Capitulo 10: Preguntas Tristes.

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— ¡Yato!

— ¡Date prisa!— Ordeno la deidad dando una zancada a donde la bestia espiritual aguardaba con la intención de golpearla nuevamente.

La chica en su forma ayakashi miro por breves segundos la escena girándose después disponiéndose a dar saltos para alejarse de ahí y ser capaz de ir a donde el shinki del dios de la calamidad. Pero fue en ese momento que un estruendo fuerte se escuchó a sus espaldas y el bramido del espíritu en forma de roedor le hizo compañía. Pronto la Ikki dio media vuelta esperando que Yato fuera el que llevara ventaja pero termino topándose con la cara de sorpresa y cierto desagrado de aquel mientras miraba hacia arriba del ayakashi.

—Bi...— Fue lo único que pronuncio el pelinegro al tiempo que retrocedía un paso tambaleante siendo interrumpido después por los chillidos del enorme roedor espiritual.

Otro estallido sonó acompañado de un alarido más estrepitoso que el anterior por parte de la bestia café haciendo que Hyori se cubriera los oídos con ambas manos no siendo capaz de aguantar tan agudos y fuertes sonidos.

El ultimo sonido de una bala se presentó y el cuerpo del ayakashi desapareció dejando solamente un montón de tiras brillantes levitando que tardaron poco en desintegrarse. Fue después de aquello que claramente se pudo distinguir la figura de una mujer sentada en el lomo de un león sosteniendo una pistola que ahora apuntaba al dios de la calamidad.

— ¡Bishamon-san!— Exclamo la castaña descubriéndose las orejas y mirando a la diosa de ojos purpuras que miraba con hostilidad a su amigo.

—Imbécil...— Pronuncio aquella sin bajar el arma con la que apuntaba a Yato— ¿Qué es lo que planeabas conseguir iniciando una pelea contra un ayakashi sin estar con tu regalía bendita?

El ojiazul frunció ligeramente el entrecejo antes de cruzarse de brazos y cubriéndose con arrogancia miro a otro lado.

— Nada de lo que debas preocuparte, exhibicionista.

—Oh...— Contesto Veena levantando una ceja al tiempo que recargaba la pistola— Parece que finalmente has decidido suicidarte ¿no es así? Bien, perfecto. Yo te ayudare.

— ¡Alto! ¡Alto!

Aterrada y levantando las dos manos la mitad humana se puso en medio de ambos dioses que no dejaban de mirarse con hostilidad.

— G...Gracias Bishamon-san. Nos salvaste de un gran aprieto...— Musito Hiyori al tiempo que dejaba ver su alivio cuando la diosa armada bajaba la pistola — Ese ayakashi apareció de la nada mientras paseábamos.

— ¿"Pasear"?— Inquirió ella frunciendo el entrecejo para después suspirar— Semejante acción irresponsable solo puede venir de Yatogami. Como sea.

El dios de la calamidad enfurruño su expresión antes de chasquear la lengua.

— De todas formas no es como si te hubiera pedido ayuda. Exhibicionista.

—De todas formas no es como si te hubiera querido ayudar, solo hice mi trabajo como deidad. Inútil.

— De todas formas no es como si te fuera a agradecer, diosa semi desnuda.

— De todas formas no es como si quisiera agradecimientos de un dios tan mugroso.

— ¿"Mugroso", dices?

— Así es, dios sin templo. Imbécil, inútil.

—Mi señora— Kureha hablo desde debajo de ella interrumpiendo la discusión infantil entre ambos ídolos.

—Lo sé, estamos ocupados— Respondió ella apuntando una vez más a Yaboku pero pronto bajo su arma — Vámonos.

Después de pronunciar aquello se alejó con su león dando saltos por los edificios dejando nuevamente solos a Hiyori y a Yato.

—Vaya... Está ocupada— murmuro ella mirando de reojo a su acompañante de cabello negro mientras éste cerraba los ojos y daba media vuelta para continuar como si nada el camino que habían abandonado por culpa de la bestia ayakashi — ¿Yato?— Llamo la Ikki antes de imitarle y seguirle.

— La humanidad se está corrompiendo. Cada vez parecen aparecer más ayakashis.... — Musito con una voz queda el hombre al tiempo que metía las manos en el bolsillo de su chaqueta negra— Aunque bueno, es natural considerando que poco a poco hay más perversión en el mundo.

La castaña camino silenciosa por un momento sin pronunciar palabra alguna, solo pensando un poco en la respuesta que debía darle a Yato, aunque él no le había preguntado nada.

Un dios... Él era una existencia divina que había nacido siglos atrás, había visto a cientos de generaciones surgir y perecer.

Él era sabio, sus siglos de existencia le concedían conocimientos y experiencia.

—Yato...— Llamo una vez más antes de mirar el cielo que de a poco parecía nublarse.

— ¿Humn?— Respondió él girando un tanto el rostro para mirarla.

— ¿Qué sucede si un humano se enamora de una deidad?

Cuestiono sin apartar los ojos del cielo ennegreciéndose, arrastrando esas palabras expulsadas casi a fuerzas, incapaz de contener su curiosidad, sintiendo de repente sus latidos rebotar contra su pecho.

El mayor la miro expresando sorpresa ante la pregunta proferida deteniendo sus pasos y enfocando sus ojos de hermoso color azul en la chica humana.

— No lo sé— Respondió apenas moviendo los labios.

La Ikki finalmente fijo los las pupilas en él sin percatarse de que había puesto una expresión triste.

— Y... ¿Qué sucede si una deidad se enamora de un humano?— Formulo una nueva pregunta mirando con la misma expresión al sujeto pelinegro que ahora se encontraba a tan solo una corta distancia de ella.

—... No lo sé.

Por alguna razón Yato mostro una sonrisa a medias al responder.

Él era sabio, sus siglos de existencia le concedían conocimientos y experiencia. Había visto a cientos de generaciones surgir y perecer.

Como deidad había caminado entre los humanos sin ser notado por la mayoría y siendo olvidado por los pocos que le podían ver. Era una situación casi igual para los demás dioses, sin embargo, había escuchado y visto historias de humanos enamorándose de dioses y viceversa... Como en los cuentos de la mitología griega.

Pero era raro ver que un dios presentara esa clase de sentimientos y aún más hacia una persona en especial. Ellos lo sabían, que los espíritus debían quedarse en el mundo espiritual y eso implicaba no relacionarse demás con los humanos y su mundo. Todos respetaban esa regla, porque no carecía de sentido en lo absoluto.

Sin embargo... Si por alguna razón el dios terminaba aceptando una relación de otro tipo con un humano, entonces estaría condenándose a sí mismo al sufrimiento. Porque todo tendría un final triste... Porque el humano muere y el dios no.

—Regresemos— Pronuncio mirando aun opaco a su compañera, quien se limitó a asentir antes de retomar su camino, el camino por el que caminaban juntos.

KU-Pyon: Corto de nuevo, lo sé ;A; Pido disculpas unu Me quedo sin ideas pronto xD

Muchas gracias por no abandonar este fic TuT simplemente las amo...

Además... ¿Quién les gustaría que se declare primero y cómo? Yo ya tengo mi idea xD solo me gustaría leer como lo imaginan ustedes :3

¡¡Muchas gracias por leer!! Nos leemos pronto... O eso espero. Verán, esta es mi última semana de vacaciones y pues a veces si es pesadito estar en la escuela y escribir :/ Asi que en realidad no sé si la próxima semana pueda actualizar.

¿Qué Clase de Sentimientos Tienes?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora