-Val lo siento mucho de verdad - dice agachando la cabeza.
-Valeria - lo corrijo - si no te importa quiero estar sola - digo abriendo la puerta de la habitación.
-Te llamo más tarde ¿vale? - dice ya fuera de la habitación.
-Haz lo que te de la gana - digo cerrándole la puerta en las narices.
Que buena esa sensación de despertarse después de un mes en coma y que tu novio te haya puesto los cuernos, que buena.
Llamo a Olivia y quedo con ella en El Centro.
-No me lo puedo creer - dice refiriéndose al tema de Jesus - es que cuando lo vea le dejó sin descendientes, que poca vergüenza.
-Bueno, dejemos este tema -digo rodando los ojos - estoy cansada de no tener pelo, vamos a ir a comprarme una peluca.
-¿Enserio? ¡Ponte rubia! - suelta una carcajada - ¡rosa mejor!
-Sí arco iris - ironizo.
-Oye pues a mí me gustaría - dice divertida.
Niego con la cabeza y entro en la primera tienda que veo, seguimos por algunas tiendas y después vamos a la tienda de pelucas donde unas chicas muy majas nos atienden.
-¿Como la quieres más o menos? - dice una de las dependientes.
-Yo le recomiendo una rubia ¿verdad? - habla Olivia - siempre lo ha tenido moreno, pero yo creo que un cambio le quedaría genial.
-Yo también estaba pensando en una rubia - habla la otra dependienta - ¿te quieres probar una?
-Venga sí - me animo - de perdidos al río.
-¿Larga o corta? - pregunta.
-Corta - dice rápidamente Olivia - un cambio radical.
-Aquí la tengo - habla la dependienta, lleva una peluca de pelo corto rubia la verdad es que me gusta mucho - siéntate aquí - me señala un sillón enorme - voy a probártela.
-Joder - digo cuando me veo en el espejo.
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-¡Me encanta! - dice la dependienta - estás guapísima.
