Green day

dix-huit

Michael había llegado al apartamento de Arabella con un ramo de flores de cerezo, había tenido que recorrer la mitad del centro de su ciudad para comprarlas, pero había valido totalmente la pena, cuando Arabella abrió la puerta y vio al chico teñido con aquellas hermosas flores y un paquete de gomitas sonrío ampliamente y sus ojos brillaron.

"Dios Michael" sus manos taparon su sonrisa y sus pómulos sonrojados "No tenías que hacerlo, lo juro, gracias, creo que ahora te amo" río, pero aunque hubiera sido una broma Michael sintió como si se fuera a desmayar.

"De nada, ahora déjame pasar, vamos a ver película toda la tarde y me amaras aún más"

Arabella seguía sonrojándose sin ella misma saber porque, ella quería tanto a Michael y cuando menciono que lo empezaba amar no estaba muy segura si en realidad lo decía bromeando.

"No, no Michael" la mirada de la chica bajó hasta sus zapatos Nike, intentando buscar una excusa por la cual Mike no pudiera quedarse "No, no puedo es que, eh mi mamá está en la casa y dice que quiere pasar tiempo conmigo"

Claro, como si eso pasara

"Bien, entonces nos vemos mañana, cuídate Arabella" Michael masculló triste y se despidió besando a la chica en la mejilla "Te quiero, adiós"

Arabella estaba sola en su casa, pero no quería sentir nada más que cariño hacia Michael, y no dejaría que eso ocurriera.

Ella tenía que alejarlo antes de que empezara amarlo.

✨✨✨✨
Quiero advertirles que esto no se pondrá bonito.