—No voy a volver a mi forma humana, así que te aguantas. —Dijo Lauren a la vez que yo me agachaba para recoger su caja de comida del suelo y tomaba su rostro, dejando un pequeño beso en su gran nariz.

—Por favor no peleen, vamos a comer todas tranquilas. —Normani trato de poner calma a la situación, pero el siguiente comentario de Dinah hizo que Lauren se enojara mucho más.

—Bola de pelos. —Dinah murmuro entre dientes.

—Acostúmbrate a vivir con mis pulgas. —Contraataco Lauren.

—Lo haces por joder.

—Te apuesto el atún que me serviste esta mañana que sí.

Normani y yo continuamos comiendo, mientras ellas dos seguían diciéndose cualquier cosa que podían. Ambas sabíamos muy bien que detrás de todas esas discusiones, tanto a Dinah como a Lauren, les encantaba andar peleándose entre ellas o eso suponíamos.

—¿A caso quieres verme la cara de estúpida luego de que vi como hacían sus cosas privadas en mi cama? —Preguntó Dinah. —¡Estaban haciendo porno en mi cama y no cualquier tipo de porno, justamente el del tipo Animal Planet! —Al escuchar eso, Normani casi se atraganta con su comida, tratando de evitar soltar una carcajada que hiciera molestar a Dinah.

—Dinah, necesitas calmarte un momento. —Dije mientras pasaba mi mano por todo el lomo de Lauren, acariciándola para que no se la comiera viva también.

—No me calmo nada, Lauren tiene que volver a su forma humana.

—Acostúmbrate. —Contesto Lauren.

—Entonces come en el suelo como la mascota de la casa. —Dinah señalo el suelo una vez más y Lauren gruño tan fuerte que pensamos que se le iba a tirar encima, pero paso todo lo contrario. Lauren tomo la caja de comida con su boca y se tiro al suelo a comer tranquilamente.

Al verla así, tome mi caja de comida y me senté a su lado en el suelo, pegando mi espalda contra su estómago, sintiendo como Lauren sobaba todo su rostro contra mi brazo, agradeciéndome de que la acompañara.

—¿No tienes miedo de que te contagie mis pulgas? —Preguntó en un susurro, riendo un poco.

—No, porque te seguiría a cualquier lado. —Respondí. —Soy un puma, ¿recuerdas? —Lauren asintió ante mis palabras. —Así que no tengo que preocuparme de tus posibles pulgas. —Dije bromeando.

—No eres cualquier puma, eres una preciosa puma. —Fue lo último que dijo Lauren antes de continuar con nuestra cena.

—¡Buenos días mis pequeñas gatitas del Señor! —Escuchamos el llamado de Dinah que había entrado a nuestra habitación sin ni siquiera dignarse a tocar la puerta. Cuando sentimos como abría la cortina y toda la luz del Sol nos daba en el rostro, trate de cubrirnos con las sábanas mientras Lauren sacaba su gran cabeza, bostezando enormemente, mostrando sus grandes dientes.

No sabía cómo podía dormir con una gran pantera a mi lado que prácticamente ocupaba toda la cama, pero lo bueno era que todo el pelaje de Lauren me abrigaba por la noche y no necesitaba taparme con ninguna de las sábanas que teníamos.

—Si me has traído otra de tus latas de atún, te juro que tú serás mi desayuno. —Lauren la amenazo gruñendo, no se había levantado de buen humor por haber despertado tan temprano.

—No, les he preparado un delicioso desayuno de humanos, así que levántense que hoy nos espera un gran día. —Respondió Dinah y al instante, Lauren salto fuera de la cama llevándose con ella todas las sábanas, dejándome ante nuestra amiga con solamente ropa interior una vez más.

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