Me acerco a ella- ¿Por qué pediste ayuda cuando abrí la puerta, si estás intacta? -. Estoy confusa.

Ella me mira y me muestra una hermosa sonrisa de boca cerrada- ahhh, si... pedí ayuda porque era la única forma que no me disparen a la primera y no es que me desmaye... mi circuito se reinició porque como te dije soy una generación bastante atrasada....- su voz suena tan dulce, que ni algo que parece ser preocupante genera eso en ella, tal vez es porque no sabe lo que es sentir cosas... como la preocupación- y bueno cualquier día solo podría apagarme-. Termina diciendo aún con una sonrisa intacta.

Vuelve a su postura de atención, caminando con una elegancia cual modelo, con su delgada silueta pero adecuada a la edad que se supone debe tener- ¿Cuántos años se supone que tienes?-. Estoy confusa. Generalmente los odio pero ella me da curiosidad.

Vuelve a mirarme con ternura, con pureza- No... no ... nosotros no medimos nuestra vida en años, técnicamente llevo unos seis años de vida activa, pero la generación cuatro fue diseñada con apariencia de chicos entre dieciocho y veinticinco años-. Ríe- Ustedes los humanos sí que son curiosos-. Continúa caminando mirando todo alrededor con sus pequeñas manos delante de ella.

- Ustedes no sienten curiosidad-. Comento con aire de pregunta... pero mi voz sale algo insegura.

Ella voltea a verme sorprendida, sus oscuras cejas forman un arco con un deje de tristeza pero la interrumpen antes de contestarme- Lamente cortar el momento de la chica de carne con la chica de.... lo que sea el material con el que te construyeron... pero como es que una robot pacífica nos sirve de algo, aún considero que tenemos que matarte-. Comenta Ernes.

- Dije que fuimos creados con ese propósito... no lastimar... dije que evitamos hacerlo, jamás dije que no nos defendamos-. Por un momento me siento muy feliz que haya podido callarlo y no necesito verle la cara para saber que Ernes está molesto- ¡Granada!!!! -. Grita.

Con sus pequeñas manos me toma de un brazo y con una fuerza que claramente no es humana, saltamos una tirante de concreto que yacía delante de nosotras y caemos ambas con todo el peso sobre mis costillas y todo mi cuerpo cimbra de dolor. No pasa un minuto cuando nos llueve una gran cantidad de escombros en todos los tamaños.

Ella se pone de pie y me ayuda a ponerme de pie. Cuando cobramos la estabilidad y vemos al frente, sobre la calle se encuentran dos artificiales que vienen corriendo en nuestra dirección. Tomo una viga de fierro que encuentro tirada y miro a Hayl.

- Voy por el de la derecha-. Dice sonriendo de boca torcida y me guiña de una forma sexy su ojo. Sale disparada hacia él con una velocidad impresionante.

Cuando espero al otro que se acerque más logro alcanzar a ver con la vista desenfocada que ella ha saltado con sus rodillas sobre el cuello del artificial, entonces vuelvo a centrarme en el mío que viene a una gran velocidad.

Tienes dos balas Cupcake me recuerdo, entonces sin más apunto y atino al maldito el cual cae al suelo. Sé que no lo he acabado, pero lo retrasé. Corro hasta él, y cuando llego se pone de pie e inmediatamente me toma por el cuello y corre conmigo así hasta darme la espalda contra una columna. El estallido de dolor se dispara enseguida y mientras siento como mi garganta se va cerrando, el pase del aire va disminuyendo, por el rabillo del ojo aprecio a otros dos artificiales que tienen rodeado a Ernes al otro lado del tirante de concreto. Obtengo fuerzas de todo el desprecio que siento por ellos y atravieso la viga de fierro en el cuello del artificial que no es más que otro hombre con una cara desconocida pero con la misma mirada asesina de todos. Eso no lo detiene. Aun me mantiene agarrada de mi cuello y cuando siento que no voy a pasar de esta y veo como los artificiales se llevan a mi colega; dos pequeñas y delicadas manos toman la viga por cada extremo que sobresale del cuello del maldito y la gira de tal modo que desprende su cabeza robótica con circuitos centrales y todo haciendo que vuele un chisperío para todos lados.

Mi cuerpo se desploma con todo el peso sobre las rodillas.

- ¿Estás bien?-. Pregunta Hayl con su delicada voz intacta.

Solo asiento con dificultad tratando de cobrar el aliento. Me cuesta respirar y la tráquea me duele demasiado.

Trato de emitir un sonido pero sale ahogado- Gracias-. Digo casi sin voz y ella me extiende su mano ya sin el precinto, miro su muñeca y luego a su rostro algo alarmada, creo que con cara de psicótica.

Ella sonríe- ¿Es en serio?-. Pregunta- ¿Me harás poner el precinto de nuevo?, solo me lo dejé puesto para que confiaran en mí, para parecerme más a ustedes y se olviden de mis cualidades, pero deberías saberlo que un precinto no es lo suficientemente fuerte para asegurarnos-. Comenta con su sonrisa de boca cerrada- Ahora vamos por Ernes-. Dice cuanto tomo su mano y me pongo de pie.

Yo niego con la cabeza- Ya está muerto-. Digo con los restos de una voz- Si lo tienen ya es tarde, volvamos con Henry y tal vez demos un contragolpe-. Digo aturdida y sintiendo mucha culpa por quitarle cualquier posibilidad de vivir a Ernes. La gente de la base me necesitará también. Bueno o los que hayan quedado con vida.

Ella asiente.

- ¿Cómo escuchaste la granada?-. Pregunto sin rodeos muy alarmada, procesando lo que pasó en estos últimos minutos, aún trato de descifrar si no es una estupidez tenerla conmigo, por suerte me reservo una bala para ella o para mí.

- Cada generación tiene algunas cualidades y yo tengo las mías- responde, al ver mi cara de insatisfacción con la respuesta prosigue aún con su característica calma- recuerda que soy una artificial-. Termina diciendo. Entonces si lo recuerdo. Lo eres. Eres todo en lo que no confío.

Tomo el arma con mucho titubeo y le disparo.

Comienzo a correr al ver que ha caído.

CUERPOWhere stories live. Discover now