Capítulo 7: Nuevos amigos[Actualizado]

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Nos subimos al avión preocupados con lo que habíamos leído. La gente subía atrás de nosotros y buscaba sus sitios mientras dejaban sus pertenencias sobre sus cabezas. Nos sentamos juntos los tres y cada uno haría lo suyo mientras duraba el viaje.

Durante el vuelo todo estaba tranquilo y aburrido. Después de un buen rato de viaje la preocupación nos ganó y teníamos muchas preguntas que hacernos, aún teníamos tiempo suficiente para pensar las cosas.

- ¿Cómo haremos con lo que dice la nota? - preguntó Alana -  si esta relacionado con el despertar de Xeto, necesitaremos a dos magos más.

- Estamos a mitad de camino - le respondió Gabe preocupado - ¿cómo conseguiremos a dos magos más en los cuales podamos confiar?

No sabía qué responderles, la noticia también me había sorprendido.

De pronto algo atrajo nuestras miradas. Un chico se paró a llamar la atención del público. Quería demostrar su magia. Junto con Alana y Gabe nos miramos, sentíamos que quizás habíamos encontrado a un cuarto mago en el avión.

Veíamos que tal lo hacía y nos percatamos que este muchacho llamó a un señor a salir y mientras le hacía unos pequeños juegos de magia con cartas y unas pelotitas rojas de esponja, le iba sacando la billetera y el reloj de pulsera.

- ¿Deberíamos decirle algo? - preguntó Alana

- No se preocupen, yo me encargo - les respondí muy seguro

Me paré cuando el joven mago terminó y se estaba retirando y me tropecé con él. Lo dejé pasar y se dirigió a la parte trasera del avión. Me volví a sentar y miré a mis compañeros con una sonrisa.

- Ya está - les dije - si está dispuesto lo volveremos a ver cuando lleguemos a Mave.

- Ojalá que sí - dijo Alana

Nos volvimos a sentar y seguíamos pensando. Nos haría falta una persona más y el problema sería encontrarlo. Tuvimos suerte con este chico que cuando se presentó ante todos dijo que se llamaba Mark. Era joven y tenía bastante talento. Cabello ondulado y un tamaño promedio normal. Si lograba unirse a nosotros tendríamos uno menos a quién buscar, y ese era el problema. Conocíamos magos en Lima a montones, pero en la selva no conocíamos a nadie.

Después de haberla pensado tanto y faltando tan sólo una hora para llegar,  estábamos muy cansados y el sueño nos ganó y nos quedamos dormidos hasta llegar Iquitos,una vez que llegáramos ahí, deberíamos salir caminando hasta un pueblo más cerca a Mave.

Cuando bajamos del avión les tenía algo a Gabe y Alana que no se esperaban. Había traído a Blacky conmigo. No podía dejarlo sólo en casa y tuve que hacerlo viajar en el avión en el área de mascotas.

-Chicos, no me vayan a matar pero ...

- ¿pero qué? - preguntó Gabe

Alana me sonrió, me dió a entender que sabía lo que iba a decirles y no lo tomaba mal, de todos modos tenía que responderle a su hermano.

- No podía dejar a mi perro sólo en Lima y tuve que traerlo.

Él se sorprendió un poco pero no le molestó. Entonces saqué a mi perro de la jaula y viajamos con él. Alcanzamos a ver a la distancia a Mark que se fue corriendo hacia algún lugar como si lo estuvieran persiguiendo. Nos pareció extraño pero lo dejamos pasar. Esperábamos que llegase con nosotros a Mave. Antes de reunir al equipo completo necesitábamos asegurar la ubicación de la ciudad enterrada.

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