Deeply In Love ||Minayeon Y Jitzu||

Capítulo 2: Pensativa.

Después de que Mina consiguiese calmar a Momo, ya estaban las nueve en la mesa desayunando.

— Está delicioso — comentó Tzuyu con una amplia sonrisa.

— Gracias — dijo Jihyo sonriendo — pero Jungyeon también ha cocinado — añadió para desviar la atención de ella.

Tzuyu dirigió su mirada a la rubia y la líder pudo respirar tranquila. Estaba segura de que se había sonrojado aunque sólo fuera un poco.

— Eres buena cocinera — comentó la china.

Jungyeon sonrió ampliamente y mostró humildad diciendo:

— Yo sólo he ayudado un poco, aquí la única que sabe cocinar es Jihyo.

Esta vez Jihyo no se sonrojó, ni siquiera levemente, y le agradeció a su amiga el halago. Nadie notó la diferencia.

...

Después del desayuno se fueron directas a ensayar. Aquella semana era su última presentación y debían esforzarse al máximo para quedar un buen sabor de boca para el siguiente comeback.

Decidieron tomar un descanso para reponerse y seguir trabajando duro. Momo fue enseguida hacia su mochila y comenzó a comer su bocadillo.

— Quiero el estómago de Momo — lamentó Jihyo susurrando para sus adentros.

— Y ella tu mano en la cocina — la contestó Nayeon.

Jihyo pegó un pequeño bote, asustada. No se esperaba que Nayeon la oyera, ni siquiera sabía que se había acercado tanto.

— ¡Despierta! — gritó Nayeon pasando su mano por delante de los ojos de su amiga.

Jihyo apartó su mano de su cara con brusquedad y se encontró con los ojos castaños casi negros de Tzuyu. Eso fue peor. Tzuyu y ella se encontraban a varios metros de distancia, pero Jihyo sintió como se le aceleraba el pulso y apartó la mirada. Tenía que parar aquello como fuese, por qué había alguna manera de hacer retroceder a sus sentimientos ¿no?

De repente los dedos de Nayeon y su chasquido aparecieron en el campo de visión de Jihyo haciéndola salir de su trance.

— ¡Otra vez te ha pasado lo mismo! — exclamó sorprendida Nayeon.

Jihyo cerró los ojos y se maldijo por haber sido tan despistada delante de Nayeon. Jungyeon y ella ya se habían dado cuenta de que la pasaba algo, aún así debía hacer todo lo posible para que no se le notase más y se tranquilizasen.

— ¿Qué te pasa? — le preguntó Nayeon.

— Cosas de líder, tú no lo entenderías — respondió irritada Jihyo y se alejó de ella.

Nayeon se enfadó bastante con Jihyo por la respuesta que le había dado. Ella sólo se preocupaba por verla así, Jihyo no tenía por qué contestarle de una manera tan grosera.

— ¿Qué ha pasado? — preguntó Mina preocupada acercándose a ella.

La siguieron Jungyeon y Tzuyu, ambas estaban preocupadas por lo que había ocurrido. Nadie más se había dado cuenta de la conversación entre las dos mayores.

— Le he preguntado que le pasaba y me ha respondido de manera grosera — contó irritada Nayeon.

— No se lo tengas en cuenta — le aconsejó Mina.

Jungyeon asintió.

— Está claro que algo la pasa, pero habrá que tener paciencia y esperar a que nos lo cuente – añadió la rubia.

Las otras tres chicas asintieron conformes.

Jihyo ordenó que volviesen al ensayo enseguida ya que tenían mucho trabajo por delante. Momo le pidió que le dejase terminar su bocadillo por lo menos, pero la mirada tétrica y fría de su líder la dejó claro que debía comerse el bocadillo en otro momento.

...

Cuando volvían a su casa después de entrenar algunas comentaban la actitud de Jihyo. Entendían que podía tener un mal día, todas ellas lo tenían, pero intentaban no pagarlo con las demás.

Tzuyu se acercó a la líder del grupo, la cual caminaba sola, mirando al suelo y hundida en sus pensamientos. La china estaba preocupada por su amiga y sentía que debía cuidarla, como ella siempre había hecho.

—Jihyo — la llamó cuando se puso a su altura.

Enseguida atrajo la atención y la mirada de la castaña.

— ¿Qué ocurre?

— Creo que deberías disculparte con Nayeon unnie — dijo directa Tzuyu.

— Yo también lo creo — le confesó Jihyo.

Tzuyu sonrió. Pese al cambio de actitud Jihyo en el fondo era la misma de siempre. La chica a la que admiraba porque pese a todo lo que había pasado seguía adelante y feliz por cumplir su sueño.

— Y otra cosa — añadió Tzuyu. Jihyo la miró con curiosidad —sé que a Nayeon y a Jungyeon no quieres contarles lo que te pasa pese a que son tus mejores amigas, pero creo que deberías contárselo, y ya de paso a mí también, estamos preocupadas por ti.

Jihyo intentó con todo su ser no sonreír ni ponerse colorada por el interés que había mostrado Tzuyu en ella. Consiguió no sonrojarse, pero sus labios se curvaron hacia arriba sin que pudiera evitarlo. Odiaba tener tan poco autocontrol.