Capítulo 17

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Freddy

Golden me invitó a desayunar aunque intenté negarme unas diez veces como mínimo. Así que al día siguiente cuando me levanté, busqué las mejores prendas que tenía en mi armario ya que iríamos a la mejor cafetería de la ciudad.

Solo tengo un pantalón de vestir de color negro que me quedaba un poco grande y un abrigo que casi me llegaba a las rodillas del mismo color.

Tenemos que ir de comprar más seguido. Solo mira lo que traes puesto.

¡Cállate! Me pones más nervioso de lo que estoy.

Después de verme en el espejo y darme el visto "bueno", salí de mi casa y me encaminé a la cafetería. Golden se ofreció a recogerme, pero ya sería mucha molestia. No me demoré mucho en llegar. Desde lejos puede ver a Golden hablando con el que quise suponer sería el gerente; también llevaba un abrigo y una bufanda alrededor del cuello de color verde. Se veía... ah... elegante supongo.

–Hola Freddy –Me saludó en cuando se giró en mi dirección y me vio acercándome–. ¿Listo?

–Claro, aunque aún sigo pensando que esto es demasiado.

–Ya no hay vuelta atrás, ya he reservado y es muy difícil anular aquí.

–Entonces... entremos –Golden simplemente sonrió y le indicó al señor de la entrada que ya estaba listo para pasar.

–¿Me permite su abrigo, señor? –Se dirigió a mí.

–P-por supuesto –Respondí y empecé a desabotonarlo para poder entregárselo.

–AGUARDA –El grito de Golden hizo que me detuviera por inercia–. T-tenemos un... asunto que arreglar antes, ven conmigo.

Y sin más, me sujetó del brazo y empezó a correr conmigo intentando seguirle el paso. Entramos al centro comercial y luego al primer baño que se cruzó por nuestro camino. Mi respiración estaba agitada.

–¿Q-qué pasa, Golden? –Le pregunté en cuanto nos detuvimos.

–¡¿Qué pasa?! Eso pasa –Apuntó mi entrepierna y yo bajé mi mirada. Oh... –Tienes una erección matutina.

–Shhh... Guarda silencio.

–No hay nadie aquí, así que tienes que apurarte a solucionarlo antes de que alguien venga. No puedes entrar en la cafetería así cuando te pidan el abrigo.

–E-está bien –Respondí y entré en uno de los baños.

–Yo cuidaré la puerta y te avisaré si alguien viene –Cerré la puerta con timidez al saber que Golden estaría parado detrás de ella en todo momento. Bajé la tapa y me senté sobre ella, terminé de abrir el abrigo y luego hice lo mismo con mi cremallera.

Vamos Freddy, ya sabes cómo hacerlo. Te lo he explicado muchas veces.

Traté de ignorarlo y poco a poco saqué mi miembro de mi ropa interior.

Malditos pantalones que no me apretaban lo suficiente como para darme cuenta de mi... problema.

No les des toda la culpa.

No tuve tiempo de escuchar a Fred porque escuché que la puerta se abría y vi a Golden entrando y después cerrarla detrás de sí. Me tapé con el abrigo para evitar que me viera y dirigí mis ojos al suelo con el rostro posiblemente sonrojado. ¿Qué está haciendo aquí?

–¿Por qué tardas tanto? Escucho personas que están entrando –Me dijo y supongo que luego volteó a verme cuando me hizo otra pregunta– ¿Qué sucede? –No podía responder, como alguien podría decir eso como si nada– ¿Acaso... nunca te has... tocado?

Esa suposición era correcta, nunca lo había hecho. Fred me incitaba a hacerlo diciéndome que liberaría tensiones y podría acabar rápido con las erecciones matutinas que raras veces me sucedían. ¿Por qué hoy tenía que ser uno de esos días? Porque tienes mala suerte.
Siempre que me pasaba, me daba una ducha fría y asunto terminado, pero ahora, en este momento... ¿qué podría hacer?

–Entiendo –Dijo cuándo se dio cuenta de que mi evidente sonrojo iba en aumento– Déjame ayudarte entonces.

¿Qué...?

Antes de que pudiera decir cualquier cosa, Golden se quitó su bufanda y me la colocó sobre mi boca, después la amarró en la parte posterior de mi cabeza. La puerta principal se abrió y entraron varios chicos.

–Esto es para que no te escuchen por si haces algún ruido –Susurró Golden cerca de mi oído y después apartó mis manos de mi abrigo para poder abrirlo y dejar a la vista mi miembro de nuevo. Acercó su mano a este y empezó a hacer movimientos de arriba abajo, mi rostro seguía igual de sonrojado o quizás en un grado superior. Todos los suspiros que emitía mi garganta quedaban acallados por la bufanda de Golden que impedía que salieran.

Era muy extraña esta sensación que me invadía, pero sobre todo era demasiado desconocida para mí. Intentaba decirle a Golden que parara, que no tenía que hacer eso. Pero no tenía suficiente fuerza para apartarlo y tampoco quería que alguien nos descubriera. Sentía que en cualquier momento estallaría y ese sentimiento se duplicó cuando Golden metió mi miembro en su boca. Mis ojos se abrieron mucho por la sorpresa. No pensé que fuera hacer eso... Esto no está bien.

Pero... se sentía genial, de una forma que no sé cómo explicar.

El niño rico sabe lo que hace.

Por una vez estuve de acuerdo con Fred y más porque sabía que él podía sentir lo mismo que yo. Finalmente exploté y justo tenía que ser en el rostro de Golden. Mierda.

Tomé papel higiénico y le ayude a limpiarse, estaba tan avergonzado. Los chicos de antes se habían ido, así que me quite la bufanda rápidamente para poder disculparme.

–Lo siento mucho, no quería...

–No importa, Freddy –Me sonrió y se levantó– Vamos, acomoda tu ropa y vamos a desayunar de una vez.

Hice lo que me indicó con mucha torpeza que terminé cayendo encima de él en medio del pasillo.

¿Enserio, Freddy? Nos haces quedar como un imbécil. Levántate rápido.

Quise hacerlo pero mi mirada estaba fija en los ojos grises de Golden, ambos estábamos sonrojados esta vez.

–L-lo siento –Susurré tímidamente y sin desviar mi ojos de los suyos.

–No te preocupes.

#SaveGolddy

Ser quien soy (Yaoi/Gay) #FNAFHSWhere stories live. Discover now