-Sí, eso creo-respondí con nerviosismo ya que su mano aún permanecía en mi abdomen.

-Bueno, te terminas el té y me avisas-dijo con amabilidad

-No te preocupes yo lo voy a dejar a la cocina

-Como quieras. Buenas noches. Que duermas bien.

-Gracias, tú también; que sueñes con los angelitos y con tu amorcito al ladito-dije casi repentinamente.

-¿Qué cosa?-dijo extrañado y risueño

-Eso me dice mi mamá siempre que me voy a dormir-le expliqué un poco avergonzada- por eso es costumbre mía decirlo.

-Ok, tú también.-Cerró la puerta y salió riéndose. Esta vez no me molestó.

Terminé mi té lo dejé en la bandeja y lo fui a dejar a la cocina. Todo estaba en completo silencio por lo que supuse que Bon estaba dormido. Lavé mis trastes sucios y fui al balcón del departamento; tenía una vista hermosa. Me afirmé en la barandilla y contemplé un momento la hermosa luna que iluminaba toda la ciudad y el despejado firmamento lleno de estrellas que la acompañaban. Después de un rato me dio un poco de frío asique entré. Cuando iba camino a mi cuarto el bichito de la curiosidad me picó y quise ver a Bon dormido. Quería cerciorarme si las fotografías eran de verdad o no, entonces, subí las escaleras muy silenciosamente demoré casi 20 minutos en subirlas y cuando estuve arriba caminé hasta la puerta del cuarto. Abrí la puerta que por suerte estaba en muy buen estado, no sonó nada, y entré. Caminé como perrito hasta la cama, solo podía oír su respiración, “mmm… no ronca. Interesante” pensé. Entonces levanté lentamente la cabeza por el borde de la cama hasta poder ver su rostro, “Aww…es hermoso, las fotografías son ciertas” suspiré. De pronto se movió y me asusté mucho, bajé la cabeza muy asustada pero luego se quedó quieto. Volví a subir la cabeza y pronuncié con los labios: “Saranghae”. Una intensa sensación de risa me invadió y no podía controlarla me tapé la boca y corrí descontrolada pero silenciosamente a mi cuarto, más todavía cuando escuché detrás una voz  (*Saranghae: Te amo)

-¿Araceli? ¿Eres tú?-(en su idioma).

 Me invadió el miedo y más aún cuando lo sentí bajar la escalera. Corrí a mi cuarto y me acosté de forma que no se notara que estaba despierta, incluso hice como si roncaba e hice bien porque vino a mirarme a mi cuarto. Entre abrí los ojos y me di cuenta que estaba con su torso desnudo y se rascaba la cabeza confundido. Luego fue a la cocina, cerró mi puerta cuando pasó por afuera de mi cuarto y subió a su cuarto. Cuando oí que cerró la puerta de su cuarto la sensación de risa volvió y esta vez no la contuve, total no creo que se escuche con tanta distancia de por medio, y me dormí por fin.

Despierto y nuevamente estoy en el fondo de la cama; “¡Omo!, ¿Será que ya pude despertar?...Comienzo a salir de debajo de todas las sábanas y cierro los ojos con la ilusión de haber vuelto. A pesar de que este era el mayor sueño de mi vida mis días estaban contados asique debía regresar a como diera lugar. Emerjo de debajo de todo y abro los ojos

-No, todo sigue igual-digo resignada y me limpio las lagañas de los ojos.

Me levanto, doy un bostezo, me estiro un poco y veo la hora en mi celular nuevo; “las 9:15 horas.”. Aún es temprano y creo que Bon no despierta todavía, porque no se escucha nada en el departamento. Para cerciorarme asomo la cabeza fuera de mi cuarto; si, no hay movimiento aún. Tomo mis cosas como mi toalla y todo lo necesario para ducharme y me meto en el baño de mi habitación arrastrando los pies y con cara aun de poco ánimo. Me miro en el espejo y, como siempre, hago mi mini sesión de poses frente a él. Después de un rato me rio y me desvisto para meterme a la ducha, no sin antes haber organizado todas mis cosas en el baño. Me meto en la ducha y cuando doy la vuelta a la llave un chorro de agua salta en todas direcciones

Magia de un amor fugazDonde viven las historias. Descúbrelo ahora