»Kidnapped« || LS ✨ [SIN EDITAR]

Epílogo

Harry juntó las gruesa pastas enfundadas en piel, cerrando de esta forma el que fue el diario de su padre. Emitió un suspiro profundo. 

Repasó por enésima vez con sus orbes esmeralda cada rincón de la oficina que pasó a convertirse en suya. Examino las paredes las cuales eran de un precioso color vino. Observó a detalle las fotografías que no había tenido el corazón de quitar del escritorio de cedro sólido; la mayor parte de ellas de Brent y su padre. La situación no había dejado de escudriñarle las entrañas. Por más que releía y releía el viejo libro albergador de secretos no alcanzaba la conclusión que tanto anhelaba. ¿Cómo pudo Desmond Styles sacrificar toda su vida y felicidad por temor a ser juzgado? Había de admitir en lo más recóndito de sus pensamientos, que una parte de él no podía dejar de sentir culpa al respecto, ya que como pudo enterarse en las desgastadas páginas del diario, su padre se había casado por su repentina aparición. Más sin embargo, sabía que esa no era toda la historia.   

Su padre tuvo miedo.

Tuvo temor de ser juzgado por su padre, de ser rechazado por su familia o inclusive asesinado por su propia mafia. Por más que consideró la oportunidad de ser feliz yéndose y alejándose de todo, comenzando de cero, el peso de la avaricia y la ambición inclinaron la balanza hacia su perdición. 

Alargó el brazo sobre el escritorio tomando la fotografía de su padre, en ésta él tenía alrededor de 20 años, como Harry. Tenía un brazo al rededor de un cuerpo que intentaba cubrirse el rostro con manos delgadas, aún así sus intentos fueron nulos ya que se podía percibir una parte de su cara. Era Brent. Se veían felices, Dess lo observaba con una deslumbrante sonrisa  y ojos brillantes. Podía ver el cariño reflejado en su iris y el sonrojo de sus mejillas, el fuerte marcado de sus hoyuelos al sonreír. Se veía... pleno. Lo amaba. 

La puerta de roble sólido emitió un sonido hueco al ser golpeada con suavidad, el rizado bajó el retrato volviendo su vista hacia ella.  

Harry: Adelante. 

Después de un chasquido la enorme puerta se abrió con lentitud revelando la figura esbelta y diminuta de su madre. La mujer de ojos azabache y cabellos color chocolate adornados en tirabuzones entró, cautelosa, hasta posicionarse a su lado.

Anneth: Hola, querido. -Dijo a la vez que sonreía blandamente. 

Harry: Hola mamá. -Murmuró con una impalpable sonrisa. 

Anneth: ¿Cómo te sientes?

Harry: Bien. Yo... aún no puedo asimilar lo que hizo papá. -Murmuró fijando su vista en la fotografía que reposaba en el escritorio. 

Anneth expulsó un leve suspiro y se colocó detrás de su hijo acariciándole los hombros, mientras de igual forma posaba sus fanales en la imagen resguardada en cristal. 

Anneth: Tu padre era un hombre de muchos secretos. Muchos demonios. Muchas tristezas.

El menor arrugó el entrecejo recordando su infancia. Como es que su abuelo influyó tanto en su odio y asco a la homosexualidad y como fue que sus padres le permitieron hacerlo.

Harry: Quién lo hubiese dicho. Mi abuelo me hizo homofóbico, y nunca supo que su hijo amaba a otro hombre. 

Anneth: No, no lo sabía. Más sin embargo tu abuelo no era tonto y lo sospechaba, por eso presionaba tanto a Dess. 

Harry viró su rostro hacia su madre, examinándola con orbes inquisidores.

Harry: Tú lo sabías. -Aseguró. 

Anneth: Harry...

Harry: Lo sabías y aún así no lo dejaste ser feliz con la persona que quería en realidad.