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Ross tose, el humo del cigarrillo atascado en su tráquea impidiéndole respirar normalmente, él odia cuando eso sucede, pero realmente no es algo que pueda evitar, no cuando sucede cada vez que fuma, y no, el rubio no es un hombre que fume muy seguido, solo cuando la situación lo amerita, y, justo en este momento, el cigarrillo en sus labios es lo único que le impide no volverse loco, porque ¿que mierda hizo él anoche anterior y porque hay una chica, completamente desnuda, a cada lado suyo? Mierda y re-contra-mierda.

Ross da una última calada al cigarrillo antes de estirarse, con cuidado de no despertar a la morena que yace dormida a su lado izquierdo en posición fetal —para nada raro, por supuesto—, y moler la colilla contra el buró, un suspiro cansino brotando de sus labios en cuanto vuelve a su posición anterior: brazos cruzados sobre el pecho y ceño fruncido.

¿Ahora como demonios se supone que él va a salir de ese embrollo sin que nadie se entere? El rubio bufa más que nada frustrado por la situación, más que nada porque no puede recordar la mitad de lo que hizo la noche anterior.

Seguramente sus redes sociales deben estar estallando con notificaciones de etiquetas, en estados y fotos, sobre él y aquellas dos chicas de las cuales ni siquiera, por más que lo intenta, no puede recordar el nombre. Ross golpea su frente.

Puede por favor la tierra abrirse y tragarlo de una vez, permitirle evitarle lo que viene.

No, por supuesto que no sucederá algo remotamente parecido, porque la vida es una perra y él un puto con muy mala suerte y un muy buen jodido imán para los dramas. Quizá ese debió haber sido su nombre. Tal vez debería cambiarlo. Ross niega repetidas veces, apartando cada uno de los estúpidos pensamientos y obligándose a volver al presente y afrontar la situación, tiene que hacerlo tarde o temprano y como dice el dicho; 'al mal paso darle prisa'. Pero, ¿por qué no tarde? No tiene nada que perder en este momento, de cualquier manera ya está en problemas. Ross piensa, una vez que hubo mirado nuevamente a ambas chicas, que tal vez podría despertarlas y follarlas una última vez antes de perder contacto con ellas. 

Dios no, porque siquiera lo consideraría. Lo único que aquel rubio, de ojos color miel y una resaca del infierno realmente necesita, es un milagro, solo un puto milagro, simple ¿no? Porque quiere creer que los milagros existen y él no tiene tan, tan mala suerte, así vamos, solo una pequeña ayuda en este momento.

El rubio gruñe cuando la melodía de su celular traspasa sus conductos auditivos hasta chocar con sus tímpanos, creando un eco ahí. Las chicas a sus lados se remueven a causa del incesante ruido. Él gime bajito mientras se mueve fuera de la cama, alcanzando su celular que se encuentra tirado en el piso junto con el resto de su ropa. Sus  pestañas se mueven de arriba a abajo un par de veces solo para confirmar que sí, es su hermana quien lo llama. Bien, entonces ¿es hora? 

Él respira hondo mientras deja el aparato cerca de su oído justo después de haber presionado en responder.

La voz furiosa de su hermana llega rápidamente a su oído, chocando de lleno en su nervio auditivo  "Tu, maldito gilipollas desconsiderado. ¿Donde carajos crees que estas? Mierda Ross, justo en este momento te estoy odiando tanto-tanto,  pero puedo asegurarte que eso no se compara a como tienes a papá, porque ¿qué mierda sucede contigo y tus putos dramas? Dios..." Rydel ríe del otro lado de la línea, pero no es más que una risa seca y amarga, "por supuesto, si es algo típico de Ross, hacer esa mierda cuando menos debería," un suspiro pesado, "¿Por qué rayos no has llegado al aeropuerto, se supone que tenemos que estar de vuelta en el estudio en—" hay unos segundos de silencio en los que Ross sopesa la idea de cortar la llamada, sin embargo no lo hace. "En tres horas y tú —maldita mierda sin corazón, sigues sin aparecer. Papá está tan cabreado y Rocky, oh Ross, Rocky quiere partir su palo de hockey en su cabeza ¿tienes una idea de lo molesto que tiene que estar para que siquiera esté pensando en eso? Estas en tantos problemas ahora mismo hermano." Ross no habla, y por supuesto que lo intenta, busca en su cerebro algo que lo ayude, pero simplemente es consciente de que todo está jodido, así que no sabe que debe decir para, siquiera, aligerar un poco el ambiente.

From the beginningWhere stories live. Discover now