Capítulo 8

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Advertencia! Este capítulo contiene escenas hot. Leelo bajo tu propio riesgo. Salu2 ♡

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'Click' fue lo último que escuchó Camila antes de que  la habitación quedara en total y completo silencio. Sintió un escalofrío recorrer su columna vertebral. Dió media vuelta para encarar a Lauren y justo cuando sus ojos se encontraron algo en su cerebro salió disparado a no se donde. La temperatura, de por sí bochornosa, comenzó a subir.

-Voy a darme una ducha- dijo Camila evitando la mirada de Lauren.

-Bien. Aquí te espero.

Camila fue a buscar la ropa que se iba a poner para dormir. Sentía la intensa mirada de Lauren en cada uno de sus movimientos.

-Así no puedo- susurró Camila para si misma, en una voz casi inaudible.

Lauren alcanzó a escuchar y sonrió. Después caminó hacia la mesita de centro y agarró el control remoto, luego caminó hacia el sofá/cama frente al televisor y se sentó.

Escuchó cómo Camila cerraba la puerta del baño. Encendió el televisor. Lo primero que vió fueron las noticias. Nada nuevo: asesinatos, robos, abortos. Suspiró. ¿De verás no tenían nada bueno que mostrar? Cuando hablaban de cosas buenas solo tardaban nueve segundos en dar la noticia y luego seguían con más robos. Era algo así como:

-"...Muchos niños ya esperan ansiosos la llegada de Navidad y, con eso, la llegada de Santa Claus, quien estuvo recibiendo cartas en el centro comercial junto a la plaza...En otras palabras, se nos informa que siguen habiendo ataques a bares del estilo "gay", justo como lo sucedido hace unos meses en el bar de Orlando, Florida, en donde hubo muchas muertes ocasionadas por diversas explosiones".

Ups. Eso si que era malo. El punto es, osea, ¿qué les pasa? Digan, por lo menos, que la vida es bella y hay que seguir viviendo, o lo que sea. Muchos niños también ven las noticias -claro, debido a sus padres-.

Lauren, cansada, cambió del noticiero a Harry Potter.

<<Bien, esto si que le gusta a Camz>> pensó Lauren, refiriendose a Camila, quien ya no tardaba en salir de ducharse.

Lauren fue a su maleta y sacó lo que parecía ser su ropa de dormir. Unos pantalones cortos y una blusa holgada extra-grande (de esas que le tomas perestada a tu papá y nunca se la devuelves). También sacó unas sandalias súper cómodas.

-Ya terminé- dijo Camila abriendo la puerta del baño.

Lauren volteó a verla. Llevaba unas medias largas y unos shorts cortos, también traía un suéter peludito de manga larga con los colores rojo y amarillo. Gryffindor se estaba haciendo presente. Iba descalza. Se veía súper linda.

-Mi turno- dijo Lauren-. Por cierto, está Harry Potter y el calíz de fuego.

-¡¿Qué?!¡¿Dónde?!

-Ahí, en la tele.

Camila corrió como loca, derecho al sofá. Se sentó y se acomodó con las piernas cruzadas en "forma de chinito". Justo cuando dirigió su mirada al televisor, un brillo silencioso pero resplandeciente cruzó por su mirada.

Lauren amaba cómo los ojos de Camila resplandecían ante sus cosas más preciadas. Ella quería ser una de las posesiones de Camila.

Lauren entró al cuarto de baño, no sin antes cerrar la puerta con llave.

-¡Potter!- exclamaron en la pantalla.

Camila extendió aún más esa estúpida (con amorsh ;) sonrisa que aparecía en su rostro cada vez que veía Harry Potter.

Luego aparecieron los anuncios -lamentablemente esa es la cruda realidad- y Camila quitó la sonrisa de su cara.

Suspiró y fue a su maleta de mano a buscar su secadora de cabello. Aunque hiciera un calor de los mil demonios, no era bueno andar por ahí con el cabello húmedo. Terminó de secar su cabello y fue a encender el aire acondicionado, lo pusó en la temperatura más baja que pudo. Fue a buscar unas zapatillas cómodas y, por supuesto, quería su gorrito color aguamarina -al color de los ojos de Lauren, coincidencia mejor no pudo haber encontrado-.

Amaba su gorrito. Una de sus mejores amigas se lo había regalado en su décimo cumpleaños. Lamentablemente, su amiga había fallecido cuando Camila cumplió los once años de edad, justo cuando se suponía que tenía que recibir su carta del Colegio Hogwarts de Magia y Hechizería.

<<Vaya vida>> había pensado Camila, hace unos años.

Camila fue a sentarse en el sofá y vió que habían terminado los anuncios. Ahí estaba de nuevo su sueño, asistir a Hogwarts. Vió a Harry Potter y otra vez esa estúpida (repito, con amorsh) sonrisa apareció en su rostro. Justo en ese momento la puerta del baño se abrió y apareció Lauren, quien también ya se había secado el cabello en el baño.

Camila volteó a verla. Enserio que tenía que decirlo: Lauren se veía condenadamente sexy. La manera en que la blusa se ajustaba a su cuerpo, la manera en que dejaba ver sus largas y estilizadas piernas, simplemente...

<<Dios>> pensó Camila <<¿Porqué me pasa esto a mí?>>

Lauren miró a Camila directamente a los ojos. Camila sintió que los colores se le subían al rostro.

-¿Sabes qué?- dijo- Mejor voy a salir a tomar aire fresco.

No esperó la respuesta de Lauren y se dió media vuelta. Caminó hacia donde estaban las cortinas y las corrió, revelando una puerta de cristal que daba entrada a un pequeño balcón. Abrió y la puerta y salió buscando aire frío que refrescara su cara. Gracias a Dios había empezado a correr un poco de aire fresco.

Por otro lado, Lauren, siguiendo a Camila, salió al balcón justo detrás de ella, aunque sin que se diera cuenta de su presencia.

Inmediatamente salió, sintió la brisa golpear su rostro. Abrió sus ojos, recuperandose del golpe, y la vió. Ahí estaba Camila, mirando hacia el horizonte, con sus cabellos ondeando al viento.

Guiada por un extraño impulsó, se acercó a ella y la abrazó por la espalda. Sintió cómo se sorprendía, pero luego cedió ante su abrazo.
Ella se doblegó entre sus brazos, dejandose llevar por el momento. Sin embargo, así como se dejó llevar, se apartó de ella.

-¿Qué haces?- le preguntó, apartandose bruscamente.

-Camz, yo...

Ahí estaba otra vez, ese extraño sentimiento creciendo en su interior cada vez que escuchaba a Lauren llamarla así. Fue retrocediendo cada vez más, alejandose de ella y  conteniendo el deseo de besarla, hasta que justo chocó contra el barandal.

-Camz- volvió a susurrar Lauren, acercandose a ella.

Lauren se acercó a ella hasta quedar su cuerpo enfrente del de Camila, nariz con nariz, sus labios a centímetros de encontrarse, pero sin hacerlo.

Camila sintió su brazo posarse sobre su cintura. No podía moverse. Era como si se hubiera olvidado de cómo usar sus extremidades.

-Te quiero, Camz- susurró contra su oído-. Necesito- besó sus mejillas, su nariz-, deseo- dijo, parándose en la comisura de su boca- con toda mi alma que...

No alcanzó a terminar de hablar. Era tanta la urgencia que Camila terminó por besar a Lauren. La atrajó hacia ella y la besó. Había cosas que...simplemente tenían que hacerse.

Lauren le correspondió al besó, atrayendola más hacia si. Camila dejó caer todo su peso en Lauren, aferrandose a ella con todas sus fuerzas.

Lauren, por su parte, deslizó sus dedos entre los largos y sedosos cabellos de Camila, acariciandolo. Recordó que la primera vez que la vió ya quiso hacerle aquello, y que había ignorado la ocurrencia por el simple hecho de considerarla una locura. Muy apenas y la conocía. Camila emitió un sonido de placer.

Siguieron besandose como si ninguna estuviera satisfecha la una de la otra. Se separaron lentamente, a causa de la falta de aire, pero nunca sin dejar de mirarse a los ojos. Camila se fijó en que los ojos de Lauren le recordaban a los de un gato.

-Dilo, Camz. Por favor. Necesito escucharlo- suplicó Lauren-. Dime que me quieres.





















Cherry lips (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora