🌼Capítulo 9🌼

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-Ni suquiera lo conoces ¿por qué tanto odio?- pregunté asombrada, no tenía por qué ponerse de esa manera.

-Ese sujeto me trae mala espina.

-Nunca lo viste.

-Eso crees.

-¿Por qué debería pensar lo contrario, Oliver?

-Porque sí lo vi salir esa noche de tu casa, también vi por la ventana de nuestro balcón; como se escondieron, los encontraron y como él hirió a los matones. También vi desde mi balcón como te trajo en su moto y como te observaba, ¡es más hasta te sacó...!

-¡Oliver, cállate! ¿No era que habías ido a buscar a tu hermano al aeropuerto y que no habías visto nada?

Le dio una cucharada a su pastel y recogió todos los vidrios rotos de su vaso.

-Sí, los vi, pero por miedo no actué y te dejé en manos de ese imbécil, a ti te pudieron haber matado y yo...- le dije que no me diera explicaciones, no quería volver a ese tema y que no me importab- Ese chico me...pone la sangre helada.

-No te hizo nada- repliqué.

-Pero lo hará cuando te dañe a ti.

-¡Ay, Oliver! ¡Ni que me haya propuesto matrimonio! No lo conozco, ni me interesa hacerlo.

-Me alegra oírlo.

¿Cuál es su maldito problema? Ni siquiera conoce a Nick ¿Sabrá algo que yo no?

Seguramente me oculta algo. Habrá que averiguarlo más tarde.

-Deberíamos irnos- dije.

Pagó la merienda y me llevó a casa en el auto que le daba su padre. Un cacharro. Pero claro, su hermano Alexander tiene un auto rojo glamoroso.

Llegué a casa y le doy de comer a Cherry. Me quedé viendo una serie con mi padre en el sillón. Mi madre se fue a una reunión del trabajo y poco después, Jamie apareció para jugar a los super héroes con Theodoro. Se suponía que él era Iron man y el pequeño, una combinación entre Thor y el Capitán América.

De repente, una oleada de frío entró a casa, estamos a fines de invierno y el frío se va de a poco, pero ha vuelto y la casa no está calefaccionada.

-Cariño ¿Qué tal si vas a buscar leña para prender el hogar?- dijo mi padre levantando mi cabeza de su regazo.

Maldición. Casi me quedo dormida y odio que me despierten. Mucho más tener que salir de casa a esta hora solo para ir a buscar leña y caminando.

-Papá, ya es tarde, no falta mucho para que anochesca y hace frío para que salga a caminar ahora.

-¡Ah pero claro! ¡El viernes te importó un nabo que fuera de noche, dejaste que ese muchacho entrara igual a nuestra casa y te manosee...!

-Dahj, me das sarna- conteste bruscamente.

Subí las escaleras. Me cambié por un jean negro y unas botas, me dejé la remera y el sobretodo, me puse un gorro, unos guantes y una bufanda, tomé una mochila, metí un hacha en ella y salí por el balcón de mi cuarto para no tener que toparme con mi padre.

Puse una pierna fuera del puente, luego otra y me colgué con ambas manos de la barandilla. Me tiré al tubo de gas y me fuí deslizando lentamente hasta chocar con la canaleta. Al igual que un pasamanos, me fui corriendo hasta saltar al suelo.
Mi casa no tiene ninguna clase de alambrada. Esta ciudad se concidera un lugar en paz y muy tranquilo, así que no necesitamos alambres de púas, muros, malezas o rejas. Pero después de lo que pasó con Nick, lo estuve considerando.

Durmiendo con el enemigo Where stories live. Discover now