My sweet ruin

CAPITULO 7: Una amiga de oro

Estuve llorando por lo que parecieron horas. Una vez escuché a mis padres llamando a mi puerta, exigiendo saber si me encontraba bien. Pero rápidamente se rindieron cuando no recibieron respuesta alguna de mi parte.

Unos minutos más tarde mi teléfono comenzó a sonar. Seguramente sería Claire exigiéndome que le contara todo lo que había sucedido en la enfermería, pero no tenía ánimos para explicar porque mi voz sonaba pastosa y llorosa, así que lo deje estar.

Cuando estuve lo suficientemente bien, o al menos eso pensaba, alcancé mi mochila de donde la había dejado tirada junto a mi bolso con ropa, y comencé a sacar mis libros para hacer la maldita tarea de historia. Me sentía cansada de la vida, y lo único que quería hacer era dormir, pero sabía que eso no me ayudaría en lo absoluto, así que me puse manos a la obra.

Justo cuando terminaba de escribir mi ensayo de 12 páginas sobre el presidente Lincoln y su vida. En serio ¿De qué me serviría saber que a los 14 años tuvo un perro llamado Fido? No es como si fueran a poner esa pregunta en el examen de admisión a la universidad. Unos golpes sonaron en mi puerta.

-Vete- exclamé desde mi posición sentada en la cama- No quiero hablar con nadie.

-Vas a dejarme entrar- exclamó la voz enojada de Claire al otro lado- No has contestado mis llamadas y tenemos mucho de qué hablar.

Me levanté de mi cama y fui a abrirle, inmediatamente Claire entró pasándome, se detuvo junto a mi cama y se dio la vuelta para mirarme. La sorpresa fue evidente en sus ojos. Debía verme como un monstruo con mocos. Lentamente cerré la puerta y me acerqué a ella.

-Por Dios ¿Qué te sucedió?- exclamó horrorizada- Has estado llorando ¿Por qué?

-Me peleé con mi hermano- exclamé llorosa. Pensé que no podía producir más lágrimas, pero al parecer me equivocaba, porque nuevas comenzaron a rodar por mis mejillas- Se puso furioso, intentó golpearme.

Claire se tapó la boca ahogando una exclamación de sorpresa.

-No puede ser, Brad no te ha pegado desde que eran niños.

-Lo sé- exclamé- Y no solo eso, me ha tratado como si fuera la peor peste en el mundo. Me llamó zorra- exclamó llorando.

Claire se acerca a mí, y me abraza, lloro en su hombro por un rato, hasta que me siento lo suficientemente fuerte de nuevo como para hablar.

-Bien ¿De qué querías hablar?- pregunto limpiándome las lágrimas con el brazo. No recuerdo haberme vestido, pero al parecer lo hice en algún momento de mi fiesta de lágrimas.

-Pues ¿De quién más?- exclamó con simpleza- De Blake

Es entonces cuando recuerdo las palabras que me dijo mi hermano antes de irse, además del insulto claro.

-Mi hermano me dijo que me mantuviera alejada de Blake- exclamo mirando a mi mejor amiga- Dice que él no necesita otra distracción.

-Pues dile a tu hermano que me bese el trasero. No vas a hacerle caso, y mucho menos después de que te haya tratado como una puta. Así que deja de pensar en eso- espetó enfadada.

-De acuerdo – exclamé- Hablemos de ese idiota

Claire soltó un chillido de alegría y se preparó para escuchar.

-Cuéntame todo lo que sucedió luego de que despertaste en la enfermería- exclamó con emoción.

Y así lo hice. Le conté todo, desde su mirada preocupada, pasando por lo que dijo la enfermera y mi evidente vergüenza, y terminando por el hecho de que me trajo a casa. En el momento que le comenté que Blake me había invitado a comer y yo lo rechacé, tuve que cubrirme la cabeza para evitar ser golpeada por la almohada lanzada por Claire.

-Pero ¿Qué demonios te pasa?- exclamó con un brillo asesino en la mirada- ¿Por qué lo rechazaste?

-Porque no tenía nada de dinero y no iba a pedirle a mis padres.

-Pues le hubieras dicho que él tenía que pagar. Te perdiste una gran oportunidad- exclamó enfadada.

-No iba a hacerle eso. No quedaría bien, y además dijo que le preguntaría a Emily

-Pues eres una tonta- espetó- Te dejaste quitar el lugar por esa rubia teñida. Espero que no vuelvas a hacer.

-No lo haré de nuevo- prometí. Más bien por el simple hecho de que dudaba mucho que Blake me pidiera salir con él de nuevo.

-Ahora ¿Qué te parece si babeamos un rato viendo al sexy Jackson Whittemore? Estoy segura de que una dosis de sensualidad es justo lo que necesitas.

-Tienes razón- exclamé- ¿Puedes ir a pedirles a mis padres que nos preparen palomitas? No tengo ánimos para verlos justo en este momento

-Por supuesto- respondió con una sonrisa- ¿Para qué son las amigas?

Así que mientras Claire bajaba corriendo los escalones a la cocina, me concentré en guardar todos mis útiles, los cuales habían quedado desparramados por la cama. Cuando todo estuvo en su lugar, me dirigí hacia el DVD, lo encendí y luego me puse a buscar entre el desastre de películas y series que tenía en mi armario, los de las Temporadas 1 y 2 de Teen Wolf.

Para cuando Claire volvió con un cuenco lleno de palomitas, yo y me había instalado cómodamente en mi cama, y estaba lista para toda una maratón de Teen Wolf.

-Todo listo- exclamé, haciendo un saludo militar.

-Perfecto- exclamó Claire- Ahora podré ver a mi sexy Derek y Stiles. Ya los extrañaba- añadió con un suspiro.

Apreté play en el control remoto y la serie comenzó a pasar. Estuvimos riendo con Claire hasta que se hizo de noche y mis padres nos llamaron a cenar. No quería quedarme sola esta noche, y mucho menos enfrentar a mis padres sola, así que le pedí a Claire si se podía quedar a dormir esta noche, ella aceptó con gusto.

Cuando bajamos a cenar, milagrosamente, mis padres no hicieron preguntas, y, por suerte para mí, mi hermano aún no había regresado, lo que agradecí. No sabía lo que haría si lo tuviera frente a mí, probablemente bajara la mirada por temor a que hiciera o dijera algo hiriente.

No terminamos de ver la segunda temporada porque nos quedamos dormidas a la mitad. Por desgracia para mí, mis sueños estuvieron plagados de pesadillas, en las que me encontraba en diferentes escenarios junto a mi hermano y él comenzaba a insultarme y luego a golpearme.

Solo me consolaba saber que cuando despertaba, Claire estaba a mi lado apoyándome.

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