Hacia Ciudad Detis

368 44 15
                                    

Luego de recorrer cierta distancia caminando (unos 500 metros aproximadamente), llegamos a las orillas de la carretera, donde estaba la motocicleta de Rin.
Ésta era algo pequeña, de color rojo y con asientos negros que parecían de piel. Nada mal para ser un buen vehículo.

 Nada mal para ser un buen vehículo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


–Anda, sube...– me dijo la rubia, mientras señalaba su vehículo y se sentaba en este.

Aunque cuando intenté subir fue algo difícil, puesto que el lugar era estrecho y debíamos mantener el equilibrio para no caer.

–Ahora ponte el casco. No quiero que tus sesos vuelen por los aires si nos accidentamos– me advirtió Rin, cuando me dió un casco negro polarizado.

–Eh... ¿Y tú tienes uno?– pregunté con inquietud. Eran más importantes los sesos de Rin que los míos.

–Ahora mismo no, pero luego compraré uno en la tienda más cercana– me respondió...

–Bueno, si quieres yo puedo darte...–
–No, deja eso para después y guarda silencio– me interrumpió la chica, mientras colocaba su delgado y fino dedo en mi boca.

Después de eso, supe que era inútil intentar darle el casco a ella, así que me quedé callado.

Y así, comenzamos el viaje, en sentido a la carretera (es decir, en de forma contraria al bosque). Aunque ésto fue algo difícil, puesto que había tráfico en el camino, así como algunas criaturas...

Sin embargo, con éstas últimas no hicimos nada; simplemente continuamos hacia adelante.

–Y... ¿Hacia qué ciudad nos dirigimos?– pregunté cuando había pasado más o menos media hora.

–A Ciudad Detis. Ahí está el laboratorio...– me respondió la chica, con su tono monótono.

Y entonces, recordé que cerca de ese lugar vivían mis padres, quizá a unos cinco o diez minutos de ahí

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Y entonces, recordé que cerca de ese lugar vivían mis padres, quizá a unos cinco o diez minutos de ahí.

Cielos... Había estado tan cerca de Rin y yo no lo sabía...

–Oye, de paso a ese lugar, ¿Podemos pasar a mi casa?– pregunté de pronto, con esperanzas de un "sí".

–Supongo que sí, pero el día que lleguemos no será hoy– susurró, al mismo tiempo que bajaba la velocidad de la motocicleta.

Poco a poco, nos fuimos deteniendo por una simple e importante razón: había policías y ambulancias cerca de una zona cubierta de cinta amarilla; todo indicaba que un incidente había ocurrido.

–No es conveniente estar cerca de ellos... Esperaremos a que se vayan para seguir– decía la rubia, con un tono de seriedad.

Y tenía bastante razón, ya que ese momento éramos prácticamente fugitivos de la justicia.

Así que dimos la vuelta en una calle para estacionar la moto, para luego bajarnos de ésta.

–¿Y en dónde nos quedaremos a esperar?– pregunté con preocupación. El sol estaba bajando, por lo que pronto sería de noche.

–Creo que ese lugar no se ve tan mal...– señaló Rin.
Pero ese lugar se trataba de un antiguo local, destruido por el tiempo, y con las ventanas rotas.

–¿Estás segura? ¿No crees que haya un hotel por aquí?– dije mientras seguía a la chica al poco acogedor sitio

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

–¿Estás segura? ¿No crees que haya un hotel por aquí?– dije mientras seguía a la chica al poco acogedor sitio.

–No podemos darnos ese lujo ahora Len... O dime, ¿Tienes dinero para pagar una noche para los dos?–
–Nop...– negué con tristeza. Apenas tenía unas cuantas moneditas.

–Entonces nos quedaremos aquí, hasta que los policías se vayan– dijo Rin, al mismo tiempo que abría la puerta (ésta estaba rota y podrida).

Si de por sí el lugar no daba espina por fuera, por dentro era mucho peor.
Tan sólo ver los restos de basura, los grafitis de bandas y las enormes telarañas, mi piel se erizó.

–Anda, no seas cobarde– se quejó Rin al ver como me intimidaba el lugar.

–¿Yo cobarde? ¡C-Claro que no!– repuse, con un poco de nerviosismo.

–Bueno, no importa, sólo sígueme– pidió la chica de cabello rubio, caminando entre los escombros.
Yo al no tener otra opción, la seguí.

Por suerte el lugar no era tan grande, por lo que sólo tuvimos que inspeccionar unas tres o cuatro habitaciones para luego tomar asiento en una. La que estaba en mejores condiciones, claro está.

–Oye... Opino que deberíamos prender fuego o algo, este lugar está muy frío– dije después de un rato, cuando ya no podía soportar el helado ambiente.

–¿Estás loco? Si encendemos el fuego, los policías se darán cuenta que estamos aquí por el humo y la luz– dijo Rin, con un leve tono de molestia por mi idiotez.

–Okay, okay, entiendo... Pero es que tengo mucho frío– murmuré, mientras frotaba mis manos.

–Len... Hay formas menos riesgosas de tener calor– me susurró Rin, con la mirada en otro punto.

–¿En serio? ¿Cómo?–
–Como esta...– decía, al mismo tiempo que me abrazaba, de forma tierna.

–Ah, ya veo. Sí que funciona– asentí, con una gran sonrisa.
La calidez de Rin era mejor que cualquier otra...








//Hae!!

¿Quién dijo que los milagros no existen?

Pues este es uno de ellos :v

Un auténtico milagro de la rosa de Guadalupe 7u7

Eh, en fin...
¿Qué harán nuestros protagonistas en aquel lugar tan feo? ¿Alguien los sorprenderá? ¿Los policías los podrían descubrir?

No se pierdan el próximo milagro!!

Shao! xd

☣Dulce Veneno☣ [RiLen] ♢Segunda parte de "La Chica Contaminada"♢Donde viven las historias. Descúbrelo ahora