5. burn

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El frío de la lluvia le había calado hasta los huesos, y eso le provocaba que temblase como un flan, pero sabía que en parte, la rabia que le estaba consumiendo era influyente en su estado.

Psíquicamente estaba apagado, destrozado, pero en blanco.

Desde que había llegado - de manera automática - a la casa de su jefe, y había ingresado al hogar no había dicho nada, y agradecía que Edgar no dijese nada, y que no le forzase a decir algo, este se limitó a buscar unas toallas, continúo hasta rodearla con una de ellas y colocar otra sobre su cabeza, y de mientras lo llevaba, con lentitud, estirando de su brazo hacia el sofá de su izquierda, Caleb se forzó a elevar los brazos para poder secar su pelo.

Y ahora estaba sentado en el mullido sofá rojo, escuchando como Edgar colocaba dos tazas sobre la encimera, mientras esperaba​ al agua hervir.

Pero aún así no podía mantener la mete ocupada.

No sabía cuánto tiempo había estado en ese estado, mientras en su cabeza estaba la imagen de Álex con su anillo de compromiso entre los dedos.

Sin esperarlo su vista enfocó ante el llamado de Edgar, encontrando una taza blanca, cuyo contenido emanaba un leve vapor​, haciendo que sus sentidos se activasen y que sus brazos se eleven, así poder con los dedos, tocar la tibia pieza de cerámica que en cada segundo se iba calentando.

Edgar sin saber cómo manejar la situación, se sentó junto con su taza, al lado del chico, y aclarando su garganta tomó un sorbo, olvidado que el agua estaba recientemente calentando, se quemó la lengua, quejándose y alejando rápidamente la taza de su boca.

Eso llamó la atención de chico estatico, viendo el panorama del momento, causando una mueca similar a una sonrisa. Edgar vio de reojo que aquellos ojos marrones estaban puestos en él, decidió girarse hacia el chico, colocando el costado izquierdo en el respaldo de sofá, mientas descansaba su cabeza sobre su mano hecha un puño, soplaba poco a poco el té que estaba en la taza mientas miraba con precaución el agua ligeramente rojiza.

Cuando todo se calmó vio a Caleb, parecía desganado, decepcionado, sus hombros caían como si hubiese plomo sobre ellos, y su cabeza y rostros estaban agachados.

Volvió a soplar, y pego un pequeño sorbo - algo sonoro - sintiendo como la parte superior estaba tibia, pero a medida que el líquido entraba, este se tornaba más caliente, por eso optó por dejarlo sobre la mesita que estaba enfrente​, viendo como Caleb hacia lo mismo.

- No sabe por qué lo hizo.

Aquella voz sonó rasposa, y era normal, ya había llorado y gritado minutos antes en el aparcamiento de su antigua casa.

- ¿Eh?

Los ojos verdes le prestaron atención, esperando cualquier otro comentario.

- No sabe por qué lo hizo, dice que solo pasó. - puso más énfasis en sus palabras cuando alzó sus hombros y hecho la cabeza a un lado mirando a Edgar - ¿Sabes lo mejor? Qué tenía la maldita cara de decirme que me quedara, que no me fuese de su lado. - Escupió y escupió cada una de las palabras con rabia - ¿Acaso... acaso no se puso en mi lugar?

Estaba llorando y Edgar se había dado cuenta, ya que el tono de su voz había disminuido en cada palabra de esa pregunta al aire, lo único que pudo hacer en ese momento era quitar el apoyo de su cabeza, abriendo la mano y acariciar la espalda del otro con mimo, intentado calmar al triste chico.

Pero el momento de calma fue intervenido por la música de alarma del móvil, Edgar al ver la pantalla vió que era su madre y sin dejar de acariciar la espalda contestó.

- Dime mamá...

- Cariño, ¿cómo estás? - Miró de reojo a Caleb, buscando una respuesta que no alarmase a su madre.

Despierto (LGBT)Where stories live. Discover now