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siete

sí, señor

parte tres

el invierno pintó de blanco cada rincón de la nación. la aldea oculta de la hoja presentaba bajas temperaturas en esa temporada. el final de la guerra trajo consigo tiempos de paz y los lugareños de konoha se preparaban para las fiestas. necesitaban motivos para celebrar, luego de días tan oscuros, bañados en sangre.

ese día, narumi regresaba a casa de una misión.

todo parecía marchar bien.

excepto por una cosa:

hablaremos de esto en casa, ¿entendido?

sin embargo, no era eso lo que le preocupaba a la chica. desde ese día en el que ella le salvó la vida a su senpai, ese sujeto por el que ella daba todo y quería, no volvieron a dirigirse la palabra. no porque ella no quisiera, sino porque la situación se empeñaba en separarles... aunque ella comenzaba a pensar que era él quien le huía. ¿sería eso posible? ¿kakashi hatake huyendo?

el hijo de colmillo blanco era uno de los candidatos para el puesto de próximo hokage y no podía sentirse más presionado. no había podido leer ni un capítulo más de sus libros favoritos y eso ya era algo sumamente extremo. solo esperaba que tuviera ciertos beneficios literarios en su puesto como líder.

mientras recorría la aldea y meditaba sobre la importante decisión que debía tomar, la vio caminar en dirección contraria. a ella, en definitiva le sentaba muy bien el invierno. continuaba vistiendo su uniforme habitual, pero la bufanda rosa que llevaba y sus mejillas coloradas, le hacían ver encantadora.

— adorable —murmuró el jōnin para si mismo y levantó su mano en forma de saludo. si bien no había olvidado la promesa que le había hecho en medio de la guerra, esperaba que ella lo hubiera olvidado. que solo hubiera sido algo del momento.

senpai —la kunoichi se detuvo y dibujó una sonrisa sincera—. tiempo sin verle.

— eso creo —con incomodidad, el peliplata rascó su nuca y bajó la mirada. un momento, ¿él estaba nervioso? su estomago estaba hecho un nudo y su corazón latía más rápido de lo normal—. y... ¿cómo estás?

— bien. sobre aquello...

— sobre aquello...

ambos soltaron una pequeña risa, al darse cuenta de que habían dicho la misma frase, al mismo tiempo.

— tú primero —él le dio la palabra.

— claro. lo que hablamos... ¿esa charla sigue en pie?

no puedo corresponder tus sentimientos kakashi volteó el rostro, para aplacar esa fuerte sensación de vulnerabilidad.

¿por qué?

porque somos ninjas y... no soportaría...

¿perderme? -la chica negó con la cabeza. soy yo quien teme perderle. por eso no me importó enfrentarme a ese sujeto.

kakashi la amaba, pero...

— sigo sosteniendo mi palabra, narumi —respondió por fin el shinobi—. no puedo corresponder tus sentimientos. no quiero dejarte sola o que tú me dejes solo a mí. sé que suena egoísta. sin embargo...

— entiendo —ella asintió—. ambos hemos perdido mucho. amigos, familia... aún así, yo creo que si estamos juntos, podríamos... —sus ojos se llenaron de lágrimas.

— en un caso hipotético en el que tú y yo formáramos una familia... —comenzó kakashi—. ¿crees que seré feliz viviendo con la idea de que, un día mis hijos tienen que verme muerto?

— ¿te niegas a ser feliz porque no quieres que se repita la historia? ¿no quieres dejar solos a tus hijos, así como tu pa... —se detuvo. no quería sobrepasar el límite.

— sí. así como mi padre me dejó solo a mí.

la chica exhaló y volvió a asentir.

— yo estaba dispuesta a darte apoyo y si un día llegabas a faltarnos... —ella bufó y se encogió de hombros, intentando mostrarse indiferente—. no se preocupe —volvió al tono formal—. que tenga un buen día, senpai —se dio vuelta y antes de siquiera dar el primer paso para marcharse, los brazos de kakashi le rodearon y aferraron a él.

ella esperó a que él dijera algo, pero nada brotó de sus labios.

así que tomó la palabra.

— te he amado todo este tiempo. pensé que eran simples fantasías de jovencita o algo por el estilo. pero, cuando estuve a punto de perderte... —los brazos que la rodeaban, se apretaron un poco más—. kakashi, en un caso hipotético en el que tú y yo formáramos una familia, estoy segura de que harías hasta lo imposible por volver a casa. porque tú no desearías dejar solos a tus hijos. por lo mismo, porque tú sabes lo que es la soledad. y... y yo quiero estar contigo. tienes derecho a ser feliz. como un jōnin más o como hokage, quiero estar a tu lado.

se suponía que nadie más que el consejo debía saber eso. pero, tsunade se encargó de informar a la chica.

— gracias —su voz sonó diferente. él lloraba.

sí, kakashi hatake también podía llorar.

kakashi hatake también podía ser feliz.

el shinobi se incorporó y le tomó de la mano.

— yo también quiero darte apoyo —dijo el enmascarado—. apoyo y felicidad. y en un caso hipotético en el que tú y yo formáramos una familia... —sus ojos se entrecerraron, expresando una sonrisa oculta—. siempre volveré a casa.

nous 𖦹 kakashi hatakeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora