44.-

1.6K 212 58
                                    

POV Omnisciente

Una semana después de que el enojón y el moreno se encontraran y hablaran, Jaime lo llamó para decirle que tendría una cita ese día. El enojón le había dicho que se vistiera solo un poco formal, pero si él no quería, que fuera con ropa casual.

El moreno ya estaba listo cuando tocaron la puerta de su departamento, causando que estuviera algo nervioso. Fue a abrir y estaba el enojón con un ramo de rosas azules.

-Son para ti.-Dijo Jaime con una leve sonrisa, pasándole las rosas.

El moreno sonrió levemente para luego ir a buscar un jarrón y echarle agua a este para luego colocar las flores ahí. Luego de eso, las dejó sobre su mesa.

-Estás listo?.-Preguntó el enojón observando al moreno, quien se veía mejor ahora.

-Sí.-Respondió Nicolás saliendo de su departamento para luego cerrarlo. Dejó sus llaves en su bolsillo mientras que su celular estaba en el otro.-Puedo saber a donde vamos?

-No, es sorpresa.-Respondió el señor Navarro todavía con aquella sonrisa, caminando al lado de su ex novio.-Cómo estás?

-Bien.-Contestó el moreno con una pausa.-He dormido mejor.

-Volviste a tener tus pesadillas?.-Preguntó el jefe de Kindred Spirits preocupado por Nicolás.

-Sí, algo así.-Respondió el pequeño moreno evitando la mirada del enojón para luego pedir el ascensor. Este llegó de inmediato y apenas abrieron, entraron al ascensor.

Las pesadillas que tenía eran diferentes a las de antes. Estas pesadillas eran la mayoría sobre Jaime y Matías. De estos casándose, adoptando niños y él quedándose solo hasta tal punto que al final se suicida, claro que ese es el momento donde despierta. Aunque habían sueños peores de estos dos.

-Cómo está la compañía? Te conseguiste otro secretario?.-Preguntó Nicolás de repente, mirando al enojón por un par de segundos.

-La compañía esta bien.-Contestó Jaime tomándose un momento para luego seguir hablando.-No, no me he conseguido otro secretario o secretaria.

-Pero sí te olvidas de la mayoría de reuniones o cenas.-Dijo el moreno con el ceño fruncido, no entendiendo como lo hacía Jaime.

-Me las arreglo.-Dijo el enojón mirándolo un par de segundos.

Había algo que el enojón no le estaba diciendo, lo tenía claro, pero prefirió no saberlo en ese momento.

-Cómo están tus padres?.-Preguntó el pequeño moreno sintiendo una amargura al decirlo. Ya se había acostumbrado a decirles suegros.

-No he hablado con ellos.-Contestó el señor Navarro con una pausa.-Bueno, ellos no quieren hablar conmigo.

-Por qué?.-Cuestionó Nicolás bastante curioso y algo preocupado.

-Unos problemas no más que a ellos no les gusta como los resolveré.-Respondió el jefe de Kindred Spirits no mirando a Nicolás.

Salieron del ascensor y fueron directo al auto estacionado de Jaime. Cuando llegaron, este le sacó la alarma a su auto y le abrió la puerta a Nicolás, notando como este lo miraba mal.

-Es una cita, esto hacen siempre.-Dijo Jaime defendiéndose, viendo como Nicolás se subía al auto. Cerró la puerta y se dio la vuelta para entrar al asiento del conductor. Cuando lo hizo, cerró la puerta y encendió el auto, casi de inmediato comenzó a conducir.

-Y cuales son esos problemas?.-Preguntó el moreno, mirándolo unos segundos para luego colocarse el cinturón.

-No son importantes.-Dijo el enojón no dándole ni siquiera una pista.

-Pero por algo a tus padres les afecta, no?.-Cuestionó el pequeño moreno mientras lo observaba.

Jaime seguía todavía con las ojeras, definitivamente no estaba durmiendo.

-A mis padres les afecta todo ahora.-Dijo el señor Navarro como si aquello fuera una excusa.-Pero de verdad no es un tema importante.

Nicolás asintió pero de verdad no le creyó.

-Y tú? Has conseguido trabajo?.-Preguntó el jefe de Kindred Spirits mirándolo un par de segundos.

-No he buscado todavía.-Respondió Nicolás tomándose un momento para luego seguir hablando.-Tengo unas vacaciones.

El enojón lo miró para luego asentir.

-E-Eh, Matías sigue siendo tu socio?.-Preguntó el moreno de repente, en un tono más bajo.

-No, ya no lo es.-Contestó Jaime siendo sincero con su ex novio.

-Por qué?.-Cuestionó el pequeño moreno mientras lo miraba.

-Porque estaba pidiendo cosas que yo no podía darle.-Lo resumió el enojón, no queriendo hablar más de eso.

Nicolás lo miró un par de segundos, como queriendo saber que cosas eran, pero decidió no preguntarle, probablemente no le gustaría para nada la respuesta.

Estuvieron varios segundos en silencio, no sabiendo qué decir o qué preguntar.

-Sobre los problemas que tengo.-Comenzó a hablar el enojón mientras se tomaba una pausa.-Tengo...

-No es necesario que me digas.-Dijo Nicolás interrumpiéndolo, ya no mirándolo.

-Esta bien pero yo...

-Jaime, de verdad, no es para nada necesario.-Dijo el moreno volviendo a interrumpirlo, causando que el enojón suspirara y asintiera.

-Bueno, si no lo quieres saber, solo ten claro que no es algo de lo que te tengas que preocupar.-Dijo el señor Navarro ya ni teniendo ganas de decirlo, sintiendo algo oprimir en su pecho pero no diciendo nada sobre eso.

Jaime lo miró unos segundos para luego volver a hablar.

-Sé que la cagué Nico, pero de verdad quiero remendarlo...

-Lo sé, pero te dije que no sería como antes.-Dijo el recién nombrado tomándose un momento para luego seguir hablando.-Nada será como antes, ni siquiera si volviéramos a tener una relación, sería como antes.

El moreno no miró a Jaime, solo observó por la ventana el camino, y fue por eso mismo que no vio como los ojos del enojón se aguaron. Este último sintió como una lágrima caía por su mejilla pero se la limpió de inmediato, teniendo algo de temor que Nicolás lo viera así, débil como lo había sido desde que había engañado al moreno... Y bueno, también lo inestable que estaba.

No se iba a rendir tan fácilmente.

Es obvio que hay un "pero" en esa frase. Se rendiría cuando simplemente creyera que Nicolás nunca lo perdonaría, y en ese momento, ese pensamiento ya había empezado a inundar en su cabeza.

Sintió una punzada en su corazón, sabiendo que Nicolás no le hablaría si es que él mismo no lo hacía.

Amaba mucho a Nicolás, pero todos tenemos un límite, hasta Jaime.

Boss (Jainico)Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum