La hermana de Maggie[Rick Grimes y tu][I]

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El creador predijo alguna vez, si es que existió, que algún día los muertos se levantarían de sus tumbas y así, el final llegaría. Tal vez se equivocó en su prediccion, suele pasar, la realidad es que para muchos no fue nuestro fin, sólo un nuevo punto de partida hacia una vida totalmente diferente. Sí, cometió ese error, pero, ¿quiénes somos nosotros para juzgar, cuando ya fuimos juzgados por nuestras malas acciones? ¿El levantamiento de los muertos fue nuestro castigo? Tal vez fue un castigo divino para todas las atrocidades cometidas; una condena eterna que sólo obtenía su liberación en la muerte.

Lo que nos queda son los buenos recuerdos, esos que son grabados en nuestras mentes para producirnos nostalgia por el mundo que fue y que nunca volverá a ser.

Fue una presentación muy pesimista, lo recordé: “Si es difícil comenzar, sólo inicia con tu nombre”. Recordar esas pequeñas frases, de gente que encontró su destino en la muerte, aveces nos hace sentir más miserables de lo que ya somos, pero así solía ser la nueva realidad llena de seres miserables, angustia y muerte en todos sus caminos. Lo sentía, tal vez sería mejor empezar de nuevo: Mi nombre es _________, ________Greene.

Eso fue un mejor inicio, como dije antes, solo nos quedan los buenos recuerdos:

(Flashback)

Beth-¡________!¡Maggie volvió!-

Deje de leer el libro en mi regazo, para pasar a mirarla, ella estaba emocionada por el regresó de mi otra hermana. Maggie había empezado a vivir recientemente en una ciudad cercana, por asuntos de estudios, así que sus llegadas a casa empezaron a ser menos frecuentes, por eso Beth tenía tanta emoción. Yo no sentía tanto su ausencia, de hecho, yo fui la primera en irme de casa, luego por motivos más personales volví. No era nuevo lo de vernos pocas veces.

Y bueno, ella tenía dieciséis años en ese entonces, cualquier cosa la emocionaba demasiado. Maggie y yo estábamos entrando ya en los veintitrés y veintidos respectivamente, nos entendíamos mejor.

_________-Eres demasiado emocional, a mí también me alegra, pero no en ese punto-

Beth-Sólo porque ya estás acostumbrada. ¿Me vas a ayudar a desempacar?-

__________-No deberíamos meternos con sus cosas. Créeme que no-

Beth-Es sólo una ayuda. Vamos, ¿sí? Por favor-

_________-Sabes que hago todo lo que me pides. Pero ya veremos como lo toma, no creo que muy bien. Pero, de acuerdo, veamos que tan mal sale esto-

Beth salió de casa, y volvió a los segundos, con una maleta que subió hasta el segundo piso, seguida de mí. Llegamos la habitación, la depósito en la cama y empezamos a desempacar, se notaba que empaco de afán, sus cosas ni siquiera estaban bien acomodadas. En un momento, Beth se quedó inmóvil, con algo en sus manos, me llamó la atención y decidí fijarme en lo que la tenía tan distraída: Un tarro de pastillas anticonceptivas.

Seguro creyó que eran drogas, y que ella iba a tener una sobredosis. En nuestro pueblo habían estado circulando rumores de abuso de drogas y Beth estuvo muy atenta a esos rumores. En su inocente y nerviosa cabeza debió crear su propia teoría, sin siquiera saber el origen del verdadero tarro.

_________-Oye Beth, ¿qué encontraste? Ah, ya veo, no es malo, eso es...-

Beth-Oh, no, ¡no!-

Beth salió corriendo, la seguí por la casa hasta que llegamos a un estanque de patos. Ella arrojó las pastillas al agua y justo en ese momento Maggie llegó al escuchar todo ese alboroto.