Capitulo 4: El comienzo. *[Editado]*

Začať od začiatku
                                    

- Ya te dije que no me provocaras, no te gustaría saber que es…

- Que te vayas de aquí – le interrumpí elevando la voz. – Te queda prohibido esta sala, esta es para la gente normal.

Hubo un pequeño ruidito de fondo que hizo que Jeremy mirase a todos nuestros espectadores, eso pareció aflojarle un poco, ya que simplemente me miro con la mirada más amenazante que podía poner y se largo.

No relaje mi postura hasta que no le vi desaparecer por la puerta. El salón seguía en silencio hasta que Ariana empezó aplaudir y seguido de ella, lo hicieron el resto del comedor. Mi cara se encendió como una bombilla y volví a sentarme en mi sitio con la capucha puesta para disimular mi vergüenza y una cortina de mi pelo por los lados.

- Has estado increíble. – me dijo Sebas, que estaba justo a mi lado.

- Pero, ¿a qué ha venido todo esto? – dijo Diana que estaba todavía blanca. – Nunca he visto a uno de los raros en la cafetería.

- No lo sé. – dije sinceramente.

- Pero él ha dicho que ya te había advertido respecto a su sala. ¿Has hablado alguna vez más con él? – dijo Robert que parecía haber estado atento.

- Bueno, el otro día, cuando me contasteis toda esa extraña historia de los raros, subí a mi planta y empecé a investigar en busca de esa sala. Resulta que la encontré, intente poner la oreja, pero Jeremy me pilló. – sé que no es del todo cierto, pero era todo lo que necesitaban saber.

- Creo que Jeremy es el más guapo de todos. – dijo Rosa mirando al techo.

Eso creo una sensación extraña dentro de mí, fue como si estuviera celosa del comentario.

- Oh...venga. Es uno de ellos – le riño Ariana. – Perdónala, solo es capaz de pensar en ligar y en chicos. – me dijo ahora a mí.

El resto del día fue de lo más extraño, tras el incidente de la cafetería, me había convertido en algo más que popular por novata, ahora era una especie de heroína para todos los estudiantes normales.

En todas las clases había al menos uno de “los raros”. Eran fáciles de reconocer ya que no parecían estudiantes. Todos eran perfectos, daba igual mujer que hombre, ninguno tenía acné juvenil, ni era desgarbado, ni tenían ningún defecto a causa del desarrollo o de las hormonas. Todos parecían modelos de revista retocados con algún programa informático.

Solo me tocó con Ariana en una clase, la de español a segunda. El resto estuve sola todo el día. En tercera me tocaba literatura, una de “las raras” se sentaba conmigo en la mesa, bueno más bien me sentaba yo con ella, ya que había sido la última en llegar y era el único hueco libre. No sé cómo se llamaba, pero era la única que tenía siempre una sonrisa en la cara, todos parecían enfadados o molestos por algo.

En la asignatura de literatura también tenía a Jeremy, él se sentaba junto con otro de su banda, uno  al que no conocía ni había visto aún. Jeremy no me miró ni volvió a hablarme en todo el día, eso me molestaba y a la vez estaba encantada. Me molestaba que no sintiera ni un poquito de remordimiento por lo sucedido esta mañana, ni por lo sucedido ayer. Y estaba encantada porque de cada vez que había hablado con él, había conseguido sacar lo peor de mí. Y tampoco necesitaba otro espectáculo como el de esta mañana para que los alumnos normales me adoraran aún más.

El volver a clase había supuesto algo más fácil de lo que esperaba, pensaba que el recuerdo de mi antigua vida iba a ser algo sumamente doloroso, pero apenas era una molestia. Quizás todo fuese más fácil gracias a lo integrada que me sentía, todo el mundo venía a hablar conmigo, Ariana me pillaba entre clase y clase para contarme cualquier trivialidad. Y en el resto de las horas, intentaba prestar toda mi atención a cada asignatura, así no me daba tiempo a pensar en lo que no debía.

Soledad *[En Edición]*Where stories live. Discover now