Especial; Festival.

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KU-Pyon: ¡¡Feliz Navidad, minna-sama!! Por fin les traigo lo prometido :'v Perdonen la tardanza- Alguien sugirió que lo trajera como regalo de Navidad y helo aquí :D Espero les guste.

Por cierto...

Alerta lemmon 7v7

Era final de verano, se suponía que ese día celebrarían el matsuri en compañía de los demás en el templo de Tenjin, pero la lluvia les había hecho una mala jugada, a ellos y a las personas de los puestos que habían puesto empeño en la comida y los juegos del festival. Había empezado a llover antes de que se reunieran esa noche, pero Yato y Hiyori (que se la habían pasado juntos toda la tarde) habían llegado antes para esperar a los demás, por lo que la lluvia les tocó a ellos.

A toda prisa, se dirigieron en busca de algún techo para refugiarse de la lluvia pero era normal que no fueran los únicos con esa idea. Todos los lugares que podían otorgarles protección del agua estaban ocupados por las demás personas que se hallaban en el festival en ese momento. Después de un largo rato buscando de manera exhaustiva, decidieron que era mejor ir a casa, pero cuando se dirigían al templo de Kofuku la lluvia se intensificó de una manera atroz. Así que finalmente decidieron ir a casa de Hiyori; por fortuna -o eso pensó Hiyori- está vacía.

De esta manera, ambos permanecieron un momento en la sala de aquel lugar.

—Quizá sea mejor que subamos— dijo la mitad-ayakashi sintiendo miedo porque sus padres pudieran llegar en cualquier momento. La deidad, con un ademán tímido que Hiyori no pudo entender, se limitó a asentir mientras con torpeza se dirigía hacia los escalones— Subiré enseguida, mientras puedes entrar a la ducha.

No sabía si los dioses podían coger un resfriado, pero no tenía intenciones de averiguarlo esa noche.

Entonces se apresuró a ir por toallas y trapos para limpiar el suelo húmedo por el que ambos habían estado con su ropa mojada. Sería un problema si la madera se hincha, pensó la Iki mientras se apuraba en su tarea. No entendía la situación, o quizá no le tomaba importancia. Ella y Yato llevaban más de un año de relación, una inocente y bella relación de la cual ya todos sabían, y por su parte, ella no tenía intenciones de terminarla pronto. Yato aún era un idiota acosador, pero Hiyori ya comenzaba a acostumbrarse a ello, y hasta cierto punto ya lo aceptaba sin más. Mientras que por su parte, Yato no podría más que feliz.

Todo estaba bien...

Una vez que finalizó su labor, subió pronto hasta su habitación. La ropa mojada le estaba robando demasiado calor corporal, tanto que ya empezaba a estornudar. Cuando abrió la puerta de su cuarto -sin ninguna consideración por la prisa- pronto oyó un grito bastante agudo para considerarse de hombre y notó que Yato estaba ahí, sin nada más que su ropa interior, con el rostro sonrojado como una doncella y las dos manos cubriendo su masculino pecho.

— ¡¡Hiyori!!— exclamó como una adolescente cuando su madre entra a su habitación sin llamar antes.

— ¡¡Lo lamento!!— respondió aquella apresurándose en cerrar la puerta.

Había sido solo un segundo, pero ella pudo ver el cuerpo de Yato... Su masculino cuerpo. No lo aparentaba debajo de esos jerseys pero su cuerpo no era tan delgado como parecía. Si bien no era algo exagerado, sí que tenía músculos. Sus brazos eran fuertes, lo sabía, y ahora también lo veía. Su torso también lucía bastante bien...

¡No si lo comparamos con el de Tohno-sama!, exclamó en su interior mientras agitaba la cabeza de un lado a otro. Cerró los ojos con fuerza y tomó aire. Trató de retomar el control de sus pensamientos ¿Por qué su corazón se había acelerado así? Quizá fue por el susto, o de eso trató de convencerse.

¿Qué Clase de Sentimientos Tienes?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora