➳ Capítulo cuatro.

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Miraba ese verde intenso como sino tuviera otra oportunidad de observarlos. Él no se daba cuenta, todavía quería asimilar lo que le había contado, no se lo esperaba, la verdad, yo nunca me lo llegué a imaginar.
—¿Estás bien?
Puse mi mano en su pierna mientras intentaba que dejara de mirar al suelo.
—Sí si, es que me ha pillado desprevenido—Me dijo nervioso, tenía la sensación de que el también lo había vivido.
—Bastante duro ¿verdad?—resoplé, expulsando cada partícula de aire de mis pulmones.
—Pensé que sería tu novio o algo.— ¿Novio? Mis padres, eran jóvenes, bueno, mi padre. Pero no tanto como para poder ser mi pareja.
De todos modos, el 'concepto' novio para mis padres no existía, nunca quisieron que me acercara al sexo contrario y menos que tuviera una relación.
—No sé que es peor..—se frotó el pelo y me miró fijamente.
—Yo tampoco lo sé.—me levanté, e intenté recuperar el aliento. Le estaba contando mi vida a un desconocido, que, sin darme cuenta, empezaba a dejar de serlo.
Los dos resoplamos como si fuésemos un compás y sonreímos.
—Pero la verdad, no tengo novio.
Me miró un poco extrañado y subió una ceja mientras yo observaba a sus amigos desde lejos.
—¿Te gusta alguno de mis amigos?—Dijo mientras se volvía y me miraba sonriendo.
No pude evitar ponerme colorada, aunque no me llegué a fijar en ninguno.
—No.. no son de mi estilo—Dije mientras tosía y reía. Quise disimular el nerviosismo de mis piernas.
—Claro, lo tuyo son los que llevan corbata y viven de lujo, los de la calle no te gustarán.—Me dijo mientras me hacía burla. Sacó la lengua, y, sin más, volvió a sonreírme. 
Al oír eso de inmediato me puse más roja y noté que me empezaban a sudar las manos, observé otra vez a sus amigos, no estaban mal.. pero, —¿qué haces?—pensé en voz baja. Parecía tonta mirando hacia ese grupo de chicos, cuando tenía al más interesante enfrente.
—¿Crees que es eso?—Solté mientras elevaba un poco la mano.
—No me pegues, por favor, que te rompes una uña.—Soltó mientras me volvía a imitar.
No pude controlarme y una sonrisa tonta ocupó mi rostro mientras esbozaba unas carcajadas.
—Nosotros no somos así..
—A lo mejor tú, pero yo he conocido a muchos y me han dado esa impresión.
—Estás equivocado..
Alcé la vista y observé un matrimonio feliz, dos hijos y un padre que quería a la madre, no pude evitar ponerme triste, a lo mejor con este chico desconectaba por unos minutos, pero era imposible no recordarlo. Noté que una pequeña lágrima recorría mis pómulos y Charlie me vio.
—No llores Alice, lo que hace tu padre.. ya verás, todo se devuelve.
—No, no es mi padre.—Pasé la manga de mi chaqueta por mi cara intentando quitarme las lágrimas.
—¿Entonces?—preguntó. 
—Mi madre..—me dolía decirlo, pero debía aceptarlo.
—¿También te pega?—se llevó las manos a la cabeza.
—Falleció hace unos días.—Dije mientras mi vista se nublaba.
Los dos estuvimos manteniendo un silencio bastante seco y cargado, ninguno supimos que decir hasta que él se acercó y me rodeo con sus brazos. Oí alguna risa al fondo, intenté diferenciar esa silueta borrosa y pude observar que eran sus amigos.
—Lo siento, de verdad.
Me mordí el labio inferior y le mostré una triste sonrisa.
—Todo se supera.
Él también sonrió y se dio la vuelta mientras decía cosas a sus amigos en noruego. Por lo poco que había oído de ese idioma me pareció que les insultaba.
—Déjales, tienen envidia.
—¿De qué?
—De mi.—Dijo mientras jugaba con su pelo.—¿No ves que soy perfecto?—Volvió a decir con ironía.
Le miré de arriba y abajo y sí, era perfecto.
—Bueno.. tienes tus defectos.—Dije mientras me cubría y me reía.
—Tú no los tienes.
Por unos segundos no parpadeé y asimilé cada una de sus palabras.
—Si que tengo, solo que no los conoces..—Dije mientras quitaba un mechón que cruzaba mi rostro.
—Me gustaría conocerlos.
No supe que responder y intenté alcanzar mi mochila para intentar cambiar de tema, no la alcancé y me la acerco él.
—No me has respondido—Dijo mientras posaba mi mochila entre sus piernas.
—¿Era una pregunta o una afirmación?
Se apoyó en su barbilla e hizo que pensaba.
—Cierto, entonces te pregunto, ¿me darás la oportunidad de conocerte más?
—Bueno...
—... si insistes.—Terminó mi frase.—¡Soy un luchador pequeña Alice, no me pueden parar!
—Yo no he dicho eso.—se burló de mi.—Y aunque llore mucho, también soy una luchadora.—sonreí, y le enseñé mi triceps. No pudo evitar reírse, y se hizo el atemorizado y a la vez sorprendido de ver mi delgado brazo. 
—Pero lo piensas.
Pensar, aún pensaba que hacía ahí, que tenía ese chico que estaba tan absorbida entre sus palabras y suspiros, todavía no lo entendía.
—¿Te gusto verdad?—Dijo mientras alzó una sonrisa de oreja a oreja.
Me quedé sorprendida y tal perpleja que no supe que responder.
—Tranquila, es broma, no te alteres.
Alcé mi mano y fue hacia su hombro mientras le propinaba un golpe.
—¡Ay!—Dijo sobresaltando.—¡Me estás demostrando tu fuerza, eh!
—¿Te hice daño?
Me acerqué a él y observé su hombro, no le hice nada, pero me sentí culpable igual. Su pelo le tapaban los ojos, hasta que se empezó a reír e intentaba hablar, pero su risa no se lo permitía.
—Que poca fuerza tienes.—Dijo entre carcajadas—¡Mi abuela tienes más fuerza!
Me crucé de brazos y me incorporé mientras cogía mi mochila y empezaba a caminar, me introduje en un bar y oí una pequeña música de fondo, pude reconocer que era Hey there Delilah.

—Dont yoy worry about the distantece.. —Empecé a canturrear hasta que vi que alguien también lo hacía conmigo.
—I'm right there if you get lonely, give this song another listen..
—Close your eyes..—Dije mientras me daba la vuelta para verle, me había seguido, abandonado a sus amigos e ido detrás de mi, vi que se sentaba conmigo al lado de la barra, y me sonreía sin ningún por qué, yo también lo hacía, me gustaba aunque no supiera la razón.

Alice FlintWhere stories live. Discover now