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-No puede ser posible -Kayla miraba al animal como si se la fuera a comer. -¿De verdad crees que tu hermano crea que esa cosa fue la que hizo el escándalo del baño?

-No iba a adoptar un perro mas grande -dijo su hermana -A penas puedo conmigo, ademas si alguien hubiera tenido mas cuidado al subirse al estante por toallas, esto no nos habría pasado.

-Ya te dije que no fue mi culpa, tu banquillo estaba mojado y quería secarlo para sentarme, no pensé que al subir por una tolla, el maldito fuese a traicionarme.

Ambas hermanas se soltaron riendo, Kayla llevaba ya dos días conviviendo con su hermana y fingir que le agradaba no era nada difícil, ya que Scarlet no había resultado tan pedante como ella la imaginaba.

-Bueno, debo irme, le dije a Cameron que hoy iría a cenar con mis padres y no se si estoy lista.

-Les irá bien a ti y a...

Ambas se quedaron mirando al cachorro, no le habían puesto nombre aún y debían hacerlo si querían que la familia Black, se tragara el inesperado amor por los cachorros de Scarlet.

-Mico -dijo Kayla -Le queda ese nombre.

-Pues Mico será, ahora debemos irnos o llegaré tarde.

-Bien, yo... estaré aquí supongo, no puedo poner un pie fuera.

-Bien, puedes pedir algo para cenar, los locales que están en el refrigerador tienen mi tarjeta y dudo que el repartidor se de cuenta de que eres otra persona.

-Gracias.

Vio a su hermana salir por la puerta y se tiró en el sofá, tenía muchas cosas que hacer aprovechando su soledad, para empezar debía contactar a Olga, para que le llevara sus tarjetas y su laptop a casa de su hermana, o que se lo enviara por paquetería, si veían a su ama de llaves ir al apartamento de Scarlet de inmediato Urda se alertaría y su plan se iría al demonio, de nuevo.

Busco con la mirada el teléfono de su hermana, y vio uno de pared en la cocina.

Camino hasta allí y marco los números que conectaban con su apartamento, rogaba que Olga estuviera ahí.

-Apartamento Morgan.

-Olga, soy Kayla -dijo aliviada. -Necesito pedirte un favor.

-Señorita Morgan, que bueno escucharla, ¿Cómo le está yendo en su viaje?

-Siempre no me fui Olga, pero no volveré al apartamento en un tiempo, de hecho con eso tiene que ver el favor que quiero pedirte.

-Dime niña, ¿qué necesitas?

-Te voy a dar una dirección, no puedes dársela a absolutamente nadie, enviarás mi laptop y en mi mueble de noche deje un par de tarjetas, también esas.

-Si señorita, como usted lo pida, ¿Está bien?

-Si, no te preocupes, también envía la caja que está debajo de mi cama, la de madera.

-Bien, deme la dirección.

Kayla dicto la dirección de su hermana, en realidad no vivían tan alejadas la una de la otra, ya que Kayla trabajaba en el New York Palace*, no podía alejarse tanto de Upper east side.

Cuando cortó su llamada con Olga pidió la cena, sushi era lo que mas se le antojaba de toda la comida que su hermana tenía pegada en el refrigerador, se sentó en la sala de estar y encendió el televisor.

Estaba una película y decidió verla.



Un par de horas mas tarde, Kayla había terminado de cenar y de ver televisión, no sabía que mas hacer, se sentía como animal enjaulado.

Eran casi las nueve de la noche, tal vez si se recogía el cabello, y se ponía algo nada llamativo del armario de su hermana podría salir a caminar.

Estaba a punto de irse a vestir cuando llamaron a la puerta.

Se quedó congelada, sin duda podría abrir y decir que era Scarlet en caso de que fuera el portero o algún vecino, pero si era alguien que sabía que Scarlet estaría con su familia, -no -se dijo a si misma -eso sería ridículo ya que si lo supieran no hubieran venido hasta aquí.

De nuevo resonó el timbre por todo el pent-house y decidió que abriría.

Se miro en el espejo por cinco segundos y se alborotó un poco el cabello ya que su hermana siempre lo traía ondulado y ella muy lacio.

-Ya voy -gritó caminando hacia la puerta.

Abrió y se le heló la sangre.

-¿Qué haces aquí? -dijo con apenas un hilo de voz.

-Scarlet, no se por que tu familia canceló el contrato con mi empresa, pero no quiero que eso afecte la linda relación que estamos formando.

-¿Relación? -Kayla no sabía como reaccionar, él no estaba ahí por ella, ni siquiera sabía que era ella.

-Si, bueno, pensé que ambos queríamos lo mismo pero si tú no... -el hombre se giró y empezó a avanzar hasta el ascensor.

-Espera -gritó Kayla, no podía cometer errores, si Maximilian Bennet hablaba con su hermana después y le preguntaba por eso, podría meterse en muchos líos, decidió seguir el juego. -Lo siento, estaba algo adormilada, pasa.

El chico la miró confundido, pero accedió.

-Yo quería hablar contigo, sobre lo que sucedió el día de nuestra cita.

-Eso ya quedó en el pasado -La chica no tenía idea de nada, no podía hablar de más o se terminaría delatando -No es necesario que hablemos de eso.

-Pero tu hermano estaba muy enojado, estoy seguro que fue el quien decidió la cancelación del contrato.

-Hablaré con él -dijo con una falsa sonrisa.

-Gracias, es muy importante para mi conseguir esto.

-No hay problema, pero dime Max, ¿Qué ha sido de tu vida en estos... días? -estuvo a punto de decir años, pero seguramente no tenía tanto sin ver a la chica Black.

-Pues no he hecho mucho, mi padre vino de visita -la cara de Scarlet palideció de un segundo a otro -asuntos de negocios.

-Ya veo, bueno, estoy cansada Max, pero llámame y hablamos otro día.

-Claro, siento venir tan tarde.

Ambos se levantaron del sofá y Kayla acompaño a su visita a la puerta.

-Adiós Scar -dijo justo antes de besarla.

-Adiós.

Kayla sentía nauseas, estaba segura de que las intenciones de Maximilian no eran buenas, pero que mas daba, ahora estaban sobre su hermana y eso quitaría la atención de los Bennet de ella, o eso esperaba.

El joven Max Bennet salió del apartamento y bajó por el ascensor mientras realizaba una llamada.

-Ya mordió el anzuelo -dijo al aparato -Scarlet Black es mía.




*The New York Palace combina la histórica Mansión Villard con una moderna torre de 55 pisos. Ubicado en el centro del Midtown de Manhattan, específicamente en la esquina de la Calle 50 con la Avenida Madison, está al frente de la Catedral de San Patricio de Nueva York, y a pocos pasos del Rockefeller Center y Saks Fifth Avenue.


  


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Lady EscarlataWhere stories live. Discover now