Capítulo cincuenta y uno. (Final)

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Daniel.

-No sé cómo hemos convencido a nuestros padres - dice Val entrando en nuestro nuevo piso.

-Van a venir cada dos por tres, lo sabes ¿no? - digo con una sonrisa.

-Sí - afirma - esto es increíble, en la vida podría imaginar esto.

-Aún no me lo creo - digo andando por el salón.

-Mis padres quieren comprar una casa cerca de aquí - se ríe - no se fían de ti.

-Yo tampoco me fiaría - digo haciendo que me mire impactada.

-Haré que no he oído nada - niega con la cabeza.

Me acerco hasta ella y rodeo su cintura con mis brazos.

-Te quiero - digo dejando un beso en su mejilla.

(...)

Recuerdo el día que llegamos a nuestra casa como si fuese ayer. La sonrisa que tenía Val en la cara no se me va a olvidar nunca.

Solo de pensar que iba a vivir con ella estaba nerviosísimo, no sabía si lo nuestro iba a durar o no, sabía duraría tanto como ella quisiese ya que yo estaba completamente enamorado de ella, lo sabía desde el momento en el que me dijo lo fea que era camisa que iba a comprarme.

Pensaba que el sentimiento era mutuo, por la buena relación que teníamos pero cuando fuimos a la playa de vacaciones y empezó a salir con Raúl supe que o me alejaba o acabaría jodido. Intenté alejarme de ella durante las vacaciones pero cuando nos encerramos en la habitación y casi nos besamos volví a tener esperanzas, aunque rápidamente se esfumaron cuando vi que no significo nada para ella.

El día que me enteré de que estaba enferma y que probablemente moriría fue unos de los peores de mi vida, pensé en como sería mi vida a partir de ese momento y como salir adelante, fue un pensamiento tan egoísta pensar en mi en verde en ella, ya que era su vida. Yo podría vivir el resto de mi vida, en cambio, Val tendría un periodo de tiempo en el que disfrutar de ella, por lo que decidí dejar mi vida a un lado y dedicarla completamente a ella y a su felicidad.

Para qué negarlo al dedicarme a ella pensé que si se podría enamorar de mi, pero todo se volvió a joder cuando mi hermano sé interpuso y comenzaron a salir en nuestro viaje al norte.

Pero como bien dicen si quieres algo persiguelo y así lo hice, a la tercera bala vencida, ha sido la mejor persona a la que he podido conocer, apareció en mi vida cuando estaba con Nerea pero estoy tan feliz de que eso terminase, ha sido la mejor etapa de mi vida.

Muchos pensaran se cree que sabe que es el amor con veinticinco años, no sabe lo que es enamorarse y lo que es lo que te rompan el corazón, perdóname que te diga no creo que vuelva a sentir en la vida por alguien lo que he sentido por Val, y aunque eso ya ha terminado no me arrepiento de nada de lo que he hecho.

Camino por la enorme casa a la que nos mudamos hace seis años y en cada rincón veo un momento en el que hemos vivido.

Recuerdo que su primera semana de tratamiento fue horrorosa nos pasamos las noches durmiendo en el suelo del baño, ya que estaba vomitando cada segundo.

Llego a la habitación y me siento en su sillón, en el pasaría horas y horas mirando las fotos que hacía a diario. Observo cada sitio y me siento tan vacío ahora mismo, es la mejor opción que he podido elegir.

Voy a la habitación de Nacho, nuestro hijo, al que tuvimos hace tres años, éramos muy jóvenes pero si tuviese oportunidad lo volvería a repetir, tener a Nacho es lo mejor que me ha podido pasar, he madurado muchísimo y he descubierto todo lo que se puede querer a una persona sin conocerla. Cojo al bebe el cual está dormido y lo llevo al sofá, donde colocó un par de cojines alrededor para evitar caídas imprevistas.

Después voy a la cocina y desde ella observo que todo esté en orden, el hombre con el que hable hace una semana va a venir y cuando venga, se cerrará esta etapa de mi vida.

Mi móvil empieza a sonar y lo cojo rápidamente, es mi madre, lo descuelgo y me lo llevo al oído.

-Hola mamá - la saludo.

-Hola cariño, ¿qué tal? ¿Cuando volvéis ?

-En unos días, tengo que acabar de firmar unos papeles - digo mientras revisó los papeles que hay en la encimera.

-Vale hijo - dice y la oigo suspirar - sonríe, sé que no lo estás haciendo.

-Mamá, te dejo, han llamado al timbre, te quiero - me despido.

-Os quiero - dice y cuelga.

Me acerco a la puerta y la abro.

-Buenos días - digo haciéndome a un lado - pasa por favor - le pido a Jason.

-Buenos días - entra con una sonrisa.

-He arreglado los papeles que me dijiste, sólo queda tu parte - le digo y asiente.

-Vamos a echar un vistazo - dice subiendo por la escalera - es una magnífica casa, no se porque os mudáis debe ser algo importante.

-La verdad es que si - contesto algo borde - ¿podrás venderla?

-Sí, avise hace unos días a un amigo al que le gusta esta zona y está interesado en esta casa.

-Eso es genial - digo sorprendido por la inmediatez por la que ha pasado todo - ¿cuánto quiere pagar?

(...)

Hace unas semanas Jason consiguió cerrar el trato con una encantadora familia la cual vivirá aquí en cuestión de horas.

Cojo el carrito donde va Nacho y la mochila con todas las cosas que necesitará en el viaje, me dirijo a la puerta pero antes de salir recuerdo que me dejo la cámara de Val arriba por lo que subo rápidamente a ella.

Inevitablemente al cogerla miro las fotos que hay en ella, hay demasiadas, las más bonitas son las últimas, nos las hicimos la pasada Navidad los tres para felicitar las fiestas.

Acaricio por inercia la cara de Val y sin poder controlarme rompo a llorar, la extraño tanto... nada es lo que era, ojalá y estuviese aquí conmigo y con nuestro hijo.

Al principio el tratamiento fue horroroso cosa que sabiamos de ante mano, con el paso de los meses fue mejorando y no era tan doloroso, ya era como una rutina y Val no lo pasaba apenas mal, por lo que todo mejoraba. El tratamiento termino con la mejora absoluta del cancer, estuvo sana dos años y entonces se quedo embarazada de Nacho, al que tuvo nueve meses después.

Cuando nació mandaron hacer unas pruebas a Val ya que habian notado algo raro en unas pruebas recientes. Esperabamos que los resultados fueran buenos, y que hubiese sido una cosa de poco, pero no fue asi, los analisis indicaban que el cancer habia vuelto, y esta vez se habia esparcido por todo su cuerpo, los medicos nos dijeron lo que nosotros teniamos en la cabeza, esta vez no saldría de esta.

-No debías morir Val - digo en un susurro - no tú.

Creo en ti ||gemeliers||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora