➳Capítulo diez.

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Si me paraba a pensar apenas había estado con ella. Dos o tres momentos como mucho. Pero ella me hizo experimentar lo que ninguna persona había logrado en mi. Sus ojos azules y su pelo castaño. Su personalidad su dulce sonrisa. Una persona pasó enfrente mía y se me quedó mirándome apoyada en la otra pared del pasillo.

Levanté la cabeza y me coloqué el pelo. Era una chica rubia.

—¿Qué estás mirando?—Me dijo indignada.

Mostró su superioridad tan solo con esas tres palabras.

—Me estabas mirando tú.—me reí— te lo tendría que yo preguntar a ti.

—Soy Renee.

—Yo Charlie—aunque se hubiera presentado me parecía bastante egocéntrica.

Ninguno de los dos dijimos nada, nos quedamos en silencio, hasta que de sus labios salieron unas palabras.

—¿Charlie? ¿Charlie Blair?—Dijo mientras se aproximaba a mi lado.

Mi rostro expresó sorpresa, ¿como sabía mi nombre?

—S..sí. Soy yo.—dije curioso—¿cómo lo sabes?

—Bueno, sé los nombres de los chicos guapos—dijo mordiéndose el labio inferior.

Se acercó a mi brazo pero yo di unos pasos hacia delante. Intentó disimular y se llevó el pelo atrás en un recogido.

—Eres amiga de Alice.

—En efecto.

Asentí a su respuesta y asimilé lo que pretendía esa chica, ¿me había echado un piropo? ¿Así por las buenas? ¿Estando su amiga en el hospital?

—¿No vas a verla?—dije intentando disuadir el silencio.

—No creo que quiera verme—dijo mientras rebuscaba en su bolso.

—Pero es tu amiga, no creo que rechace visitas.

Elevó la mirada y dejó de buscar.

—Pero mira que eres pesado—soltó.

Abrí los ojos y fruncí el ceño. Vi que sacaba una cajetilla de tabaco de su bolso. Busqué rápidamente alguna señal en donde decía no se podía fumar, aunque, en un hospital era evidente.

Señalé con el dedo el cartel ya que se había encendido un cigarrillo.

Se dio la vuelta y levantó los hombros.

—Nos van a regañar—dije mientras intentaba quitar el humo con las manos.

—¿Y a mi qué?

Era impertinente, borde, me ponía de los nervios, y sobretodo, era inmadura. Saber la situación de Alice y comportase así. No podía soportarlo.

Puse el oído en la puerta, y pude percibir aún voces en la otra habitación, aún no habían terminado.

—Te van a regañan—me soltó con cierto tono burlón.—Me caes bien.

Soltó el humo y sonrió.

—Pues tú a mi no.—No me ande con rodeos. La situación era insoportable.

Esbozó una carcajada y tiró el tabaco al suelo, mientras lo aplastaba con sus zapatillas.

—Listo, ya no fumo.

—Bien—respondí un poco distraído, seguía pendiente de la puerta—ahora voy a entrar.

—Entraré contigo—me susurró en el oído.

Me di la vuelta y vi que estábamos muy cerca. Me choqué contra la pared al ver que estaba tan pegada a mi.

Mi bolsillo empezó a temblar. Ella lo notó y se alejó dejándome espacio para respirar. Lo saqué sin apenas mirar quién era, me daba igual, tenía que salir de esa tensión que había creado Renee.

—Charlie, ¿dónde estás?—me dijo alguien al otro lado del teléfono.

—¿Quién eres?—Dije mientras me rascaba la cabeza, no me sonaba su voz.

—Soy Josh.

Cuando me quise dar cuenta la chica había desaparecido, miré a ambos lados del pasillo, parecía que se había esfumado junto al humo de su cigarrillo.

—¿Estás ahí?—Oí en un eco del teléfono, me lo pegué de nuevo a la oreja.

—Estoy en el hospital.—dije mientras me frotaba el brazo.

Sentí como algo rozaba mi espalda, era el borde de la puerta, ya habían acabado de hablar.

—¡Espera!—dije a la enfermera, pero ella siguió caminando.

Dejó la puerta abierta, y pude observar a Alice y su rostro encharcado por sus propias lágrimas.

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⏰ Last updated: Jan 06, 2017 ⏰

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Alice FlintWhere stories live. Discover now