2. mummy

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- Señorito Grant, acuda a mi despacho, por favor.

Escuchar la voz de su jefe solicitando su presencia, hizo que su mirada fuese del ordenador que tenía delante suyo, hacia el telefonillo con la luz encendida, intentado descifrar la intención de su jefe con su llamada. Guardó el informe que estaba terminando, y se dispuso a recoger la tablet, si hubiese el caso de alguna reunión, estiró su espalda, con la intención de tener una pose profesional y correcta.

Tras dar unos pequeños toques a la puerta, se adentró en el amplio y blanco despacho, el ambiente estaba tenso, teniendo de fondo un pequeño repiqueteo ansioso como banda sonora, al llevar su mirada a aquel hombre con mirada analizadora, se encontró con una persona con su columna vertebral completamente tensa y Caleb sabía cual era el problema, pero decidió sacarle más información.

- Dígame, señor Payne.

Vió su mirada duditativa, mientras Caleb esperaba con paciencia una respuesta.

- ¿Ha terminado con el informe?

Afirmó, rápido sin sonar tajante, necesitaba apurar sus respuestas.

-Si, ¿algo más?

Preguntó mientras se acercaba lentamente a la mesa de su despacho, el se encontraba sentado en su silla de cuero, digno de cualquier ricachón, está silla estaba dispuesta de espadas a la pared de cristal. Viendo su mirada, esta vez era Caleb quién la analizaba, la de su jefe bailaba por los objetos colocados ordenadamente sobre su escritorio, buscaba otra orden o pregunta para hacer a su secretario y así poder entablar una conversación.

- Si... ¿Podría ser un café?

"¿En serio?" Fue lo que pensó, mientras Caleb giraba a su derecha en búsqueda de la cafetera, la cual su jefe, irónicamente, había comprado para no tener que perder tiempo en ir a la cafetería.

Sus nervios, para Caleb eran obvios, por que había utilizado como excusa, algo que él ahora mismo había puesto como algo beneficiario o divertido para él.

Tras el sonido de la cafetera sirviendo el café en la clásica taza blanca, la recogió y la colocó junto a los demás objetos del escritorio.

- Algo me dice que desea algo más. - Caleb notó como la respiración de su jefe se detenía, haciéndole aguantar una pequeña carcajada - No me habría llamado por un simple café, que usted mismo se habría preparado y por un informe que me ha entregado hace - vió la hora - treinta minutos.

Suspiró, había descubierto su estado nervioso, que también conseguía descifrar levemente.

- Caleb... Estoy nervioso...

Ahí estaba el motivo.

-Señor Payne si me permite - Tomó aire para su pequeño discurso - Me cuesta creer que un hombre con una empresa tan... - Extendió sus brazos acompañando sus palabras - grande e importante, se ponga nervioso por que... viene su madre de visita.

Si, la señora Payne, era la única mujer del universo, que podía poner nervioso al increíble Edgar Payne. Y era obvio que sus palabras no parecían que le hubiesen sido tranquilizadoras.

Payne le seguía mirando, mientras pensaba en las palabras de Caleb, intentando encontrar algún rastro de calma con el cual refugiarse.

-¿A qué hora viene? - habló de manera sosegada.

Levantó los hombros, en señal que no tenía ni idea.

Y si.

Ese también era otro de los motivos, cuando su madre venía de visita, era completamente un misterio cuando y como iba a llegar, dando como resultado mayor nerviosismo en su hijo, el cual no recibía muchos detalles por teléfono.

Despierto (LGBT)Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ