3. detoxify

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Tras abrir la puerta, y sacarse la americana, Caleb sentó en el impoluto sofá, descansando los pies sobre la mesa de café, cuidando evitar los libros y revistas, colocó su cabeza en el respaldo del sofá intentando relajar su cuello después de una larga jornada de trabajo.

Todo estaba pensando rápido, llevaba casi dos semanas sin Alex, sus impertinentes llamadas cesaron, dejándose​ a entender que comprendía su estado adolorido, aún sabiendo que debían hablar como los adultos que eran.

Despertarse solo y hablar consigo mismo dolía.

Ahí... fue cuando comenzó a pensar cuál había sido el motivo de su engaño, ese desencadenante que lo había - hacía - sentir insuficiente, ajeno de confianza. Dolía saber... que esa noche... las lágrimas habían cesado gracias a la almohada y el sueño.

Y ahora se sentía solo, esperaba despertar de aquel sueño, aquella pesadilla que nacía de su autoconvencimiento.

Pero sabía que debía seguir adelante...

Así que, después de su discurso motivacional interno, se levantó del sofá, con dirección a la ducha.

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Aparcó el coche y esperando que la puerta de la cochera se cerrase, descansó sus brazos y cabeza en el volante, pensando en la conversación que tuvo con Caleb, sospechaba que su desánimo fuese gracias a Alex, una simple discusión, pero al parecer era más de lo que él creía.

Era consciente que Caleb ahora necesitaba compañía, debía devolverle el favor...

Años atrás...

Después de haber de cometido ese despilfarro de dinero en drogas y fiestas, haber perdido horas y dias consumiéndola, y también casi perder un pulmón... Sin nombrar el día que sufrió ese riesgo de sobredosis...

Decidió - de un día, para el otro - deshacerse de toda esa mierda vertiginosa, tras una charla, con su actual secretario.

Se creía totalmente independiente de aquellas "pastillitas" y todas hojas que consumía, hasta que, el segundo día del centro de desintoxicación ya estaba sufriendo los efectos de la abstinencia, la consumición de la metadona no la llevaba muy bien, intentaba convencer a los médicos y asistentes, el aumento diario de este fármaco.

Y detrás de todo este proceso - tras un año de contrato - se encontraba Caleb, quien le había acompañado a la mayoría de las sesiones tanto de la clínica, como la del psicólogo, donde en ocasiones, incluso, su antigua pareja le compañaba... se había encargado de informarle a su madre del progreso, y ahora... estaba solo... sabiendo que no tenía ninguna amistad en la ciudad en la que confiar...

Unos golpecitos al cristal le despertaron de sus pensamientos, era su madre, sonrió - un poco forzado - al verla con su bata de seda, color perla, se había quitado todo su maquillaje y toda esa joyería fina.

Verla después de recordar el pasado, hacia sentirse agradecido de tenerla aquí, justo en este momento.

Abriendo la puerta del coche, recogió su maletín.

Y con toda la parsimonia del mundo, abrazó a su madre por los hombros, caminando hacia el interior del hogar.

- ¿Caleb está bien? - Su tono demostraba obvia preocupación maternal, intentando comprender lo que ocurría con su pequeño gâteau.

No había hablado con Caleb sobre su madre, no tenía permiso para hablar de ello sin que él estuviese presente, así que, adoptando un aire sereno, levantó sus hombros, demostrando que estaba al tanto de lo ocurrido, pero que de su boca no saldría nada.

Despierto (LGBT)حيث تعيش القصص. اكتشف الآن