CAPITULO 34: Revelación...

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Mi familia no es una familia convencional. Mi hermana y yo crecimos en un entorno lleno de amor por parte de nuestros padres, pero que al mismo tiempo era muy extraño. Varias noches a la semana, por no decir todas las noches, salían y nos dejaban solos. Como mi hermana es varios años más pequeña que yo, 7 para ser exactos; me dejaban con una persona para que me cuidara. Pero cuando tuve la edad de 5 años, comenzaron a dejarme solo por las noches. Siempre se iban luego de cenar, pero a veces al parecer se les olvidaba que yo tenía que comer y se marchaban sin más. Me las arreglaba como podía para conseguir algo de comer, y luego me iba a la cama deseando que mis papás regresaran pronto.

La verdad es que al principio no le daba importancia a sus escapadas nocturnas, bueno al menos hasta que llegó mi hermana. Trixa nació una fría noche de invierno, mi madre tuvo un parto en casa, ya que les parecía muy arriesgado ir a tenerla en un hospital. No entendí eso si no hasta mucho tiempo después. Mi hermana era hermosa, es hermosa. Sus ojos son los más azules que he visto y su cabello es un halo dorado. Me enamoré de ella al instante y prometí cuidarla para siempre.

Una noche, cuando mis padres estaban por salir, apareció en la puerta un hombre armado que llegó hasta mí y Trixa en un abrir y cerrar de ojos y nos puso la pistola en la cabeza. Mis padres se encontraban horrorizados y le pedían a gritos que bajase la pistola. En ese momento tenía unos 11 años, la edad que tiene mi hermana ahora. Me encontraba muy asustado, pero no pensaba soltar la mano de Trixa. De la nada mi padre sacó una pistola y apuntó con ella al tipo que nos tenía a punta de pistola. Me quedé sorprendido al ver a mi padre de esa manera. Sostenía la pistola como si lo hubiese hecho millones de veces y miraba al hombre con una máscara de fría crueldad. Quita esa pistola de la cabeza de mis hijos, le dijo en una calmada voz. O voy a volarte los sesos.

El hombre comenzó a reír y, mirando a mi padre a la cara le dijo. Estoy muy seguro que lo harás, pero ya es muy tarde, la policía viene hacia aquí para arrestarte a ti y a tu esposa. Malditos asesinos.

Al oír esa palabra me quedé completamente paralizado mirando a mis padres, quienes para mi sorpresa no intentaron negarlo. Solo esbozaron una sonrisa maniática y, me di cuenta en ese momento, que mi madre también tenía una pistola en la mano. Y en ese momento comencé a unir un montón de pistas. Como el hecho de que cada vez que salía un asesinato en las noticias, rápidamente cambiaban de canal, o el hecho de que siempre que salíamos a pasear con ellos, intentaban que nadie se fijase en nosotros.

Apreté más fuerte a mi hermana contra mí, si es que eso era posible, y traté de buscar algún lugar por donde escapar, pero no había ninguno; no sin ser baleados. Permanecimos mirándonos entre todos durante lo que parecieron horas, aunque bien podrían haber sido tan solo unos minutos, cuando una sirena se escuchó afuera.

Mis padres se congelaron en sus lugares, y comenzaron a mirar hacia todos lados evaluando las posibles vías de escape, pero antes incluso de que alguien hiciese algún movimiento, un grupo de policías entró en tropel por la puerta. En ese momento se desató el infierno. Trixa y yo fuimos tirados hacia abajo, y se escucharon disparos y cuerpos cayendo al suelo. Permanecí con los ojos cerrando, y en el momento en que sentí que el cuerpo que nos estaba sosteniendo contra el suelo se levantaba de nosotros y nos dejaba libres, levanté la cabeza. Desearía nunca haberlo hecho. Nuestra sala se encontraba cubierta de sangre, varios policías se encontraban anormalmente inmóviles, y en ese momento comprendí que se encontraban muertos. Mi hermana empezó a llorar al ver toda la carnicería, e inmediatamente le tapé los ojos e intenté consolarla, pero ya era demasiado tarde. Esas imágenes quedarían grabadas de por vida en nuestras mentes. Nuestros padres también se encontraban en el suelo, pero no estaban muertos, solo heridos. Varios policías cayeron sobre ellos, y en un santiamén los tenían esposados y estaban siendo sacados a rastras de la casa. Ambos se volvieron a mirarnos, y solo se encontraron con la mirada fría de un niño de 11 años.

Luego de eso, fuimos llevados momentáneamente a una casa de acogida, hasta que uno de nuestros tíos fue a hacerse cargo de nosotros. En todo el tiempo que estuvimos con ellos, no hablamos ni una sola vez de lo sucedido aquella noche, ni siquiera se mencionaba a mis padres.

Todo estuvo muy bien hasta hace unos meses, cuando mis tíos recibieron una llamada de amenaza hacia todos nosotros. Decían ser antiguos socios de mis padres, nos pedían que les ayudásemos a sacarlos de la prisión. Al principio no le dimos importancia, pensamos que era solamente una broma, pero luego mi tío tuvo un fatal accidente en el cual casi pierde la vida. Pero lo que nos asustó no fue el accidente en sí, sino una nota que encontramos varios días después, en ella se leía: Hasta que acepten ayudarnos, nos encargaremos de que todos sus seres queridos sean arrebatados de sus vidas. A partir de allí, utilicé la fortuna que me habían dejado nuestros padres para desaparecer del mapa- tomó un profundo suspiro y me miró - era por eso que no quería que estuvieras cerca de mí. Solamente te pondría en peligro. Estuve desaparecido del mapa hasta que recibí una llamada en la que decía que estaban tras mi hermana y que sabían dónde nos ocultábamos. Tuvimos que movernos hacia un lugar aún más remoto. Decidí volver porque quería asegurarme de que se habían ido de la ciudad. Y también porque quería verte. Te extrañaba como el infierno. Y debo decir que me sorprendí mucho en el momento en que te vi entrar con Claire en aquel café. No pensé que volverías a hablarme después de todo lo que te había hecho, pero de nuevo me dejaste completamente impactado con tu absoluta resolución.

Eso es todo lo que estoy dispuesto a contar por ahora, si quieres irte te llevaré y no volverás a verme jamás, pero si aún quieres quedarte, estoy dispuesto a rogar por tu perdón.

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My sweet ruinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora