🌼Capítulo 23🌼

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La fragancia de mi hermano estaba impregnada en mí cuando me desperté.

Por suerte era lo suficientemente temprano como para darme tiempo y prepararme para ir al colegio.

-¿Qué hacen ustedes dos durmiendo en un sillón y...juntos?

Papá hizo que Jamie despierte al instante.

-¿Quiénes son ustedes y a dónde están mis hijos?

Su sorpresa estaba justificada. No dormíamos juntos desde los 5 años.

Oliver, con su nuevo auto y registro para conducir, me llevó hasta la escuela, seguido del auto de Alexander que llevaba a mi hermano. En serio me parecía una falta de lógica ir hasta el mismo lugar en coches separados si todos entrábamos en uno, pero si ellos lo deseaban así yo no voy a interrumpir con sus planes.

Jamie había dejado a Astrid, pero aún conservaba su popularidad. Él y Alex ya no son cucarachas que siguen a su reina y lo mejor de todo es que ella estaba cayendo, de a poco, al pozo del olvido.

-No puedo creer que Jamie tenga hermana.

-Se llama Emma.

-Da igual.

-Yo no puedo creer que él haya dejado a Astrid, hacían una muy linda pareja.

-Yo no entiendo cómo es que esa chica dejó a Astrid sin su popularidad.

Ni bien puse un pie fuera del auto, mi nombre ya estaba en boca de todos y eso, hace un mes no me hubiera gustado para nada, yo no quería quitarle nada a nadie, mucho menos a Astrid que ahora me hará la vida imposible. Pero estoy feliz por mi hermano, él hizo lo que tenía que hacer, osea: Deshacerse de la reina de las cucarachas. Además, estoy contenta del grupo que armamos, ahora solo falta que dejen de llamarme "La hermana de Jamie" o "La chica que dejó a Astrid sin popularidad".

La rubia estaba sentada con su primo, Holly y Peter en el paredón del colegio, el único lugar que les quedaba y se sentían cómodos.

Detrás de mí escuché el sonido de la puerta de un auto y allí aparecieron Keiel y Pepper. Todos fuimos a sentarnos debajo de un árbol a charlar un rato antes de clase.

La campana sonó indicándonos el ingreso y fui yo la última en reaccionar y levantarme para caminar hacia la puerta.

Una chica alta y morocha me bloqueó el paso, consigo llevaba un anotador y un bolígrafo.

-¿Puedo ayudarte en algo?- le dije.

Mi grupo de amigos no se dio cuenta de que yo no iba con ellos, así que no pararon hasta llegar a sus salones.

-Sí -dijo ella- Eres mi idea para la historia de mi reporte para el periódico escolar. Cuéntame: ¿Qué se siente ser popular?

-Disculpa, tengo que ir a clases, yo no puedo perder...

-Responde. ¿Qué se siente ser popular?- insistió.

-Yo no soy popular. Yo soy la misma chica de siempre. ¿Acaso ves como me visto?, ¿ves que me siento en un Altar?. Ni siquiera sabes mi nombre, ¿por qué sería el tema para el periódico?

-Hace poco eras una más y por eso te estoy interrogando, porque ahora vas a pasar a ser alguien.

-¿Entonces qué? ¿No calificaba como persona luego de bajar del auto de Jamie Berget, mi hermano, el otro día?- pregunté asombrada.

-Nadie es calificado como "alguien" hasta que hace algo interesante: tú te bajaste del auto de dos populares no hace mucho, todos pensaron que te habías acostado con ambos, pero resultaste ser la hermana de uno de ellos. Luego, tu hermano, de un día para el otro decide terminar con Astrid. Ahora dime...¿¡Es que todos ustedes están conspirando en contra de Astrid? ¿Por qué quitarle su popularidad? ¿Es que...?

Durmiendo con el enemigo Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ