Capítulo 28.

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Desperté creyendo que ahora sí que sí, era la mujer más feliz que haya pisado el planeta. Estoy comprometida. Y aún es difícil creérmelo. Pero algo debía arruinar mi felicidad. Sentí que tenía que ir corriendo al baño, así que me paré y con las náuseas aguantándomelas me dirigí a la taza del baño, me apoyé, y vomité toda la cena que Harry ayer había preparado con tanto cariño. Sentía que no podía parar de vomitar, hasta que sentí una persona detrás mío y supe que era Harry, éste se arrodilló y tomó mi pelo y mi frente para no mancharme. Joder. Después de dos meses me vienen todas estas cosas, ¿no?

-¿Estás bien, princesa?-Preguntó.

-¿Qué crees tú?-Contra pregunté con mi peor tono mientras me paraba y me lavaba la boca.

-¿Has despertado de humor?

-Creo que si despiertas a las seis de la mañana, vomitando, nadie estaría de buen humor, nadie.

-Pues... es típico en los embarazos, princesa.

Viendo que Harry estaba en bóxers, me tenté. Pero mordí mi labio, me aguantaría. Desperté de un pésimo humor y lo último, bueno, no lo último, es hacer el amor con Harry. Me fui a la cama, levanté las tapas y me acosté, tratando de dormirme y olvidarme de lo mal que me siento. Sentí el cuerpo de Harry acoplado por detrás mío, besándome detrás de la oreja, y bajando hasta mi hombro, y por último susurrarme un lindo "te amo". No respondí.

Cuando logré quedarme dormida, desperté otra vez, vi la hora, sólo he dormido cuarenta minutos, por segunda vez, me levanté rápido al baño, a vomitar. Maldición, Danielle. ¿Ahora quieres vengarte?, estaba re bien sin los vómitos ni el humor de pacotillas. Harry de nuevo se levantó y sostuvo mi pelo y mi frente.

-Iremos al doctor...-Dijo.

-¿Iremos?, que recuerde, yo estoy embarazada. No tú.-Espeté.

-Danielle es mi hija, tú eres mi comprometida; donde vayan ustedes, iré yo.

-No quiero, Harry. Estoy bien.

-Princesa, no te he preguntado si quieres o no-Suspiró-, tenemos que ir.

-¿Desafiándome?-Me levanté y lavé mi boca por segunda vez, luego me di la vuelta para mirar a Harry-, no te conviene, Styles.

-Princesa, no te estoy desafiando. Sabes que es por el bien de mí hija y de mí mujer.

-No quiero ir y punto.

-Te tomaré entre mis brazos-Sonrió-, y te llevaré a rastras al doctor.

-¿Para qué quieres ir?, mira que el ginecólogo no me abrirá las piernas para que veas...

-Sophie.-Me cortó, y dejó de sonreír-No quiero que hagan éso. Para éso, lo haría yo, lo sabemos bien. Me da igual si te abre las piernas, o no. Sólo quiero saber si ambas están bien. No es muy difícil de comprender, pero veo que tú no lo entiendes.

-Harry...

-Iremos y no se discutirá más. Siento que tenga que ponerme así, pero estás de un humor horripilante.

-Te contagié parece.

-No, princesa...-Dijo acercándose a mí, para después acariciarme la cara-, estoy de buen humor. Pero ambos sabemos que si les pasa o tienen algo, ustedes dos, no seré nada.

-Agh. ¡Odio vomitar!-Refunfuñé, pero luego de la insistencia de Harry, acepté-, está bien.

Finalmente sonrió y se le asomó ese coqueto hoyuelo que yo amaba tanto de él. Salimos del baño, pero antes, me agarró de la cintura, me dio vuelta, me atrajo hacia él y me besó. Le devolví el beso, y una vez que nos separamos, me fui a vestir. La clínica de Londres se llenaba bastante temprano, y digamos que odio esperar minutos, horas, y hasta segundos. Soy muy impaciente.

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