Zoe gruñó bajamente al sentir su cabeza palpitar tan duramente como lo hacía. Tuvo que girar su pequeño cuerpo ante la dureza que presionaba en su nuca. Un quejido salió de sus labios cuando deslizó sus pequeñas manos por su rostro. Dios, le dolía como la mierda el rostro. En realidad, ella sentía como si una docena de camiones le hubieran pasado por encima. La luz fue tan fuerte al momento de abrir los ojos que tuvo que cerrarlos de inmediato y tratar de taparse con los brazos. Tuvo que llevar un largo rato para que se acostumbrara completamente a luz, pero lo logró.

Las paredes eran blancas y sencillas y un tanto aburridas. Zoe deseó poner un enorme cartel con imágenes de perros y gatos delante. Una pequeña sonrisa la interrumpió. Ella siguió recorriendo el espacioso cuarto. Un gran sofá descansaba en la parte izquierda. Y cuando giró su cuerpo su ceño se frunció al ver aquel medidor de ritmo cardiaco, y sus oídos estuvieron atentos ante la imagen que se podía ver en el aparato. No supo porque sintió curiosidad de tocarlo pero se detuvo cuando vio un oxímetro[1] en su dedo índice. Su ceño se frunció el doble.

Cuando bajó lentamente la mirada encontró dos cables que sobresalían por debajo de una especie de bata que la estaba cubriendo y como tenía varias agujas enterradas en sus brazos. Zoe se asustó inmediatamente y trató de quitarlos, pero de inmediato sintió el cansancio apoderándose de sus brazos y como el sonido de la máquina a su lado empezaba a pitar descontroladamente. Sus ojos se abrieron de golpe y su respiración se desigualó. Estaba hiperventilando nuevamente. El terror estaba cegándola. Sintió como su garganta se cerró al intentar gritar. Sus ojos se humedecieron de inmediato.

El estruendo a su lado la hizo abrir los ojos alarmada. La fuerza sólo la acompañó para girarse y ver. Se sintió tan débil cuando los vio. La miraban alarmados y con expresiones de susto. Un sollozo la abandonó al ver la dificultad con la que se acercaban hasta ella. Los dos cojeaban y apenas y podían caminar mientras arrastraban las piernas enyesadas. El corazón de Zoe se rompió un poco más. Se encogió en su puesto cuando vio como trataban de acomodarse intentando hacer más espacio en la camilla. Cuando la abrazaron y se acurrucaron contra ella lloró más mientras escuchaba la jodida maquina hacer aquel sonido infernal que estaba lastimando sus oídos.

—Ey, ey, bebé, tranquilízate dulzura, estamos aquí, Zoe, estamos aquí.

El susurro de Justin la hizo debilitarse un poco más, la dañó un poco más, la destrozó un poco más. Zoe no se detuvo y las lágrimas siguieron corriendo por sus dulces mejillas mientras los dos chicos la abrazaban con más fuerza. ¿Es que no tenían ni tan siquiera una idea de que la estaban destrozando? El cuerpo de Zoe se sacudió en temblores y trató de escapar con cada onza de fuerza que era capaz de encontrar. Sin embargo Zayn y Justin no la dejaron ir en ningún momento. No la soltaron, solamente la apretaron más contras sus duros pechos.

—Pequeña, vamos, mi amor trata de calmarte. Tu ritmo está descontrolado. Zoe estás asustándome, mierda, estoy nervioso como el carajo. Justin y yo lo hemos estado por varias horas ya. Por favor, bebé, cálmate.

El pecho de Zoe dolió tanto cuando recibió pequeños besos de parte de Zayn en sus mejillas y suaves besos de Justin en su cabeza. Trató de esconderse pero no se lo permitieron. Zayn deslizó su mano por la húmeda mejilla de Zoe, apartando los húmedos cabellos que se pegaban a su precioso rostro por las lágrimas y Justin besó la humedad tratando de secarla. Zoe estaba tan adolorida, tan cansada que simplemente dejó de luchar y lo aceptó todo, aceptó sus abrazos, sus besos, las palabras que le susurraban suavemente en su oído. Las suplicas. Estaban tan engañados. La estaban dañando y lo sabían, o ella lo creía así.

La estaban matando, literalmente. Y ella dejaba que le dieran todo ese cariño pues era la última vez que estaba dispuesta a recibirlo. Tan solo quería que la quisieran. Ella tan solo quería un poco de amor por parte de Justin y Zayn... Aunque lo fingieran. Y por muy masoquista que aquello sonara, ella solo los necesitaba. Necesitaba a los hombres de quienes se había enamorado, y que al día siguiente los dejaría ir. 

Zoe nunca había anhelado tanto los brazos de alguien como anhelaba los de ellos. Era tan frágil. Lo sabía tan bien y odiaba que la vieran de esa forma. Zoe odiaba que la vieran débil y ella sabía perfectamente que lo era. Y las lágrimas que estaban humedeciendo las manos de Zayn lo confirmaban. Los temblores que Justin estaba tratando de calmar con sus manos lo confirmaban. Los jadeos que salían de sus labios lo confirmaban. Los brazos que trataban de protegerla la debilitaban más. Los amaba tanto, tanto que estaba mal.

Ella cerró sus ojos al sentir la frente de Justin descansar contra la suya y a Zayn besando la piel detrás de sus orejas para pasar luego a su mejilla y descansar sus labios un largo rato en su pómulo. Sus vellos se erizaron al escucharlos cantar bajamente. Sorbió y mordió sus labios con fuerza, esforzándose por no llorar y falló:

—I put my heart into your hands, here's my soul to keep I let you in with all that I can —Tembló cuando los sintió más cerca. Tembló mientras seguía escuchándolos— You're not hard to reach, And you bless me with the best gift, That I've ever known You give me purpose, Yeah, you've given me purpose.

Al oírlos terminar, abrió sus ojos y tembló al ver como los dos estaban llorando en su piel. Zoe no pudo detener aquel dolor en su pecho al secar el rostro de sus chicos. Sus manos temblaban mientras los calmaba y los acercaba más. Con todo el dolor de su corazón lo hizo. Recordándose que esa era la última vez que los tendría. Que esa era la última vez que serían suyos. Zoe supo de inmediato que nunca volvería a ser la misma de antes por mucho que lo intentara o hiciera algo.

1) Un oxímetro de pulso es un aparato médico que mide de manera indirecta el oxígeno de la sangre de un paciente.


jmstxc fanfiction 2O17.
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