🌼Capítulo 17🌼

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Alexander es quién se adentra a mi habitación y detrás de él va Oliver, que quería detenerlo.

-Eeh...disculpen, pero creo que se confundieron de puerta, ésta da a mi habitación.

Ellos no dijeron palabra, Oliver ni siquiera parpadeó y eso me preocupaba.

-Pueden irse, chicos. Me temo decirles que no me agrada su visita a esta hora- dije.

-No- contestaron los dos.

-¿Disculpen?

-No, no te disculpamos.

Es serio me pone nerviosa que hablen a la misma vez.

-Este es mi cuarto y les estoy pidiendo que se vayan.

-No hasta que él lo haga.

Oliver señaló a Nick con desprecio y repugnancia.

-¿¡Que!?

-Está bien, me iré. No habrá problemas, Emma.

Él se disculpó, me sacó de su regazo contra mi voluntad porque si fuera por mí me quedaría allí hasta la muerte, cerró la puerta y bajó las escaleras.

El último ruido sonoro que se escuchó fue el de la puerta principal y el de su auto alejándose por la acera a toda velocidad.

-¿Qué demonios les sucede a ambos?

-¿Así agradeces? Te sacamos a ese pesado de aquí.

-¡¡YO QUERÍA QUE ESTÉ AQUÍ!!

-Pues espera hasta que se lo cuente a tu hermano y éste se lo cuente a la familia entera, en ese momento sí que no lo querrás aquí.

Encaminó sus pasos a la puerta.

-¡No Alexander, no lo harás!

Quise seguirlo, pero Oliver me detuvo.

-¿¡Qué sucede contigo!? ¿¡Qué sucede con él!? ¿¡Por qué quieren separarme de Nick!? ¡No les hizo nada, no lo conocen!

Oliver me abrazó.

Eso no me lo veía venir.

-Te hicimos un favor, Emms. Aunque no nos creas, conocemos a los Wintters más que a nadie.
🌼🌼🌼🌼🌼🌼🌼

Quería reprocharme, darme unas cuantas bofetadas en la cara por haber sido tan ingenua.

¡Obvio que entre ellos se conocían! ¿Por qué habría tanto odio sino? ¡Oliver no es así!

Decidí olvidar el tema, además ¿De dónde se conocían?...

Algún día, si en serio lo necesito saber, el destino me lo dirá.

Bajé con Cherry en brazos y miré a mi casi completa familia (contando la ausencia de Jacob) tranquilamente desayunado.

-Hola, cariño- saludó mi padre.

-Hola.

-¿Cómo está tu nariz?- me pregunta mi madre.

-Bien...no del todo, pero bien.

Miré el reloj de pared: 10:57 a.m.

-Es un milagro que estés ya cambiada a las 10 de la mañana de un domingo.

-Iré a la casa de Keiel- explico- ¿Cómo estuvo el partido?

-¿Qué partido?- pregunta Jamie.

-El de los Twings, el que fueron a ver papá y mamá.

-¡Que!- exclama Theodoro- ¿Y nos dejaron fuera?

Durmiendo con el enemigo Where stories live. Discover now