Capítulo treinta y ocho.

1.9K 105 27
                                    

Valeria.

-Que no me pasa nada - le digo con una sonrisa - enserio.

-Val - va a hablar pero la puerta del baño se abre y nos interrumpe.

-¡Pero bueno! - dice una mujer mayor cuando ve a Jesús - ¡sal de aquí ahora mismo señorito, vamos, vamos! - dice dándole con el bastón.

Retengo mis ganas de reir mientras veo como la señora le saca del baño.

-Estos mozos de hoy en día y ano saben ni que hacer para ligar - dice meneando la cabeza y mirándome con una sonrisa - bonita pareja.

-No somos novios - le digo a la mujer y ella se empieza a reir metiéndose en un baño.

Me quedo unos segundos asimilando lo que acaba de pasar y termino saliendo.

-Ya pensábamos que te habias caído por la taza - dice Daniel alzando las cejas.

-Una mujer que me ha dado conversación - digo mirando a Jesús ahogando una carcajada.

Terminamos de cenar y los gemelos se vienen a casa a ver una película.

-Yo prefiero jugar a la play - dice mi hermano cuando llegamos a casa.

-Yo también - dice Daniel.

-Yo quiero ver una película - dice Jesús.

-Pues vamos - le digo y subimos a mi habitación.

-¿Cuál vemos? - pregunta.

-Desayuno con diamantes - digo.

-¿No la vistes hace tiempo con mi hermano? - pregunta tirándose en la cama.

-Sí, pero es mi película favorita y bueno, la quiero ver, por favor - le pido con una sonrisa.

-Claro, pon la que quieras - dice acomodándose en la cama.

Cojo el portátil y la pongo, lo coloco en medio de los dos y me tumbo junto a él.

-Ojalá y ser como ella - digo refiriéndome a Audrey Hepburn - es preciosa.

-Tú también lo eres - me dice.

Sonrio tímidamente sin mirarle a los ojos, pero al notar que no aparta la mirada de mi le miro, y me traspasa con esa mirada penetrante que tiene.

Y no sé como, pero ahora mismo solo nos separan dos milímetros. Lo único que se es que tengo unas tremendas ganas de besarlo ahora mismo. Se humedece los labios y me mira un momento a los ojos. Trago saliva y me acerco aun mas, por lo que él termina acortando la distancia entre los dos y besándome.

 Trago saliva y me acerco aun mas, por lo que él termina acortando la distancia entre los dos y besándome

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Ahora mismo juraría que tengo un zoologíco en el estomago. Cuando nos separamos sonrio débilmente y me tapo la cara con las manos. Me rodea con su brazo y nos quedamos así viendo la película hasta que termino dormida.

Creo en ti ||gemeliers||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora