🌼Capítulo 4🌼

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-Muy buena presentación, señorita Thorn.- me dijo el profesor- Se nota que ha estudiado.

Sonreí. Eso se debía a Oliver, él me había ayudado durante casi 4 horas.

Después tuvimos Italiano y Física. Ambas muy difíciles y luego volví a casa como siempre. Esta vez, Oliver y Keiel habían quedado para estudiar en la biblioteca y me invitaron, pero no me gusta mucho ir allí, prefiero estar tranquila en casa aunque ese lugar sea muy callado odio los lugares públicos. ¡Y miren, iré a una fiesta obligada por mi mejor amiga donde van a haber millones de personas!.

El jueves cae como la lluvia, tan normal como siempre. Luego de la escuela, los padres de Emma deciden hacer algo diferente.

-Emma, debes alistarte, hemos quedado con Jacob, Zedd y la familia de la tía Mabel para ir a un parque de diversiones.

Mi madre baja las escaleras ya lista y preparada; de la mano lleva a Theodoro que lleva puesto un buso de Hulk y detrás viene mi padre.

-¿Son las 4 de la tarde de un viernes y quieren ir a un parque de diversiones? ¿No podría haber sido un sábado?, día en que me levanto a las 12 del medio día y no estoy tan cansada como ahora.

-Tú decides si venir o no- dice Jamie que de la nada sale del baño.

-Okey. -refunfuñé- Pero solo un rato. Luego me las arreglo para volver.

Tomamos los 5 el auto y conducimos en dirección al parque Wyland Fun. Nos encontramos con Jacob, Zedd, mis tíos y primitos en la parte de juegos extremos.

Fue allí en donde nos dispersamos y en unas horas volveríamos al mismo lugar.

Mi tía con su familia, mis padres y Theodoro se fueron a los mini juegos para niños.

Mis dos hermanos, Zedd y yo pagamos unas fichas para subirnos a un juego extremo. La típica gran torre con únicamente 4 asientos, ésta tiene al rededor de 50 metros de alto y los asientos se mueven de arriba a abajo.

Me senté junto a Jamie y Zedd, los cuatro nos pusimos los cinturones y el juego comenzó.

Agarré fuertemente las manos de mis acompañantes.

Casi podía ver mi casa a esa altura.

-¿Tienes miedo renacuajo?

-¡Cállate!

En ese momento, no estabamos a grandes alturas así que Jacob intentó sacarnos unas fotos.

Forsé una sonrisa pero creo que no me salió.

-¿Está bien señorita?- me preguntó el dueño del juego cuando este paró.

-Si, si, perfecta- respondí antes de caer al el piso.

-Creo que está un poco mareada.

Mi hermano mayor me levantó en brazos y me llevó hasta un banco. Jamie fue a comprarme una botella de agua mientras Zedd me abanicaba con la mano.

-Ésta se nos muere- murmuraban.

Me enchufaron la botella a la boca y la pusieron hacia arriba. Toso el agua ahogándome.

-Si yo no muero ustedes me matan- afirmé.

No entiendo cuál es el sentido o la gracia del juego si sus jugadores no se divierten.

Que torre del demonio

-Me voy a casa- musité.

-¡Todavía no! Quedan muchos otros juegos.

-Sólo uno más y me largo.

Eligieron el más lindo de todos: La Montaña Rusa del Terror.

Nos ponemos los cinturones y el trencito destechado comienza a avanzar a una velocidad insuperable por el rayo de luz. Lo primero que sucedió fue que entramos a la boca de un payaso, luego la velocidad baja a paso de tortuga para disfrutar de la vista que había: millones de maniquíes acercándose a nosotros, Zombies, Brujas y Vampíros. Grité cuando un maniquí tocó mi cara. Luego la escena cambia para mostrarnos a gente sin cabezas que manipulaba cuchillos y tijeras. Después un hacha casi me corta la cabeza y grité como si en verdad eso hubiera pasado. Luego pasamos a un lugar lleno de "arañas vivas" y aunque sabía que eran de mentira grité igual. Las odio. El tren chocó contra una puerta roja que despacio se abría dejandonos escuchar una risa aterradora y de allí solo sale un ratoncito. Todos suspiran creyendo que eso era todo. Pero de la nada sale una chica loca y ensangrentada que empuñaba un cuchillo. Me asombré mucho cuando se para insólita y me mira fijamente. El tren corre a máxima velocidad y nos deposita nueva mente en la estación de La Montaña Rusa del Terror.

Durmiendo con el enemigo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora