conviviendo | 2 temporada.

Extraño.

Aurora se sentó y no dijo palabra alguna y tampoco planeaba hacerlo, ella había sido citada así que no era de su correspondencia decir algo aunque ello no implicaba que tenía que esperar por horas una respuesta del porque fue citada, si en unas horas Ian no le hablaba estaba dispuesta a irse porque no soportaba su cara de idiota.

—Emily esta muy enojada conmigo y yo a ella la quiero.. —Esas palabras retumbaron sus oídos haciendo que estos comenzaran a doler sin motivo alguno, Aurora miró hacía donde estaba el chico e hizo un gesto con sus hombros dándole a entender que eso no le importaba aunque era todo lo contrario, le importaba la felicidad de su prima. 

—Me gustaría que ella volviera conmigo pero es complicado.

—Y lo seguirá siendo porque no voy a ayudarte, ella esta mucho mejor sin ti y tú no la mereces en lo absoluto.. Ella merece algo mucho mejor que tú. —Se levantó de su asiento con ganas de salir de allí y no verlo pero Ian la tomó de las manos acercándola hasta su cuerpo. 

—Estoy muy solo, necesito de alguien. —Su cuerpo actuó sin pensarlo y al tenerlo casi rogando frente a su abdomen no pudo evitarlo, lo abrazó con tantas fuerzas con las cuales lo despreciaba sintiéndose como la peor mierda por verlo llorar por un simple grito de ayuda.

Nunca lo había visto de aquella manera y tampoco quería volver a hacerlo, prefería verlo con aquella estúpida sonrisa en el rostro así sea al lado de su prima pero no el verlo llorando porque a pesar de que lo odiara de aquella forma ella lo quería, él formaba parte de sus mejores amigos y no podía solo tratarlo mal cual más la necesitaba.

—E-esta bien, yo voy a ayudarte pero ya deja de llorar. —Murmuro en su oído acariciando su cabello en busca de que parara pero no lo hizo, siguió y Aurora pensó que se deshidrataría en cualquier momento debido a la fuerza con la cual lo hacía.

(........)

Sus manos estaban temblando con la misma fuerza con la cual su corazón palpitaba, sentía unos brazos abrazándola y una respiración justo dando hacía su cuello el cual estaba igual de rojo que sus mejillas, temió el abrir los ojos y encontrarse con un extraño por alguna mala copa pero fue aún peor. Ian estaba a su lado con una pierna enredada a la suya y el cabello desordenado.

—¡AHHHH! —Gritó con tanta euforia que el joven se desperto cayendo de la cama y asustándose de la misma manera pero luego al ver que no estaba desnudo soltó un suspiro de relajación.

—Maldita depravada ¿qué quisiste hacer ayer? 

—¿YO? ¿no sera al revés? violador. —Le tiró una almohada cubriendo su cuerpo como si este estuviese descubierto cosa que no era así.

—Tengo a una chica en mi cama. —La miró con lujuria fingida en sus ojos y esta con los ojos abiertos como platos se quiso alejar de él pero este en un rápido movimiento la tomó de la cintura queriendo alzarla.

—¡BÁJAME DEPRAVADO! —gritó y este la tiró a la cama comenzando a tocarla pero no en el sentido sexual, Ian le estaba haciendo cosquillas.

¿Qué era lo extraño de la situación? que ambos lo estaban disfrutando.