que era toda una estupidez eso, pero tenía miedo cada vez que veía los colmillos de MoonKyu. Pensaba que eran falsos pero ¡no mierda! eran reales al ver una vez como mataba un animal en mi cara.


Era estúpido para KyungSoo tener miedo a cosas del otro mundo, siempre supo que esos seres que no pertenecían al mundo actual debían ser enfrentados y mandarlos a la mierda para dejarlos en paz. Pero MoonKyu era distinto, era un maldito ser que lo acosaba haciendo sus actos tenebrosos enfrente de KyungSoo sabiendo que provocaba miedo en el menor.

Red MoonWhere stories live. Discover now