XIV

15 1 0
                                    


- Lo...lo dejaron adentro...

Escuché múltiples disparos viniendo desde dentro de aquella puerta.

- Pero ¿¡Qué están esperando?!

Aquél grito me dejó sin aire. Intenté pararme para acercarme a la puerta y poder salvar a Mateo. Alguien me cogió del hombro y me retuvo.

- Ya es demasiado tarde.- no me fijé siquiera en quién me hablaba

- ¿¡Acaso eres gilipollas?! ¡Podías haberlo salvado!

Me costaba mantener mi tono de voz elevado. Hice un segundo intento por pararme y abrir la puerta. El mismo brazo me retuvo.

- Debes entenderlo: fue su decisión...

- ¡Nadie elije su destino!- El hombro me empezaba a doler y el dolor se vio acompañado de una tos seca.

- ¡Nicolás ya cálmate!

- ¡Abandonamos a alguien ahí adentro!

La puerta comenzó a ser golpeada desde el otro lado. Los soldados querrían venir  por nosotros.

- No podemos quedarnos mucho más aquí...

- No me moveré de aquí. – estaba realmente aterrado por lo que le pasaría a Mateo.

- Pues esa tampoco es tu decisión.

Dos tipos se acercaron y me tomaron por cada brazo. No pude resistirme por el dolor que sentía. Forcejee con mi brazo izquierdo, pero apenas podía moverlo. Me arrastraron. Delante de mí iban León, Hiena y Búho. Hiena era el único que hablaba. Solo lograba oír balbuceos entre él y nuestro "salvador". Ahí me tomé el tiempo de reconocerlo. ¡Era "B"!

- ¿Tú...tú...qué haces aquí?

- Vaya, veo que ya te calmaste.

- No me respondes...

- Pues luego de que partieron, todos quedamos preocupados. Sabíamos que la misión era muy arriesgada. Luego de un par de horas desde el momento que lo hicieron, el resto de cazadores me pidieron que mandará a alguien en busca de ustedes. Sabía que era lo correcto, por lo que me propuse a hacerlo de igual manera. Un poco más adelante nos encontraremos con Anahí que también estaba dispuesta a acompañarnos.

- ¡Tú no pensaste muy bien en todo esto!  ¿¡En serio trajiste a una niña a esta misión!?

- Esa chica tiene más experiencia de la que tú crees

- Pero...

- No hay pero que valga en este caso.

Todos quedamos en silencio. Sentía una furia que me carcomía por dentro. ¿Cómo habíamos podido dejar a Mateo adentro? Algo seguía sin cuadrarme. Quise volver a convencer a "B" que había tomado la mala decisión, pero había dejado en claro que fue el deseo de Mateo. De todas maneras, no creo que él estaba lo suficientemente cuerdo para tomar una decisión de esa magnitud: era la vida o la muerte.

Cada vez nos alejábamos más de aquél campamento, y conforme lo hacíamos, mi dolor aumentaba. No habíamos tomado el camino de las cloacas, y la superficie con la luz del sol, me chamuscaba.

- No creo que llegaremos muy lejos con estas heridas, deberíamos tomar un descanso.

"B" regresó a verme. Su mirada indicaba preocupación, sus manos nerviosismo, pero su postura brindaba la más grande seguridad.

Resistencia BWhere stories live. Discover now