09.-

2.3K 265 68
                                    

POV Omnisciente

El resto del día continuó bastante normal, bueno, "normal", ya que Nicolás había estado ignorando a Jaime por lo que había pasado. Ya ni siquiera se estaba comportando como si le cayera mal y menos como si lo odiara, causando que se extrañara por su comportamiento.

Cuando el enojón le preguntaba algo, Nicolás intentaba no mirarlo y le contestaba lo más cortante que podía causando que Jaime se sintiera algo herido, pero claro que eso no lo sabía el moreno.

Unos cinco minutos antes de salir del trabajo, Jaime salió de su oficina y se acercó a Nicolás. El enojón tomó del brazo a este último e hizo que se levantara.

-Jaime qué pasa?.-Preguntó Nicolás algo confundido, ahora sí mirando al enojón.

-Creo que yo debo hacerte esa pregunta, Nicolás.-Dijo Jaime observándolo con el ceño fruncido.-Por qué me estás ignorando? No hice nada malo, creo.

-Estuvo mal lo de antes.-Dijo el moreno mirándolo unos segundos.

-Qué cosa?.-Preguntó el enojón no entendiendo ni un poco a su secretario.

-Yo te odio Jaime! Y el comportamiento que tuve antes fue muy estúpido...

-Me odias?.-Preguntó el señor Navarro casi en un susurro, sintiendo un dolor profundo inundar en todo su cuerpo.

-Sí Jaime, y no sé como antes no te habías dado cuenta pero no te soporto.-Dijo el pequeño moreno con una pausa, ya no mirando a los ojos a su jefe.-Supongo que antes no estaba pensando correctamente.

Jaime lo miró unos segundos, sintiendo como si Nicolás le hubiera arrancado el corazón.

-Esta bien.-Dijo el jefe de Nicolás con un rostro completamente neutro.-Es bueno que hayas sido sincero.

Y con eso dicho, Jaime volvió a su oficina y cerró la puerta con fuerza causando que Nicolás se sobresaltara.

El moreno sintió como si hubiera hecho algo completamente mal, pero aún así no hizo nada para disculparse con Jaime. Ordenó sus cosas para luego irse no más.

Cuando ya era hora de irse, Jaime no salió de su oficina, así que Nicolás se fue no más, arrepentido al máximo por lo que le había dicho a su jefe.

Nicolás se fue caminando a su departamento, solo para pensar en las cosas que habían pasado y obviamente en lo que le había dicho a Jaime.

Tal vez no odiaba a Jaime, tal vez ni estaba cerca de sentir aquél sentimiento, pero antes estaba muy seguro de que lo sentía... O al menos, lo creía.

Sí o sí tenía que disculparse. No podía creer que le había dicho eso a su jefe, quien nunca lo trató mal en el tiempo que ha trabajado ahí.

Llegó a su departamento y dejó sus cosas en el piso, al lado de su cama, y se recostó en esta, completamente enojado consigo mismo y cansado. Cerró sus ojos e intentó dormir, pero en realidad no podía quitarse de la mente la cara que Jaime había puesto cuando le dijo que lo odiaba, simplemente no podía superarlo, así que como no pudo dormir, comenzó a dibujar con las cosas que el enojón le había regalado.

Era obvio que cuando el dibujo comenzó a tomar forma, era Jaime cuando le dijo que lo odiaba y no lo soportaba, causando que sintiera demasiada culpa en aquél momento.

Luego de dibujar a Jaime, se fue a bañar para luego volver a intentar dormir. Esta vez lo consiguió pero con bastante esfuerzo.

Si quieren saber, Jaime en ese momento estaba completamente destruido. Era obvio que Nicolás no iba a corresponder sus sentimientos, no sabía porqué si quiera lo consideró. Claro que no tenía ni idea que su secretario lo odiaba, creía que ya le había empezado a caer bien al menos, acaso Nicolás había fingido todo eso?

En realidad haría cualquier cosa para que al menos el moreno le cayera bien, pero eso ya parece imposible.

Tal vez tenía que hacer lo que el mismo Nicolás había dicho. Tenía que dejar ir a su secretario, así no sufría más y este no tendría que fingir que le caía bien.

Jaime lo pensó unos segundos y asintió.

Eso haría, era lo mejor que podía hacer en aquél momento, eso sí, le costaría un montón pero de todas maneras lo haría.

Al día siguiente, Nicolás despertó antes de que sonara su alarma, pero solo fueron unos pocos minutos. Se sorprendía que haya dormido toda la noche, se había levantado algo relajado hasta que recordó lo que había pasado ayer, causando que otra vez sintiera aquél pesar en todo su cuerpo, sabiendo que ese día tenía que disculparse.

Se vistió rápidamente y fue al baño para lavarse la cara, sintiéndose un poco más despierto. Se secó el rostro y se peinó solo un poco, para luego salir del baño y colocarse un poco de colonia.

Cuando estuvo completamente listo, salió de su habitación junto con su mochila lista para después irse de su departamento.

Llegó a la compañía unos veinte minutos después. Ignoró a sus compañeros y amigos, solo pasó directo al ascensor y se subió a este.

Cuando llegó a su piso, fue a su puesto y solo vio los correos y esperó que Jaime llegara. Pasaron solo unos quince minutos cuando este último llegó pero más serio.

-Buenos días Gaule.-Dijo Jaime con un tono de voz duro y brusco, mirándolo unos segundos para después entrar a su oficina.

Nicolás de inmediato se levantó y entró a la oficina causando que Jaime frunciera el ceño.

-Qué pasa Gaule?.-Preguntó el enojón ordenando sus cosas sobre su escritorio.

-Y-yo quería disculparme por lo que dije ayer, yo en verdad no siento...

-No importa Gaule, su trabajo no es que le caiga bien, su trabajo es ser mi secretario.-Dijo el señor Navarro interrumpiendolo, haciendo que el moreno supiera que algo andaba muy mal.

-Pero en verdad yo no siento eso Jaime.-Dijo Nicolás muy arrepentido, mirando fijamente a los ojos al enojón pero este no lo miraba. Jaime no le creía ni una palabra que decía, siendo sincero.-Lo siento Jaime.

El recién nombrado lo miró un par de segundos y habló.

-Si quieres que lo diga, bien, te perdono.-Dijo el jefe de Nicolás todavía con aquella actitud.-Creo que deberías volver a tu puesto, Gaule.

El moreno lo observó y asintió para luego salir de la oficina de Jaime, cerrando la puerta detrás de él.

Las cosas serían algo difíciles.

Boss (Jainico)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora